Zona Pro
El rey de los greenes ataca de nuevo
Enrique Soto | 25 de enero de 2013
“Un día tranquilo en Torrey Pines”, podría declarar cualquier jugador de los que disputó la primera jornada del Farmers Insurance Open. El monstruo en el que puede llegar a convertirse este recorrido, de calles estrechas y greenes diminutos, está escondido tras un rough segado a conciencia y los errores no penalizan de la misma forma que en un U.S. Open, o incluso que en Abu Dhabi la semana pasada. ¿Cuál es la clave para hacer pocas, entonces? Pues lo que acostumbran en el PGA Tour: atacar banderas y estar acertado con el putter en las manos. Un campo difícil transformado en uno amable desembocó en un concurso de aciertos, en el que Brandt Snedeker acostumbra a salir como ganador.
El número uno en los greenes del año 2012 volvió a dar un recital sobre el viejo arte de empujar la bola al hoyo y firmó la impactante cantidad de siete birdies a lo largo de 18 hoyos. No era la primera vez que lo conseguía. En su temporada como rookie, llegó a situarse 10 abajo tras 10 hoyos disputados en el North Course y finalizó su vuelta en 61 impactos, finalizando tercero esta misma prueba. “Este es un recorrido largo, difícil, con mucho rough y la necesidad de pegar buenos hierros. Mis fuertes son el driver y el putter, pero por alguna razón se me da bien”, comentó el ganador de la FedEx Cup. Comparte liderato con K.J. Choi, que llegó hasta los ocho birdies en esta primera jornada y cometió un solo error, finalizando también con 65 golpes. “Mi mejor vuelta en el South Course”, dijo sonriendo al finalizar.
Un grupo formado por ocho jugadores les siguen a un solo impacto de distancia, entre los que se encuentran varios en pleno proceso de recuperación. Ross Fisher ha pasado de jugar una Ryder a buscar una oportunidad en América; Mike Weir viene de sufrir una concatenación de lesiones durante años, y falló el corte la semana pasada con un triple bogey en el último hoyo incluido; mientras que Charles Howell III lleva ocupando los puestos a mitad de tabla de cada torneo en el que participa durante las últimas temporadas. Los tres firmaron 66 impactos y acumularon parte de la confianza perdida en los últimos tiempos, aunque en el caso de Howell III la cantidad empieza a ser considerable. Un tercer puesto en Hawái, un segundo en el Humana (perdió en playoff) y ahora este resultado en Torrey Pines hablan mucho y bien del trabajo que ha llevado a cabo un jugador que en su día fue una joven promesa y que lleva sin ganar desde 2007. Junto a Scott Stallings, que después de ceder un prominente liderato hace unos días también llegó a los 66, podemos hablar de dos de los jugadores más en forma del circuito.
Tiger volvió a su escenario favorito, alejado de las dificultades del desierto, pero jugó de una forma muy similar a la que mostró en Abu Dhabi. Es un Woods más errático, capaz de unir grandes golpes con otros mediocres pero con la misma capacidad que le caracteriza de conseguir grandes resultados. Esta vez fue un menos cuatro en el South Course, que incluyó un doble bogey, dos bogeys, seis birdies y un eagle, como si estuviera probando los distintos resultados que se pueden realizar en una vuelta. Pero hay algo que une el desordenado despliegue de Tiger con el impecable trabajo de precisión de Snedeker, algo que parece insignificante pero que puede cobrar importancia los próximos días. “Ambos adoramos patear en estos greenes”, dijo el líder al finalizar su vuelta. Y si Woods se reencuentra aquí con su putter, el resto de juego puede llegar a sentir el efecto positivo.
Si el viento no hace acto de presencia, el Farmers Insurance Open seguirá el camino apacible que ofrece Torrey Pines esta semana. Un total de 35 jugadores en un margen de tres golpes y un aluvión de candidatos a la victoria. No convendría perder de vista a Nicolas Colsaerts, que firmó 69 en en North Course en su debut oficial como jugador del PGA Tour o incluso a Bill Haas, que finalizó con el mismo resultado y acostumbra a finalizar entre los 10 primeros en este escenario.
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