Óscar Díaz, Augusta (Georgia). No ha faltado mucho para el pleno español en un Masters que se está cebando con los iconos y las plusmarcas. Si Tiger tenía que renunciar a la cita de Augusta por si lesión de espalda, Mickelson fallaba su primer corte desde hace 19 años y Sergio García veía interrumpida su impresionante racha de seis meses en el top 20 de todos los torneos que ha disputado.
Entre tanto, Gonzalo Fernández-Castaño hacía que la atribulada vuelta del primer día pasara al olvido con un magnífico 69 y se unía a los veteranos Miguel Ángel Jiménez y José María Olazábal como aspirantes a un título que Bubba Watson, con -7, quiere poner muy caro a sus rivales.
Noche y día, contraste brutal entre la primera jornada y la segunda, sobre todo con el palo más largo de la bolsa, un driver que se le resistió el jueves.
“He jugado muy bien, todavía con mucha inseguridad desde el tee, pero he logrado pegar mejores drives, más empalados y evitando los árboles que es lo de que se trata, y los hierros los he pegado muy bien. He pateado con bastante seguridad y al final una vuelta de 69 que me pone en muy buena posición de cara al fin de semana”, resumía Gonzalo, que achacaba la mejora al trabajo con sus entrenadores.
“Ayer estuvimos trabajando con José Carlos (Gutiérrez) y Mariano (Bartolomé) en el drive y le he pegado bastante mejor, aún con mucha inseguridad porque después de tener un día como el de ayer te aseguro que cuando llegas al tee te imaginas cualquier cosa menos algo bonito. Al final, contento. Creo que he sacado adelante una vuelta muy buena, le he pegado sensacionalmente a los hierros, me he dejado muchas oportunidades de birdie y al final un 69 que en las condiciones que está el campo es un muy buen resultado”.
Gonzalo, decimoquinto, es consciente de que tiene el margen que le ofrecen 36 hoyos en Augusta, un campo inmisericorde con quien se despista y que todos los días provoca vuelcos y debacles.
“Todavía, con un buen fin de semana por delante, puede pasar cualquier cosa. Lo importante es que estamos ahí el fin de semana, estamos al par y quedan todavía 36 hoyos con mucho por hacer”, finalizaba el madrileño.
Sin grandes cambios en su juego o sensaciones, todo lo que ayer salió bien, hoy se ha torcido. Aun así, Jiménez conserva la calma y sabe que aún queda mucho Masters.
“Ha sido un día delicado, con esta brisa que ha empezado justo por la tarde cuando empezaba yo a jugar, un poquito incómoda, ya que entre los árboles complica la elección del palo y el golpe que quieres jugar. Sin duda, una vuelta trabajada desde el principio hasta el final”, resumía Jiménez, quien tiró de manual psicológico para encauzar debidamente la tensión generada.
“El estrés te lo genera la propia situación del torneo porque vas con un nudo en el estómago y me encanta esa presión, pero lo importante es no luchar contra ella, ni mucho menos. Somos humanos, fallamos golpes, he fallado el segundo golpe desde el búnker en el 1 y luego en el 5, pero luego he estado dando golpes muy buenos y jugando bien al golf”.
“Sigo diciendo que hay que tener paciencia. Este es un campo donde hay que tener mucha paciencia y no hay que querer hacer cosas extra. Hay que darle tiempo al tiempo y dejar que las cosas ocurran”.
Pese a la distancia, Jiménez es consciente de la situación del torneo y se le ilumina la mirada cuando se le plantea la pregunta de rigor sobre el desarrollo de la prueba durante el fin de semana.
“El torneo está muy apretado. El tercer puesto está en -3 y tampoco es una diferencia abismal. Este es un campo al que le haces cuatro menos y el que va por delante hace cuatro más y estás empatado, y ocurre así, como si nada. Ayer menos una y hoy he lanzado más cuatro pero no me da la sensación de haber jugado para hacer +4. Hay que tener mucha paciencia y hay que ir sumándolas despacito”.
El revés sufrido por el de Hondarribia en el hoyo 15 de la segunda vuelta ha estado a punto de hacer descarrilar su resultado, pero el vasco ha sabido sufrir y se ha mantenido a este lado de la línea del corte.
“Ha sido duro. Por la mañana, cuando hemos salido, el tiempo estaba muy bien y apenas había viento. He tenido que luchar mucho en los nueve primeros hoyos para hacer una bajo par, y luego en los segundos ha empezado a soplar el viento y se ha complicado la cosa, aunque tenía todo más o menos bien encarrilado”.
Olazábal hacía balance de los momentos complicados y explicaba qué palo le está dando más guerra.
“En el hoyo 14 he dejado la bola en green pero en una posición muy delicada y he hecho tres putts, y en el hoyo 15, después de fallar al drive, me he dejado el golpe que quería, 90 yardas al hoyo, he pegado el golpe que quería y pensaba que la había dejado al lado y al final ha terminado en el agua y he hecho un doble bogey que me mata y se me ha complicado la vuelta al final”.
“Hay un palo que me está matando que es el drive, el resto del juego está más o menos ordenado sin ser ninguna maravilla. De vez en cuando pego algunos golpes buenos con los hierros, aunque es verdad que fallo, pero el problema sobre todo en estos momentos es el drive”.
En golf todo se relativiza y a estas alturas el impacto del corte fallado por Sergio se habrá suaviza. El español sigue sin “meterle mano” al campo, aunque su juego haya merecido más y se haya tenido que marchar del torneo con un bogey en el 18.
“Hoy he jugado un poco mejor pero no soy capaz de sacarle nada al campo, aun cuando juego bien. Todo el mundo tenemos un némesis y tal vez Augusta sea el mío. No consigo encontrarle la manera de atacarle, de encontrarle las cosquillas, pero es lo que hay. Hay que seguir viniendo, seguir intentándolo y ver qué pasa”.
Además, Sergio García ha presenciado la exhibición de Bubba Watson, actual líder. Aunque los dos jugadores tengan poco que ver en los planos físico o técnico, la pregunta sobre cómo enfoca Bubba el juego en Augusta y si podría servirle para futuras edicioes.
“No he encontrado ninguna clave y si lo hubiera hecho me habría ido mucho mejor. La verdad es que él sí que ha jugado muy bien, se le ha visto muy sólido quitando un par de golpes, e incluso en ese par de golpes ha tenido la fortuna de hacer pares y seguir por la ruta correcta”.
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