Concierto de año nuevo en Nueva York del grupo Phish. Los asistentes podían esperar de todo de esta banda de rock estadounidense, pero quizá que les tiraran bolas (blandas, eso sí) en un descanso del espectáculo fuera exagerado. Así lo hicieron, demostrando que la música se les da bastante mejor que este deporte.
Un concierto (o maratón, según se mire) de unas cuatro horas y media. Algunos miembros del grupo se vistieron especialmente para la ocasión y no faltaron buggies, palos, hierba artificial, bolsas y el resto de materiales imprescindibles para una vuelta. A continuación, un par de vídeos del concierto.
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