Venía sucediendo desde el final del año 2011: Azahara Muñoz terminaba entre las cinco primeras clasificadas con una cotidianidad asombrosa. Había pasado ya tiempo desde que ganara el Girls British Open Championship, el British Ladies Amateur o el Madrid Ladies Masters, su debut en el Ladies European Tour. Su siguiente victoria debería llegar en Estados Unidos, donde había sido rookie del año en 2010 y mostrado una gran consistencia a lo largo de 2011. Alejada de los focos y trabajando en silencio, la malagueña se consiguió clasificar para la Solheim Cup. Llegó a Killeen Castle como debutante y el domingo, durante los partidos individuales, dejó su bola a poco más de un metro de bandera en el hoyo 17 para asegurar la victoria europea; la cuarta en doce ediciones.
A veces existen puntos de inflexión en la carrera de los deportistas, momentos que les hacen creer más en sus posibilidades y les dotan de la confianza necesaria como para emprender retos más elevados. “Si he podido ganarlas en un cara a cara, ¿por qué no voy a hacerlo cuando no pueda verlas?”, debió pensar la española. Al igual que en el golf masculino con la Ryder, el “Efecto Solheim” pareció apoderarse de Azahara y comenzó a acechar su primera victoria en el LPGA Tour como un depredador a su presa, no solo como candidata. Tercera en Malasia, segunda en Taiwán y en el LPGA Lotte Championship, cuarta en el Mobile Bay LPGA Classic… El objetivo estaba tan cerca que seguro podía verse levantando un trofeo en casa o mientras practicaba horas y horas en la cancha de prácticas.
Llegó mayo y el tramo decisivo de la temporada estaba a la vuelta de la esquina. Azahara repetía constantemente que no tenía prisa por ganar y que si seguía trabajando lo conseguiría tarde o temprano. Mientras que por una parte se quitaba presión de encima, por otra parecía decir que se trataba de una cuestión de tiempo. Y fue muy poco. Del 17 al 20, jugando de una en una contra sus rivales, se fue quedando sola en el Sybase Match Play Championship, venciendo en el juego por hoyos a las mejores del mundo y plantándose en semifinales, de nuevo, con la victoria en el horizonte. Fue curioso. Su punto de inflexión fue la Solheim y su primera victoria en América sería también en match play. La misma niña que habíamos visto ganar en los territoriales por toda España vencía también al más alto nivel, abrazaba a sus dos rivales en el día y dejaba escapar unas lágrimas por el reciente fallecimiento de su abuela.
Algo nos decía que su discurso paciente y sereno no podía terminar allí. La semana siguiente fue tercera y tras pasar un pequeño bache de quince días por unos cambios en el swing llegó a Arkansas y volvió a finalizar segunda. No, aquella chica no era flor de un día. No la veréis en los primeros puestos de distancia con el driver ni tampoco es la primera en putts por green en regulación; su gran virtud está –como decía Bobby Jones– entre oreja y oreja porque no tiene prisa y es capaz de esperar. Sabe que el camino a Ítaca es largo y lleno de dificultades, y a buen seguro recuerda que una tal Lorena Ochoa tardó cuatro años en explotar todo su talento como jugadora. Azahara es distinta al resto, dijimos aquí hace unos meses. Ha finalizado 2012 en 16ª posición en el Ranking Mundial y también la incluimos en una lista de las mejores jugadoras sin un major. En su caso no solo podemos mirar a la más rabiosa actualidad, sino que con un poco de perspectiva se puede avistar un futuro brillante. Y otra cosa: 2013 es año de Solheim.
Protagonistas del año: Bubba Watson
Protagonistas del año: Webb Simpson
Protagonistas del año: Ernie Els
Protagonistas del año: Ian Poulter
Protagonistas del año: Stacy Lewis
Protagonistas del año: Roger Chapman
Protagonistas del año: Na Yeon Choi
Protagonistas del año: Branden Grace
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