Cualquiera que haya contemplado la tercera vuelta de Inbee Park en el Kraft Nabisco Championship podría pensar que ha estado viendo dos o tres golpes repetidos a lo largo de cuatro horas. Arrancando desde la primera posición, la surcoreana comenzó a coger calles con su tempo pausado, sin torcer el gesto, para después ir atacando progresivamente cada una de las banderas del Mission Hills Country Club. Nada parecía afectar a un estado de concentración gélido; ni los tempranos birdies de Lizette Salas, ni el resto de movimientos que se estaban produciendo en la clasificación, ni siquiera las emociones lógicas que podría sentir una jugadora que no ha ganado un grande desde hace más de cuatro años. Nada. Inbee presentó por tercera vez consecutiva sus credenciales al título como el camarero que anuncia el menú del día.
A pesar de la enorme consistencia que ha mostrado durante los últimos meses, la número cuatro del mundo seguía peleando contra la adolescente que ganó el U.S. Open con apenas veinte años. Les ha sucedido a muchas antes que a ella: destacar a una edad tan temprana conlleva también ciertas desventajas. A Inbee le ha costado ganar torneos regulares del circuito más que su primer grande y su juego es un reflejo de esta circunstancia. Como no llegaba a los domingos con opciones, comenzó a trabajar para convertirse en la jugadora más consistente del planeta; no pensaba en victorias, sino en oportunidades, y en 2012 llevó esa idea a su ejecución más perfecta: dos triunfos, seis segundos puestos y doce top 10. En determinados momentos del año podíamos ser incapaces de discernir quién se llevaría el trofeo en la última jornada, pero sabíamos a ciencia cierta que su nombre iba a estar entre las primeras clasificadas.
Esa confianza construida poco a poco, con la paciencia de las hormigas, ha explotado esta semana en California y ha adquirido todos los patrones de un discurso incontestable. Inbee propone, el resto intenta reaccionar. Después de firmar vueltas de 70 y 67 golpes, se plantó en la tercera jornada y cogió quince greenes, solo falló tres calles y mantuvo una elocuencia implacable con el putter en las manos, necesitando de solo veintiocho a lo largo del día. Su idilio con estos greenes no se resume solo con ese dato. En tres vueltas ha necesitado de solo ochenta y tres (veintisiete por ronda) cuando la media del resto de contendientes supera ampliamente los treinta. No ha ganado un major desde 2008 y está pateando como si los hoyos fueran gigantescos, ¿les suena de algo?
“Solo he ganado un grande en mis siete años de carrera y después del U.S. Open no gané durante un tiempo. El año pasado fue bueno, pero necesito algo más y un par de grandes estarían muy bien”, comentó Park tras firmar otra tarjeta de 67 impactos. Tras alcanzar un acumulado de menos doce, cuenta con una ventaja de tres golpes sobre una Lizette Salas encendida, que sacaba el puño en cada uno de los cuatro birdies que consiguió a lo largo de la jornada. Su menos nueve global marca un pequeño abismo en la clasificación, ya que las terceras clasificadas se encuentran con menos seis: Angela Stanford, Karrie Webb, Karine Icher, Suzann Pettersen, Jessica Korda y Phatlum Pornanong. Parece una distancia insalvable con tan solo dieciocho hoyos por disputar pero, ¿piensa así la líder? “En este campo puede pasar de todo”, declaró. “No, no puedo decir que solo haya una jugadora intentando alcanzarme. Creo que todas las que estén a seis, incluso siete golpes de distancia tienen todavía opciones”.
Resulta difícil solo imaginar que alguien lo consiga si Park mantiene este discurso. Ha marcado los tiempos de este torneo a la perfección: manteniéndose cerca del liderato en la primera jornada, sacando a relucir todas sus virtudes en la segunda y enviando un mensaje claro y contundente en la tercera, que decía algo parecido a “esta semana nadie va a ganarme”. Según este plan, mañana el menú del día debería ser cerrar el torneo, su segundo major, y ascender al número dos del Ranking Mundial.
Belén Mozo entregó su mejor tarjeta de la semana, con 69 golpes, y ascendió hasta la vigésimo tercera posición con un global de menos uno, a cuatro golpes del top 10. Un golpe por detrás se encuentra Beatriz Recari, que llegó hasta los 71 en este tercer día de competición. Carlota Ciganda es cuadragésimo sexta con mas dos, mientras que Camilla Hedberg perdió el gran impulso con el que dio comienzo esta prueba y entrego 79, bajando hasta la sexagésimo séptima plaza con mas siete.
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