Este domingo, el rojo y negro de nuevo serán los colores de guerra de Tiger Woods y no un atuendo de paseo como en sus últimas cuartas jornadas en las que ha estado sin opciones de victoria. A pesar de que perdió el liderato que ocupaba junto a Tom Hoge, Woods saldrá a pelear por el título del Wyndham Championship en una día en que saldrá a dos golpes de la nueva referencia del torneo, el americano Jason Gore.
El ritmo de birdies impuesto por el plantel presente en Sedgefield Country Club ha hecho que aún jugando bajo par, muchos jugadores acabaran perdiendo posiciones en esta jornada de movimiento. Tiger fue uno de esos damnificados, entregando un 68 (-2) que le deja empatado en la segunda posición junto a su compatriota Scott Brown y el sueco Jonas Blixt. Jason Gore asumió el mando gracias a un sublime 62.
Llegando -3 en el día sin fallos en su tarjeta al hoyo 18, una corbata desde dos metros le privó de meterse en el partido estelar del domingo. Con su -13 acumulado y solo cuatro bogeys en toda la semana, Woods luchará por su primera victoria en los últimos dos años, desde que ganara el WGC-Bridgestone Invitational en agosto de 2013. Su documentada trayectoria en el PGA Tour nos demuestra que ha ganado nueve de las doce veces en las que ha salido a un golpe del liderato en la jornada final, mientras que ha hecho lo propio seis de las veinte ocasiones en las que su desventaja era de dos impactos.
De sus tres vueltas bajo par de la semana, fue esta la que menos fino estuvo en los greenes, elevando sus estadísticas hasta los 31 putts. Aún así, continúa con su discurso positivo: «Lo estoy pasando bien. Ayuda que esté jugando bien y que el ambiente sea increíble».
Cinco golpes por detrás de la segunda plaza que ocupa Tiger se encuentra Gonzalo Fernández-Castaño. También el madrileño acumula tres días consecutivos entregando tarjetas por debajo de los 70 golpes que marcan el par de Sedgefield CC. Tras 54 hoyos, ocupa la vigésimo séptima posición al avanzar cinco puestos con su 67 (-3) del sábado. Aunque fue otra de las víctimas del hoyo 18, sus cinco birdies y solo dos errores hacen que llegue con la moral alta de cara a la que puede ser su última jornada de la temporada regular del PGA Tour.
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