Tiger Woods y Graeme McDowell no podrían ser jugadores más opuestos en cuanto a técnica, físico y, por qué no decirlo, títulos, pero tienen en común un más que convincente triunfo en el US Open en Pebble Beach, una victoria en Valderrama y otra en el Chevron World Challenge. Curiosamente, un triunfo en el Chevron fue el último éxito de ambos… y McDowell, en 2010, lo logró a costa de Tiger en aquel eléctrico final del que nos acordamos tanto del gesto de Steve Williams con el peto como de los dos puros que embocó el norirlandés en su tramo final.
Pero Woods y McDowell también han compartido destino en los dos últimos años: dos de los jugadores con el instinto asesino más acentuado del mundo del golf (basta con recordar las temporadas 2009 y 2010 del norirlandés y esa victoria decisiva en la Ryder Cup, o toda la carrera del californiano), llevan mucho tiempo sin conseguir cerrar un torneo oficial.
En la jornada del sábado del Arnold Palmer Invitational Woods parecía tenerlo todo de cara: sus rivales se desplomaban (muchos golpes sobre el par acumulados por los últimos partidos) y Woods contaba con una cómoda ventaja de tres golpes en la salida del 15. En ese momento, y parece que por el inoportuno grito de una señora, Woods lanzaba un hook alto que se iba fuera de límites y, aunque a continuación pegaba un gran golpe de recuperación, no se libraba del doble bogey que volvía a abrir el torneo. Steve Elkington recordaba que hace no tanto, en un torneo, un aficionado encaramado a un árbol se cayó debruces después de que se rompiera la rama en la que estaba mientras seguía a Woods y el californiano no se inmutó, pero corren otros tiempos…
Mientras tanto, por detrás y ajeno a estas cavilaciones porque tiene asuntos propios de los que ocuparse, Els se aferraba a la lucha por el Masters y se aupaba a la tercera plaza compartida con Ian Poulter después de entregar un gran -5, la mejor vuelta del día. Els necesita quedar tercero en solitario siempre que Manassero no gane en Marruecos ni Howell III acabe segundo. Si no, tendría que buscar la primera plaza para volver a pisar la verde Augusta.
Y el español Sergio García firmó su primera vuelta sobre par de las siete últimas que ha jugado, en un día en que encajó un duro golpe en el par 5 del hoyo 4 (doble bogey) y luego el putter no le dio mucha tregua. De momento, es vigesimoquinto con -2, a tres golpes del top ten del torneo.
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