A todos nos pasa. Es pisar la cancha de prácticas o intentar cambiar algo en nuestro juego corto para, inmediatamente después, salir al campo y pegar a la bola fuera de límites, al agua, hacer doscientos putts o recordar una de las palabras más temidas en el golf, “shank”. Y es quizá lo peor de todo: es algo normal. Los cambios no funcionan rápidamente, sino que dependen del proceso, de insistir una y otra vez hasta que se entienden y dominan. Como sabemos que todo esto es muy duro y que muchos habéis pensado en alguna ocasión que tanto esfuerzo no merece la pena, os traemos una pizca de motivación.
Lo primero es un señor que ha decidido innovar en el swing de golf con lo que se antoja un estudio complejo del movimiento, a través de una cuidadosa rutina con pasos muy certeros a seguir. Ha trabajado tanto que el resultado es impresionante y, seguramente, os preguntaréis: “Si él puede hacerlo, ¿por qué yo no?” Ahí va un desafío, analistas del swing y de la mente.
El segundo también requiere de un gran mérito. Veamos: se supone que el backswing, en el golf, debería implicar un giro de los hombros que acumule potencia para el downswing y, además, una colocación del palo arriba que nos permita bajar en un plano correcto, es decir, facilitarnos el impacto con la bola. Todos sabemos eso, ¿no? Vale, es probable que no muchos lo consigan hacer siempre. Luego está nuestro siguiente protagonista, que ha llevado la innovación hasta el siguiente nivel. Eso sí, si paráis el vídeo en el momento del impacto, su posición tampoco es tan mala.
Y después de dos jugadores que han decidido tomarse la batalla del swing por su cuenta y riesgo, he aquí uno que ha sido capaz de ganarlo todo con varios distintos. Sí, hablo de Tiger. Ha sido el mejor durante tanto tiempo y le hemos visto tantas cosas buenas que, en ocasiones, nos olvidamos de sus errores. Y son grandes, también. Recordad vuestra vuelta del fin de semana y comparadla con esto: ¿parecido, eh?
Pues si estos tres superhéroes pasan por los mismos problemas que nosotros, ¿a qué esperáis? Fuera quejas y a la cancha, que el jugador del primer vídeo cogió calle.
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