Cuatro jornadas, tres campos y un aluvión de birdies. Es lo que se verá esta semana en el Humana Challenge, primera prueba del llamado West Coast Swing. En sus últimas seis ediciones, ningún ganador ha bajado del menos veinte el domingo, a pesar de la constante rotación de recorridos y del formato Pro-Am que promovió el precursor de este torneo en los sesenta, Bob Hope. Quizá sea por todas estas circunstancias poco habituales o porque el ambiente es más distendido que en otras pruebas, pero el vencedor acostumbra a ser una sorpresa. Nadie lo esperaba con Brian Gay en 2013, con Mark Wilson en 2012 o con Jhonattan Vegas en 2011. En esta edición, sin embargo, todo puede cambiar.
Básicamente porque la nueva distribución del calendario del PGA Tour, que dio el pistoletazo de salida a la temporada hace unos meses, ha provocado que varios de los pesos pesados del circuito apuesten por este torneo, uno de los que más causas benéficas acaparan del circuito. En el PGA West (en los recorridos de Nicklaus y Palmer) y en La Quinta Country Club se podrá ver por primera vez este año a Keegan Bradley y a su recién estrenado swing, construido junto a Chuck Cook; a Nicolas Colsaerts, que se aleja del desierto para asentarse en América; o a Rickie Fowler, que se presenta después de haber estado trabajando junto a Butch Harmon.
Los tres tienen objetivos comunes para el 2014: destacar en las grandes citas, ganar alguna prueba regular del circuito y meterse en sus respectivos equipos de la Ryder Cup. Se trata de un escenario muy cómodo para dar los primeros golpes competitivos del año, aunque no lo será en lo relativo a sus rivales. Otros hombres que consiguieron ganar durante la pasada campaña se han presentado en Palm Desert para sumar la última muesca a sus revólveres, véase a Webb Simpson, Bill Haas, Billy Horschel o el últimamente todopoderoso Zach Johnson, capaz de vencer a Woods e imponerse en un campo que no se adapta demasiado bien a los puntos fuertes de su juego.
El pasado, por otra parte, nos habla de otros jugadores a los que se les dan precisamente bien estos recorridos. Un buen ejemplo es Charles Howell III, que a pesar de no haber ganado en los últimos siete años una sola prueba finalizó segundo el año pasado tras caer en playoff, y llega tras finalizar octavo en Hawái. Otro buen caso es el de Ryan Palmer, que en sus dos últimas salidas en el Humana registra una cuarta y una sexta posición, y quedó octavo en el Waialae Country Club. Harris English es otra buena apuesta, ya que tras sumar sus dos primeras victorias en el PGA Tour en 2013 (a los veinticuatro años) terminó decimoprimero en el Hyundai y cuarto en el Sony Open, confirmándose como uno de los jugadores más en forma del momento.
Mañana arrancará el torneo del West Coast Swing, preludio de campos como Torrey Pines, el TPC de Scottsdale, Pebble Beach o Riviera. La temporada se ha echado encima de los mejores del circuito y es tiempo de estrenos. Alguno de ellos bien podría hacer el año en las siguientes semanas.
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