«El campo estaba jugable», decía Martin Kaymer con la boca pequeña al finalizar su impecable primera vuelta en el US Open, como temiendo que el cielo se desplomara sobre su cabeza en forma de temible venganza de la USGA, dueña y señora de los designios del campo de Carolina del Norte. Pero más que temor había prudencia y una buena dosis de realismo en un jugador que, en los días previos, había anunciado que no le extrañaría que el resultado ganador rondase los ocho golpes sobre par.
Martin Kaymer era el único que rompía claramente la disciplina de grupo con un 65 estelar (solo cuatro jugadores en 114 años de US Open han logrado resultados mejores en la primera vuelta), aunque hasta quince jugadores se atrevieran a profanar el par del campo del recorrido número 2 de Pinehurst en una jornada relativamente benévola (para los estándares del torneo) con la media de golpes más baja (73,23) desde la edición celebrada en Olympia Fields en 2003.
Pero no hay que restar ni un ápice a los méritos de Kaymer, ganador del The Players este mismo año y autor de un 63 en el Stadium Course del TPC Sawgrass que podría equiparase a su gran vuelta en Pinehurst.
El alemán es consciente de la pureza de su golf, de la precisión de sus hierros, pero tiene muy presente que en un recorrido extremo los matices importan y siempre se está a un paso del desastre. Inevitablemente tienen que acudir a su mente los muchos meses de sufrimiento cuando se embarcó en una reconstrucción total del swing junto a su entrenador de toda la vida, Gunter Kessler, pero también debería recordar la manera en que ganó la Ryder para Europa y su reciente triunfo en The Players. Y la preparación y el aspecto del recorrido número 2 de Pinehurst le mandan un guiño halagüeño. ¿Acaso no les recuerdan las zonas arenosas del campo de Carolina del Norte a las presentes en Whistling Straits, sede del PGA Championship ganado por el alemán?
Por detrás de Kaymer, en un heterogéneo y multinacional grupo con -2, aparece Graeme McDowell como primer europeo y al ganador del US Open en Pebble Beach lo acompañan Kevin Na (ojo con el jugador de origen coreano, cuyo gran juego corto encaja de maravilla con el campo), el contundente Brendon De Jonge y el veterano Fran Quinn, de 49 años y «Cenicienta» de esta primera jornada.
Con -1 aparece un ramillete de favoritos con nombres de relumbrón como Stenson, Snedeker, Kuchar, Johnson, Bradley, Molinari y tres jóvenes astros que no quieren bajarse del carro del triunfo, English, Spieth (otra vez) y Matsuyama.
Por detrás, el deseado Mickelson está al par después de una buena jornada desde el tee, Rory McIlroy batallaba para finalizar con +1 y el campeón defensor, Justin Rose, acababa con un trabajado +2.
En cuanto a los españoles, todos por encima del par pero conservando sus opciones. Entre las notas positivas, un Larrazábal espectacular que debió de marcharse del campo mejor recompensado, un Jiménez que firmaba su mejor primera vuelta en un US Open y un Sergio García que sigue ahí después de un día atravesado. Más complicado lo tendrá Gonzalo Fernández-Castaño, aunque podría aprovecharse de los vaivenes que seguramente haya en la segunda vuelta por la presión propia de la competición y por la «venganza» de la USGA ante la osadía de Kaymer.
Adam Scott Asian Tour Bubba Watson Especial US Open 2014 en Crónica Golf European Tour FedEx Cup 2014 Gonzalo Fernández-Castaño Justin Rose Martin Kaymer Miguel Ángel Jiménez Pablo Larrazábal PGA Tour Phil Mickelson Pinehurst No. 2 Pinehurst Resort & Country Club Race to Dubai 2014 Sergio García US Open US Open 2014
Deja un comentario