“Estoy sorprendido y decepcionado que los editores de Golf Magazine hayan pasado por alto las once victorias alrededor del mundo y dos majors que la número uno del Rolex Ranking, Yani Tseng, ha conseguido”. Eran palabras de Mike Whan, el máximo responsable del LPGA Tour, el pasado diciembre. El referente marcado era inaudito, ¿qué hacía falta entonces para que una jugadora ganara el reconocimiento del público? Whan decía lo que todos estaban pensando, defendía la causa del circuito que representa y se hacía un buen lugar en los medios de comunicación.
Sus palabras se han apoyado de hechos. El LPGA Tour ha anunciado su calendario para 2012 con cuatro torneos más, tres de ellos en Estados Unidos. Hasta ahora, el mejor circuito femenino del mundo contaba sólo con veintitrés pruebas y se había descentralizado alrededor de todo el mundo, sobre todo en Asia. En un momento delicado para el golf femenino por la dificultad de conseguir buenos patrocinadores, Whan accedió a su puesto en 2010 sucediendo a Carolyn Bivens. El panorama que se encontró fue desolador.
Al parecer no solo se está forjando una buena imagen ante el público en general, sino que está revitalizando un circuito que se encontraba en las últimas. Veintitrés torneos era una oferta muy pobre para las mejores jugadoras del mundo, que prácticamente tenían que acudir a todos y cada uno de ellos para contar con un calendario completo. La tendencia negativa se ha roto, y a buen seguro muchas jugadoras lo estarán celebrando.
El pasado año, Whan ya anunció que el LPGA Tour necesitaba al menos de treinta torneos anuales para crecer y conseguir la cobertura de los medios que merecía. Por aquel entonces sus palabras parecían marcar un objetivo poco real. El circuito no tenía tan pocos torneos desde 1972, cuando el golf no tenía la relevancia que posee en la actualidad. Se marcó el objetivo de llegar a esas treinta pruebas para el año 2013 y, tan solo unos meses después, algo imposible parece estar más cerca que nunca.
Los nuevos torneos empiezan con el primer torneo del año, el ISPS Handa Australian Women’s Open, que se disputará del 9 al 12 de febrero. Los otros tres son el LPGA Lotte Championship, que vuelve a llevar el golf femenino a Hawái; el Manulife Financial LPGA Classic, disputado en Ontario (Canadá); el Kingsmill Championship en Virginia y el Jamie Farr Toledo Classic en Ohio, que vuelve a formar parte del LPGA Tour después de nueve años.
El trabajo realizado en 2011 ha dado sus frutos y revitaliza un circuito en tiempos de crisis. Además se consiguen añadir pruebas en Norteamérica, lo que favorece que las jóvenes jugadoras que buscan una oportunidad no tengan que hacer interminables viajes en avión para probar suerte entre las mejores. En un momento en que el golf femenino está dominado por jugadoras asiáticas, la respuesta de Estados Unidos debía ser inminente.
Parece que el LPGA Tour ha encontrado en Mike Whan (que habló con Crónica Golf hace unos meses) a la persona adecuada para salir de uno de los peores baches de sus 62 años de historia. Ahora el objetivo es seguir creciendo. Cuenta con la mejor jugadora que se ha visto en los últimos años, Yani Tseng; una gran promesa como Lexi Thompson, que a los dieciséis años ya ha ganado en dos ocasiones (Navistar LPGA Classic y Dubai Ladies Masters) y una gran cantidad de jugadoras con carisma y gran nivel (con cinco españolas entre ellas). Una nueva era comienza para el LPGA Tour.
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