06 de Febrero de 2015
Once hoyos duró la vuelta a la acción de Tiger después del descalabro sufrido en Phoenix la semana pasada, donde firmaba la tarjeta más alta de su carrera. De nuevo, la espalda le ha impedido completar un torneo y al californiano lo recogían en buggie del green del 2 (salía por el 10) del North Course de Torrey Pines, un hoyo en el que nunca había cometido un bogey y del que salía con un doble error.
Leer el artículo completo.05 de Febrero de 2015
El martes pasado, 3 de febrero, pudo ser un día importante para los caddies del PGA Tour. Mike Hicks, el hombre de la bolsa de Payne Stewart y Greg Norman, junto a otros 80 caddies más han presentado una demanda por valor de 50 millones de dólares contra el PGA Tour. Las razones, un quítame allá esos petos.
Leer el artículo completo.04 de Febrero de 2015
Menos de dos meses después de que Charlie Sifford recibiera la Medalla Presidencial de la Libertad, el mayor honor civil que se otorga en Estados Unidos (anteriormente solo recibido por dos golfistas, Arnold Palmer y Jack Nicklaus), este pionero del golf y adalid en la lucha por las libertades civiles ha fallecido a los 92 años de edad en Cleveland.
Leer el artículo completo.03 de Febrero de 2015
El PGA Tour se traslada a la soleada California, a un campo mítico como Torrey Pines donde se jugará el Farmer’s Insurance Open, un torneo con más de sesenta años de historia y con un listado de participantes del máximo nivel. Sin embargo, todos los ojos estarán puestos en el jugador que lo cambió todo: Tiger Woods.
Leer el artículo completo.02 de Febrero de 2015
Hace un mes les informábamos de que la carrera de Sang-moon Bae podría sufrir un paréntesis de dos años al haber sido llamado a filas en su país de origen, Corea del Sur. El hecho de que la guerra entre las dos Coreas no finalizara con un tratado de paz sino con una tregua que se ha prolongado hasta nuestros días desde los años cincuenta obliga a todos los surcoreanos entre 18 y 35 años a prestar dos años de servicio militar.
Leer el artículo completo.02 de Febrero de 2015
Con los ídolos pasa como con los padres. Cuando somos niños y ellos transitan por su edad dorada damos por hecho que el tiempo no pasará por ellos, ni por nosotros, y que siempre estarán ahí, acompañándonos en nuestro periplo vital y sirviéndonos de espejos en los que mirarnos. Los admiramos y aspiramos, en lo más hondo de nuestro ser, a imitar sus gestas. Valoramos por igual el desempeño épico de la estrella del deporte o del pop y el más mundano, aunque igualmente epopéyico a nuestros ojos, de acudir a diario al trabajo o multiplicarse para atender las necesidades del hogar y los peajes que impone la paternidad.
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