The Eliminator en el infierno

José Ramón Rodríguez | 18 de junio de 2015

Mejor que cambiar la habitual fanfarria trompetera de la USGA por el funk rock, este año se podía haber recurrido a la bella canción Hell Awaits de Slayer, con su elegante melodía y sus pulidas armonías vocales. El infierno es lo que se supone que espera a los jugadores en Chambers Bay, en cuya puerta bien quedaría grabado aquello de “Por mí se va a la ciudad doliente/ por mí se va en el eterno dolor”.

Y no es otra cosa que las mismísimas calderas de Pedro Botero las que esperan al elegido de Matt Willis, nuestro cenizo de cabecera, cuyo mal fario rivaliza con el de aquel extraño personaje, una especie de sacerdote que salía en la peli El alegre divorciado de Paco Martínez Soria. Como en otras ocasiones, el designado por The Eliminator puede ir perdiendo toda esperanza.

Nuestro querido y nunca bien ponderado Matt Willis es periodista, investigador y miembro del ESPN Stats & Information Group. Desde hace años ha desarrollado un sistema que “mezcla estadísticas, historia y tendencias” para predecir el ganador de la NASCAR y los majors de golf, según un método iterativo de eliminación. Eso sí, en los dos últimos años lo más cerca que ha estado de acertar es el cuarto puesto de Jason Day el año pasado en esta misma prueba. Para el US Open de este año, el ganador debe cumplir todos los requisitos siguientes:

1.) Ningún jugador ha ganado el US Open en su primera participación desde Francis Ouimet en 1913. Solo a los más recalcitrantes y enfermizos aficionados al golf les sonarán algunos los nombres de los primeros 49 eliminados; otros nombres, ni aun así. Desbrozada la morralla, seguimos para bingo con 107 jugadores.

2.) Los últimos cinco ganadores del US Open habían acabado en el puesto 18º o mejor en otro US Open. Dicho de otra forma, para presumir hay que sufrir y para ganar un US Open hay que haberlo sufrido antes pero con dignidad. Sin ser claramente favoritos se van unos cuantos que a algún apostador le podían hacer tilín, como Jamie Donaldson, Victor Dubuisson, Patrick Reed, Charley Hoffman o Zach Johnson. Quedan 51.

3.) Desde la victoria de Payne Stewart en 1999, todos los ganadores del US Open han tenido menos de 38 años. El hombre es animal de costumbres y Willis no va a serlo menos. Como no puede usar la socorrida cláusula de que “los europeos no ganan desde…” echa mano de otras de sus favoritas “Chambers Bay no es país para viejos” y se quita de en medio a toda la vieja guardia, incluyendo a Mickelson, Goosen, Westwood, Poulter y MAJ. Tiger también se queda aquí, aunque suponemos que, vistos sus últimos resultados, estará más preocupado por no hacer más de 100 que por ganar el US Open. Quedan 34.

4.) Nueve de los últimos once ganadores del US Open acabaron en el puesto 35º o mejor en el Open Championship previo. Los que crean que Chambers Bay es un links verán esta premisa de lo más normal. Los más quisquillosos que crean que solo es apariencia y que un links es otra cosa, pensarán que hay que ser muy bueno para quedar bien en cualquiera de los dos abiertos. Nos abandona aquí Jordan Spieth, el jugador que todo aficionado al golf querría tener como yerno, acompañado de Jason Day, Matt Kuchar, Bubba Watson y los ya ganadores Martin Kaymer, Webb Simpson y Lucas Glover. Quedan 12.

5.) Seis de los siete últimos ganadores de un Grande acabaron en el top 4 en alguno de los dos torneos previos del PGA Tour que disputaron. Hay que llegar a tope para ganar un Grande. Nadie gana uno viniendo de ningún sitio (menos Todd Hamilton, Shaun Micheel, Ben Curtis, Rich Beem, Y. E. Yang…). Dichas algunas excepciones, vamos a lo que vamos: los últimos torneos no les han salido bien a Dustin Johnson, Adam Scott, Hunter Mahan, GMAC, Keegan Bradley, Ryan Moore y Charl Schwartzel y por tanto se quedan en el camino. Por supuesto, en el caso de un conocido norirlandés, es muy oportuno que no se hayan fijado en sus dos últimos torneos en el European Tour

En cinco pasos The Eliminator se ha deshecho de 151 jugadores. Quedan Sergio, Fowler, Rory, Jimmy Walker y Justin Rose, pero…

6.) Los ganadores de los últimos cinco Grandes quedaron en el puesto 30º o mejor en sus últimos cuatro torneos del PGA Tour.La última premisa es un corolario de la previa y da una idea clara de lo difícil que es esto del golf. Fowler se cae a pesar de haber sido tomado como imagen del torneo por la Fox; Sergio sigue con el síndrome Carnoustie y llega hasta el final pero no remata; Jimmy Walker tendrá que seguir sorprendiendo en otro momento y Dios todopoderoso se apiada de la salud de todo el golf americano impidiendo una segunda victoria en tres años de Justin Rose, algo nunca conseguido por un europeo, que además fue uno de los héroes más significados de Medinah y Gleneagles.

Queda como ganador Rory McIlroy, una apuesta obvia y segura viendo cómo le pega a la bola y la desconcertante soltura con la que juega. Matt Willis reconoce que para llegar al nombre de Rory ha necesitado horas de investigación. Repetimos: para llegar a la conclusión de que el número 1 del mundo, el jugador más fino, el que va camino de batir récords, va a ser el ganador del US Open se ha dejado las pestañas haciendo números. Como lo oyen… Nos encanta este tío.

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