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Zona Pro

Una dictadora llamada Inbee

Enrique Soto | 24 de agosto de 2013

La vida sigue igual. Después de un British Open en el que la número uno se alejó de sus registros habituales y una Solheim Cup en la que el golf europeo brilló con luz propia, Canadá ha servido de escenario para que Inbee Park diera otra vez un golpe encima de la mesa. “Sigo siendo la mejor”, parecía decir tras entregar una tarjeta de 65 impactos. Sus rivales ya saben cuál es el baremo al que tendrán que medirse esta semana y es muy posible que jueguen algo más presionadas de la cuenta; hay pocas cosas más seguras como que Park llegará al domingo con opciones.

Los argumentos son de sobra conocidos. Inbee no falla mucho de tee a green y, cuando coge el putter, los hoyos comienzan a aspirar todo lo que tienen alrededor. El primer día, en el que realizó 67 golpes, solo necesitó de 26 putts; en el segundo ese registro se quedó en 25. Con eso le basta y le sobra para sacar dos o tres golpes al resto, con patear a su nivel habitual. “He pegado a la bola muy bien y, obviamente, he estado muy acertada en los greenes”, declaró al finalizar en un acumulado de menos ocho. “Si le das un poco más de la cuenta puedes hacer tres putts fácilmente, es algo que he intentado evitar. Lo hice en el 2 y fue algo decepcionante. Excepto por eso, lo he hecho muy bien”.

Cristie Kerr le igualó en el liderato tras llegar a los 66 golpes, mientras que Karine Icher y Angela Stanford les siguen desde el menos siete. Pero la diferencia entre Inbee y todas ellas no reside en la calidad del impacto a la bola, ni siquiera a la regularidad de un swing consistente. Es fácil, en este caso, explicarlo a través de los números. Kerr necesitó de 28 putts, al igual que Icher, mientras que Stanford de 26. Laura Davies, quinta clasificada, de 27, mientras que Lydia Ko y Paula Creamer, también con menos seis, llegaron hasta los 31. La dictadura que ha impuesto Inbee en el golf femenino encuentra su discurso favorito en los greenes, donde todas necesitan de más golpes que ella.

Nadie parece capaz de contrarrestar esta pequeña diferencia, que a veces es imperceptible a lo largo de una jornada, pero que siempre resulta definitiva al cabo de cuatro. “Menos cuatro en este campo está muy bien”, declaraba Kerr sobre su vuelta, intentado no perder de vista la realidad. “Siempre juega bien”.

Una Charley Hull cansada después de varias semanas compitiendo fue capaz de entregar 66 impactos y situarse en octava posición, a tres del liderato, mientras que otras europeas como Catriona Matthew, Suzann Pettersen o Caroline Hedwall son decimosegundas con menos cuatro. El torneo está siguiendo el transcurso que se esperaba: las jugadoras Solheim se enfrentan a la tiranía de Inbee, y tendrán que encontrar una respuesta en sus próximos hoyos si quieren cambiar su rendimiento inapelable.

Belén Mozo es trigésima con menos uno. Azahara Muñoz, tras firmar 69 golpes, se ha situado trigésimo cuarta con el par, mientras que Carlota Ciganda retrocedió hasta la quincuagésimo segunda posición con más uno. Beatriz Recari no pudo pasar el corte, situado en más dos, al entregar una tarjeta de 73 golpes (más tres total).

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