Sí, puede que Bubba Watson tenga un swing poco ortodoxo o que Jim Furyk esté muy lejos de seguir la misma línea al subir o bajar el palo, pero para entregar el Premio Esoto al swing más raro he intentado ir un poco más allá. No solo se trata de que no estemos acostumbrados a verlo, sino de que desafíe a la lógica. Si no lo habéis entendido aún, echad un vistazo a los candidatos.
1. El swing de baseball. He aquí a un jugador con problemas de espalda que decidió adaptar su movimiento a sus necesidades. ¿Problemas en las lumbares? No os preocupéis, probad el swing de baseball y comenzad a dar zancadas por el aire.
2. El swing del profesor de tango. Cancha de prácticas y un jugador le dice a otro: “Puedo pegarle mejor que tú dando la espalda al objetivo”. Unas risas sí, pero era verdad. Este profesor de tango nos muestra el papel irrelevante de las caderas cuando eres capaz de bailar como los ángeles.
3. El swing de la fractura de muñecas. A todos nos ha sucedido: vamos dando un paseo por la cancha de prácticas y vemos un swing que nos llama más o menos la atención. De ahí no suele pasar, aunque, posiblemente, el cámara que grabó el swing de la fractura de muñecas se asustara bastante. Atención a toda ese giro innecesario en mitad de otro giro, otro y otro.
4. El swing ninja. Podría explicar el mérito que tiene mover el palo como este jugador, aunque mejor que lo intentéis vosotros un día en vuestro campo. Aviso, por experiencia propia: el palo se puede escapar con facilidad, hay un riesgo importante de caerte en varios puntos del movimiento y, sobre todo, no conseguiréis nunca un estilo parecido al del swing ninja original.
5. El swing Charles Barkley. Nadie en el mundo habrá sufrido más risas sobre su swing que Charles Barkley. Y bueno, la verdad es que tenían razón, era algo que hacía daño a la vista. Por suerte para él, Hank Haney le ayudó a superar sus yips y ahora juega con algo muy decente para el aficionado medio. Su antiguo movimiento, sin embargo, merece un hueco en estos premios porque no hay otro igual, nada parecido. Es el swing de Barkley.
6. El swing sin backswing. La dinámica del swing de golf es sencilla desde la distancia: subir el palo, bajar el palo. Bueno, hay quien se atreve a desafiarla. Aquí os presentamos a Darren Mills, capaz de pegar a la bola como si de un pulpo se tratara, retorciendo sus tentáculos sobre sí mismo. Tiene mérito, no regularidad.
7. El swing más plano de la historia. Aquí tenemos a un jugador que quiso imitar a Ben Hogan y se le fue un poco de las manos. Hemos visto swings muy planos a lo largo de los años, pero éste es capaz de dañar seriamente al compañero de al lado en la cancha de prácticas.
8. El swing de Natalie Gulbis. Es la única profesional entre los nominados y, aunque Natalie es capaz de pegar golpes muy, muy buenos, queríamos que su swing estuviera en esta lista porque esconde un gran mérito. Observad su espalda justo después de pegar a la bola. No extraña que se haya aficionado al yoga.
Y el Premio Esoto para el swing más raro es para… «El swing Ninja», por su excelente equilibrio, su indumentaria y hacer del movimiento algo aún más complejo. Enhorabuena al resto de candidatos y, ya sabéis, ¡seguid entrenando para llevaros esta fantástica copa!
Premio Esoto a la Mejor banda sonora
Premio Esoto al Peor golpe del año entre los aficionados
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