Una rueda de prensa conjunta de Tom Watson y Paul McGinley en el Gleneagles Hotel puso ayer fin a los dos días de actos que han servido para iniciar la cuenta atrás de un año hasta la Ryder Cup 2014. Como es lógico (y propio de los dos capitanes Ryder, caracterizados por su respeto a este deporte y sus maneras moderadas), a un año vista predominó la prudencia y las declaraciones contenidas, aunque fue inevitable recordar la espectacular remontada del «Milagro de Medinah» que se dio en la última edición, y que en última instancia provocó el nombramiento de Tom Watson, que ya fue capitán en The Belfry en 1993, la última vez que el equipo estadounidense se impuso en suelo europeo.
«El margen entre los dos equipos es mínimo. Lo ha sido desde hace muchos años, aunque la fortuna nos ha sonreído en los momentos justos de las dos últimas Ryder Cups y hemos tenido la suerte de salir victoriosos», declaraba McGinley. «Creo que va a ser un duelo muy igualado y eso es lo que hace que la Ryder Cup sea tan especial. Sabemos que va a ser, en términos boxísticos, un combate entre pesos pesados reñidísimo de principio a fin».
Watson cree que el equipo estadounidense debe ceder el papel de favoritos al europeo, que juegan en casa y se han impuesto en siete de las nueve últimas ediciones de esta competición bienal.
«Jugamos fuera de casa. Tradicionalmente, en los deportes el equipo local cuenta con la ventaja del público y de la familiaridad con el entorno. Por el historial de la Ryder Cup, no llegaremos como favoritos», declaraba Watson. «La presión de la Ryder Cup a veces afecta a los jugadores y a su habilidad. Ahí es donde entro yo, intentando elegir a los más adecuados. Lo he dicho varias veces: quiero jugadores con corazón. Quiero gente capaz de meter un putt de metro y medio cuando haya que hacerlo. Eso es lo que busco, ya que esos jugadores son los que ganan las Ryder Cups».
La rueda de prensa fue el último acto de dos días repletos de actividades que empezaron con un desayuno en el castillo de Edimburgo con Alex Salmond, primer ministro de Escocia, un viaje a Gleneagles a bordo de un tren de vapor construido en 1927, año de la primera Ryder Cup, un partido con 16 jóvenes que han salido a través de la cantera del programa ClubGolf y una charla-coloquio en el auditorio de Perth, además de la presentación de una iniciativa educativa relacionada con la Ryder Cup en la escuela comunitaria de Auchterarder.
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