Estamos en la semana del grande más polémico. Inexorablemente, cada año se habla de la manera en que la USGA prepara los campos para disputarlo y encontramos el mismo número de detractores que de defensores esgrimiendo sus razones con mucha lógica.
Los argumentos de los defensores del Abierto de los Estados Unidos se basan en que, una vez al año, les gusta ver sufrir a los grandes jugadores en campos llevados al extremo. También se apoyan en la incuestionable realidad de que el recorrido tiene la misma dureza para todos. Por otro lado, los opositores se fundamentan en la excesiva severidad de las condiciones que hace que el campo no sea ecuánime, y que se aleje del espectáculo. Un rough selvático, hoyos muy largos y greenes pétreos convierten al U.S. Open en una prueba dura, tanto mental como técnica. Aun así, el campo escogido para la edición de este año, Merion Golf Club, no es especialmente largo ni tendrá duros los greenes debido a las copiosas lluvias caídas en los últimos días. A pesar de ello, que nadie dude que la USGA encontrará la manera de dificultar el juego. De hecho se han visto fotos del rough donde la bola se hundía de tal manera que era complicado verla, y no quiero ni pensar en lo que hay que hacer para sacarla de ahí. La paciencia pasará a ser la virtud más valorada. Por todo ello, resulta comprensible que no sea el campeonato favorito de la mayoría de jugadores.
Personalmente me inclino más por la primera opción y lo defiendo, y aunque asumo que tal vez no sea justo, una vez al año no hace daño. No escondo que me gusta ver a los jugadores en situaciones límite. Además, dudo que arrasar un diseño con resultados superiores al menos veinte en cuatro jornadas sea espectacular.
La cuestión es si realmente hay tanta diferencia entre este grande y los demás. Para ello he decidido echar un vistazo al listado de los ganadores de majors. Nos centraremos en los golfistas que lograron dos o más victorias, dado que cualquiera puede ganar un grande dada la inmensa calidad de cualquiera de sus participantes.
El número de triunfadores múltiples no difiere tanto en cada uno de los grandes. Ordenados de mayor a menor por antigüedad, la cantidad de ganadores que han repetido son los siguientes:
– The Open Championship con 141 ediciones tiene 27 ganadores múltiples.
– El U.S. Open con 112 ediciones tiene 21 ganadores múltiples.
– El PGA Championship con 94 ediciones tiene 18 ganadores múltiples.
– El Masters con 77 ediciones tiene 16 ganadores múltiples.
Los nombres de los ganadores del U.S. Open no se diferencian demasiado de los vencedores en los otros tres torneos, algo lógico, porque estamos hablando de los mejores del mundo en cada momento.
Para que los golfistas nos resulten más conocidos tomaremos como referencia el histórico que va desde la época del Rey, Arnold Palmer, hasta la actualidad. El listado lo encabeza Nicklaus con cuatro victorias, seguido de Tiger y Hale Irwin con tres. Ya con dos aparecen jugadores de la talla de Els, Goosen, Payne Stewart, Curtis Strange o Lee Trevino.
Y es ahí donde no se aprecian disimilitudes con respecto a los otros eventos, por lo que no creo que sea tan distinto. Al final resulta irrelevante su preparación; los ganadores son jugadores soberbios a los que les parece no importar el setup de los campos. Siguen venciendo aunque con un resultado más alto, lógicamente.
La USGA no parece dispuesta a cambiar su parecer, por lo que independientemente de que nos guste más o menos la preparación del recorrido, disfrutemos de este grande tal y como está concebido. Yo lo haré.
1 comentario a “U.S. Open… ¿Tan diferente?”
Como aficionado me parece mucho más divertido y emocionante el US Open que cualquiera de los demás. Pone a prueba la originalidad y los recursos de los jugadores, y se ven situaciones muy difíciles que en muchos casos resuelven de forma casi imposible. Eso es espectáculo.
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