La rivalidad bien entendida puede servir de impulso ideal para lograr una victoria. Esto es lo que debe pensar Danny Willett, que conseguía en Crans-sur-Sierre su tercer título en el European Tour (segundo del año, después del Nedbank Golf Challenge del principio de esta temporada) y cuyo duelo singular contra su compatriota Matthew Fitzpatrick en el Omega European Masters le ha llevado a brillar en la jornada decisiva. Al final, un golpe de margen con respecto a su compañero de partido y dos sobre el también inglés Tyrrell Hatton, autor de un espectacular 62 de cierre, que repite la tercera plaza del año pasado.
Alternativas, buen juego y marcaje al hombre, esas fueron las tres claves de la jornada final. Al final ganó quien cometió menos errores (al menos ninguno se tradujo en forma de bogeys en la tarjeta), además de sumar un buen 65 por los 66 de Fitzpatrick, ganador del US Amateur. Al final, Willett hacía hincapié en lo importante que había sido el duelo con su compañero para mantener la intensidad.
«Probablemente me lo facilitara, a decir verdad, porque no podía perder la concentración ni por un instante. Con más ventaja a veces levantas el pie del acelerador, pero hoy sabía que tenía que seguir atacando y comprometerme por completo con los golpes. Por suerte, al final todo salió bien», declaraba Willett, que se coloca segundo en la Race to Dubai solo por detrás de Rory McIlroy.
Por detrás del podio inglés, Pelle Edberg finalizaba cuarto, Anirban Lahiri, primer asiático en este torneo organizado al alimón con el circuito oriental, terminaba quinto y Sergio García escalaba hasta la sexta plaza con un gran final. Con 66 y 64 golpes el fin de semana, el de Borriol ha pasado de superar el corte por los pelos a ocupar un gran sexto.
Buen resultado final también para Alejandro Cañizares, decimosexto, y problemas de nuevo para Adrián Otaegui el domingo, un 72 que le hacía bajar hasta la quincuagésimo tercera plaza.
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