Algo cambió desde que Inbee Park ganara el Evian Masters el año pasado. Una jugadora que en los veintidós majors que había disputado había finalizado en quince ocasiones entre las quince primeras mostraba serias dificultades para ganar torneos, y era difícil encontrar la razón. Se encontraba en las primeras posiciones de estadísticas clave en el circuito, como media de putts, greenes en regulación, top 10, rondas por debajo del par… Pero cuando llegaba el domingo nada parecía ser igual. La chica que hacía todo bien no era capaz de cerrar los torneos o protagonizar grandes remontadas, y lo único que pudo hacer para superar esta circunstancia, en sus propias palabras, fue lo siguiente: “Pensé que nunca volvería a ganar. Lo acepté”.
La surcoreana pertenecía al grupo de ganadoras de un grande (U.S. Open, 2008) que sufrían para repetir triunfos pasados y necesitó olvidar todo lo que había conseguido para volver a la senda de las campeonas. El Evian Masters fue el punto de inflexión. Después de aquella semana en Francia, Inbee acumuló quince torneos entre las tres primeras clasificadas y sumó dos victorias. Su major había sido olvidado y era el tiempo de construir nuevos momentos memorables. En 2013, Park continuó creando una racha que a día de hoy no parece tener fin. Era una de las favoritas para la primera gran prueba de la temporada, el Kraft Nabisco Championship, y su despliegue ha alcanzado un nivel sobrehumano para el resto de contendientes.
“He visto a Inbee hacer esto antes”, comentó Stacy Lewis, número uno del mundo. “Cuando empieza a meter putts no puedes ganarle. Es la mejor pateadora del circuito. El campo está algo más blando de lo habitual y creo que ha sido bueno para ella. No pega la bola tan alta como otras, pero cuando empieza a meterlas es imbatible”. Y sucedió así. Park no solo embocó putts gigantescos en la última jornada en el Mission Hills Country Club, sino que falló solo dos greenes y por momentos parecía estar presentando un homenaje a cada una de las estadísticas en las que destacó la temporada pasada. Estuvo bien desde el tee, precisa con los hierros y brillante con su juego corto, en un despliegue de golf total que no veíamos desde que Jiyai Shin ganara el último British Women’s Open por nueve golpes de ventaja. Como decía Lewis, nadie tuvo una opción real de victoria durante los últimos dieciocho hoyos. Inbee firmó 69 golpes (seis birdies y tres bogeys) y ganó su segundo grande por cuatro golpes de ventaja, que podían haber sido muchos más si So Yeon Ryu (segunda) no hubiese entregado una estratosférica tarjeta de 65 impactos.
Ahora pasa a ser la número dos del mundo y a liderar la carrera a la mejor jugadora del año, dejando el virtual dominio que había impuesto Lewis como cosa del pasado. Ambas cuentan con dos triunfos en 2013 y el panorama que se cierne sobre el golf femenino es, al igual que ocurre en el masculino, un duelo en las cumbres. Park ya ha dejado muy claro cuáles son sus ambiciones: “Es el lugar que siempre he querido y solo tengo una posición más que subir”, declaró sobre convertirse en la número uno del Ranking Mundial. “Esta victoria me da mucha confianza. Me sentí muy bien con mi swing y con mi putter. Todo está yendo de la forma adecuada este año, y me siento genial”. El duelo entre ambas promete prolongarse a lo largo de los próximos meses.
Beatriz Recari fue la mejor española en competición, finalizando vigésimo quinta con un acumulado de menos dos. Belén Mozo, cuadragésimo primera, entregó una última tarjeta de 73 golpes. Carlota Ciganda fue sexagésimo sexta con mas ocho y Camilla Hedberg septuagésimo segunda con mas trece.
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