En el lugar donde Sam Snead trabajó como profesional durante gran parte de su vida, Vijay Singh firmó una tarjeta con 63 impactos (siete bajo par) para situarse líder del Greenbrier Classic. Las diferencias entre ambos jugadores son evidentes. Mientras “Slammin’ Sammy” desprendía un aura de jovialidad, Singh posee una presencia algo más intensa y concentrada al jugar. Ambos, sin embargo, son los jugadores con más éxitos en la historia del circuito americano una vez superados los cuarenta años.
Lo que ambos tienen en común es lo que les ha llevado a ser llamados “jugadores profesionales de golf”, respetando cada una de esas palabras. No es un título que se otorgue a cualquiera con un buen nivel durante su juventud, sino solo a las personas que dedican por completo su vida a practicar este deporte. Snead consiguió llegar a las diecisiete victorias una vez franqueados los cuarenta, mientras que Singh le superó en 2007 llegando a las veintidós. Muy lejos de ambos, los siguientes en esa lista solo cuentan con once.
El que un jugador de cuarenta y nueve años esté liderando un torneo del circuito da una ligera idea de lo que podría conseguir la temporada siguiente en el Champions Tour. Vijay practica igual que el primer día que acudió a jugar un campeonato, invirtiendo interminables horas en la cancha con una ambición inusitada en una persona de su edad. Nadie sabe muy bien cuáles son sus objetivos ni qué le motiva para conseguir su trigésimo quinta victoria, pero saben que si acuden a cualquier torneo que él juegue se lo encontraran en alguna parte pegando unas bolas más o intentando corregir algún detalle en el golpe que más torneos le ha quitado, el putt.
Tan solo un bogey en su tarjeta durante esta primera jornada y un total de ocho birdies, cuatro de ellos en sus últimos hoyos del Old White TPC. “Cielos, no sé de dónde vino esto”, declaró Vijay refiriéndose a su vuelta. “He estado jugando un buen golf durante un tiempo, pero no he conseguido hacer pocas. Hoy parece que he dejado la bola cerca y he pegado el driver muy bien, cogiendo muchos greenes y metiendo algunos putts”. Una vuelta prácticamente perfecta pero que tan sólo supone un impacto de ventaja sobre Jonathan Byrd, Martin Flores, y otro veterano, Jeff Maggert.
También con el recuerdo de Snead en la memoria se encontraba Tiger Woods, que firmó una vuelta de un golpe sobre el par y se colocó a ocho impactos del líder. Es uno de los dos principales objetivos que tiene Tiger entre ceja y ceja: superar el número de majors de Nicklaus y las victorias de Snead en el PGA Tour. Después de la conseguida la semana pasada, está a tiro de ocho con treinta y seis años. “Estuve un poco fuera de mi juego”, explicó al finalizar. “Quitando eso, no conseguí encontrar la velocidad correcta en los greenes”. Puede ser la fatiga por su reciente triunfo, el desconocimiento del campo (es la primera vez que juega aquí como profesional) o que el martes no pudo jugar su vuelta de prácticas debido a una tormenta. En cualquier caso, Tiger volvió a finalizar una vuelta esta temporada cogiendo más del setenta por ciento de las calles, en lo que se está convirtiendo en la característica más fiable de su juego.
Con 54 hoyos por delante y un campo en unas condiciones ideales para conseguir birdies, el Greenbrier Classic se prevé intenso y disputado hasta los hoyos finales. “No me siento cansado”, comentó Vijay. “Me siento lleno de energía”.
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