Al igual que la Solheim o la Ryder Cup, la Presidents Cup se juega no solo en el campo. En ciertos aspectos es una partida de ajedrez que obliga a los capitanes y a sus ayudantes a ejercer de estrategas. Y el primer movimiento del capitán internacional Nick Price comenzó mucho antes de llegar a Corea del Sur, luchando para que el número de puntos a disputar en esta undécima edición se redujera de 34 a 28, algo que en su opinión daba más opciones al equipo internacional, teóricamente un escalón siempre por debajo del nivel americano. Finalmente el PGA Tour cedió a medias y serán 30 los partidos que se disputen esta semana en el Jack Nicklaus Golf Club.
«Con el cambio de los puntos de ahora creo que los jugadores tienen más ganas en esta edición que en las dos o tres anteriores. Hemos visto en el pasado que la Presidents Cup necesita más emoción y la mayoría del equipo teníamos la sensación de que era algo que no había ocurrido en las últimas cinco o seis ediciones», declaró.
Cinco victorias consecutivas del equipo americano y un balance de ocho en el total de las diez ediciones disputadas han hecho que se alcen voces críticas que aseguran que la Presidents Cup de esta semana va a tener más de exhibición que de competición. El capitán zimbabuense no escatimó en argumentos para defender la relevancia que sus jugadores dan al reto que tienen desde este jueves por delante, consciente sin embargo del poderío americano.
«Esta es una semana muy importante en su calendario. Se podrían haber borrado si hubieran querido, pero no quieren. Quieren jugar un torneo que es competitivo», justificó en una rueda de prensa desde Incheon.
Desde la misma silla, Jay Haas también se enfrentaba a las preguntas de los periodistas, muy interesados éstos en las razones que le llevaron a apostar por Phil Mickelson como una de sus elecciones personales tras un discreto año que le llevó a ser el trigésimo jugador en la lista de puntos para meterse en el equipo.
Así, se refirió a «lo intangible que Phil aporta al equipo» como un factor clave en su decisión de contar con el único hombre que ha disputado las diez ediciones anteriores de esta competición. Además, insistió en que la decisión tomada respecto a Mickelson no solo fue cosa suya o de su equipo de vicecapitanes Fred Couples, Davis Love III y Steve Stricker, sino que fue un proceso en el que participaron también los propios jugadores.
Su equipo de asistentes, por cierto, se ve ampliado con la incorporación de Jim Furyk, que tras retirarse del TOUR Championship por una lesión de muñeca, ha decidido no jugar por estas molestias. Entre sus planes no estaba ver la competición desde su sofá, así que no dudó en ofrecerse a Haas como ayudante. «Hubiera sido bastante miserable si me hubiese quedado en casa», argumentó.
En ese mismo torneo, Louis Oosthuizen también se retiró tras trece hoyos con molestias en el tendón de la corva. Tras recuperarse con su fisio en Florida, el sudafricano confirmó que está listo para el desafío de los próximos cuatro días en Corea.
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