Poco conocíamos del Pine Valley Golf Club antes de que diera comienzo el Reignwood LPGA Classic, uno de los torneos que Mike Whan ha sumado esta temporada al calendario del circuito. Calles generosas, greenes pequeños, bunkers que entran en juego desde el tee de salida… El escenario parecía idílico para que las mejores del mundo sumaran un birdie tras otro, en una sucesión que muchas veces se ha calificado como festival. Tras tres jornadas disputadas, más que ámbito festivo, la competición ha adquirido tintes de masacre.
La carrera de aciertos marcha a una velocidad endiablada. El menos nueve que firmaron Jessica Korda o Na Yeon Choi el jueves parecía irrepetible, fruto de unas banderas faltas de peligros o de los primeros compases del torneo; algo típico con estas jugadoras a lo largo del año. Pero no se ha detenido, sino que va en aumento. Los birdies siguen cayendo hoyo tras hoyo, los pares 5 se alcanzan fácilmente en dos impactos, los pares 4 son asequibles… Como suele suceder en estas circunstancias, las que destacan con mayor claridad no son solo las más inspiradas con el putter en las manos, sino las que menos errores se dejan por el camino.
Ahí está Stacy Lewis. En 54 hoyos no ha cometido un solo bogey. Es fácil decirlo en una frase pero harto complicado de llevar a cabo; su ficha en este torneo es un monumento a la consistencia: cinco aciertos el jueves, siete el viernes, ocho el sábado… A medida que transcurre el torneo, la número tres del mundo va a más, esforzándose todavía por demostrar que está muy capacitada para vencer a Inbee en su mejor versión. 65 impactos, una vuelta de menos ocho y un acumulado de menos veinte es lo que refleja la clasificación. Lo que se ha visto en el campo es a una jugadora sin miedos. “Ha sido muy divertido”, declaró al finalizar.
A pesar del impresionante despliegue, no fue la mejor en Beijing. La principal razón para que se celebre este torneo por primera vez en el gigante asiático se llama Shanshan Feng, la primera ganadora de un grande proveniente de China (LPGA Championship de 2012). Ella, más que ninguna otra, está deseando ganar esta prueba. Su público, el futuro del golf en su país o su propia carrera profesional cobran esta semana un valor añadido que se está notando en su juego, y de qué manera. Hoy fueron nueve birdies sin errores, igualando la mejor vuelta del evento, pero es que ayer fueron los mismos en otra vuelta demoledora.
“Al principio estaba algo nerviosa”, comentó. “Mi objetivo este año es ganar dos torneos del LPGA Tour y todavía no he conseguido ninguno. No quedan demasiados, por lo que si quiere alcanzar mis metas, es el momento. Estoy sorprendida por la cantidad de gente que ha venido”. Sus dos menos nueve consecutivos le han permitido llegar a un acumulado de menos veintiuno, es decir, el liderato del torneo con un impacto de ventaja frente a Lewis. Solo quedan ellas en lo más alto, dos jugadoras sin fisuras. Inbee Park es tercera con menos dieciséis, Karrie Webb cuarta con menos catorce y Na Yeon Choi quinta con menos doce. La diferencia es abismal.
Beatriz Recari es la mejor española en competición con un global de menos siete, en la decimoquinta plaza. Carlota Ciganda y Azahara Muñoz son vigésimo segundas con menos cinco.
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