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Zona Pro

Un deporte tan bonito como cruel

Carlos Palomo | 30 de enero de 2012

Ayer vivimos en California uno de esos domingos golfísticos dramáticos. En el guión de la cuarta jornada del Farmers Insurance Open no cabían los sobresaltos después de un sábado aplastante de Kyle Stanley. Parecía uno de esos días en los que el aliciente en el espectador está en averiguar el resultado de un previsible ganador o en la lucha por el segundo puesto, pero una vez más, el golf nos demostró que es un deporte tan bonito como cruel.

Kyle Stanley llegaba a los primeros compases de la cuarta jornada con una ventaja de siete golpes que poco a poco fue convirtiendo en un margen menor pero igualmente seguro según avanzaban los hoyos del recorrido sur Torrey Pines. En los nueve segundos hoyos, sólo Brandt Snedeker aguantaba el tipo frente al dominio de Stanley, pero unas cuantas oportunidades de birdie falladas y un bogey en el 17 hacían prever que la remontada no se produciría.

Con un gran tercer golpe conseguía birdie al 18 para sumar 67 golpes (-5). Minutos después, ante la prensa, reconocía que era escaso esfuerzo para aspirar a un hipotético playoff debido a la cómoda ventaja de Stanley, que con el último hoyo por jugar era de tres golpes. Un televisor cercano sería la ventana que le permitiría saber cuán equivocado estaba. Cómodamente posicionado en el centro de la calle a 70 metros del green, Stanley imprimía demasiado spin a su sand wedge y, tras unos segundos de incertidumbre, su bola acababa en el agua.

‘Huy’, se escuchó decir a Snedeker.

Aun así, a Stanley le bastaban dos putts en una distancia de apenas 15 metros para llevarse el título, pero su putt para doble bogey y la victoria se iban por la izquierda. Al playoff. Minutos después se redimía Stanley con un birdie en ese mismo hoyo de fatídico recuerdo. Snedeker hacía lo propio y el escenario del desempate se trasladaba al hoyo 16, par 3.

Después de que Snedeker se recuperara de una salida deficiente y firmara el par, Stanley tuvo la oportunidad de prorrogar el desempate embocando un putt de dos metros… pero finalmente se confirmaba uno de los mayores dramas golfísticos del golf moderno. Como no podía ser de otra manera, incluso el ganador Snedeker admitía la locura del desenlace de este Farmers Insurance Open. “Es de locos. Lo siento de todo corazón por Kyle. Me siento mal por lo que ha tenido que pasar”. Curiosamente, el año pasado Snedeker ya consiguió otra inesperada victoria en Houston tras llegar a la cuarta jornada con seis golpes de desventaja frente a Luke Donald.

Entre lágrimas, Stanley buscaba explicación a lo ocurrido después de su 74 (+2) final. En el hoyo 2, tras sendos birdies, aventajaba en nueve golpes a Snedeker. De locos. “El 18 no es un hoyo difícil. Podría jugarlo miles de veces y probablemente nunca haría un 8. Ahora mismo estoy en una especie de shock”.

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