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The Open, sí; The US Open, no

Javier Pinedo | 22 de julio de 2013

Quien le iba a decir a Phil Mickelson que su mejor vuelta de golf vendría en uno de los mejores links del mundo y que le serviría para ganar el torneo de golf más antiguo y de mayor prestigio. Él, el chico de San Diego que tiene entre ceja y ceja, como buen estadounidense, ganar un US Open que le ha “castigado” con seis segundos puestos, y que estaba convencido, todavía lo declaraba esta semana antes de inicarse The Open, que su juego no se adaptaba a lo que se necesita para dominar los links.

Pero el golf siempre acaba premiando a los más grandes, así lo ha hecho siempre, y nadie puede dudar ya de que Mickelson es uno de los más grandes jugadores de la historia de este deporte.

En una última jornada en la que nadie contemplaba sus opciones de triunfo (él tampoco lo hacía, ironías del destino), Phil supo estar en el lugar idóneo a la hora precisa para saber aprovechar todos los traspiés de sus rivales y, con un juego espectacular en los últimos hoyos, alzarse con la victoria. El primero en caer, casi de manera sorprendente pues era el máximo favorito, fue Tiger Woods, con dos greens a tres putts casi seguidos y una actitud que coincidía con la que viene teniendo en las últimas jornadas de los últimos Grandes que ha jugado, donde parecía autodescartarse pese a estar siempre en la pomada. Desde luego, así le va a costar mucho a Tiger ganar su decimoquinto grande y más aún superar el registro de Nicklaus. Lo puede hacer, pero cada vez el cerco se va estrechando más y más sobre él.

La siguiente víctima fue el líder del tercer día, Lee Westwood. El inglés lo tenía todo para ganar su primer Grande, pero unas decisiones erróneas y sobre todo un miedo escénico que transcendía a cada paso que daba hicieron inútiles las intentonas de sacar la cabeza del agua a lo largo de los 18 hoyos. Siempre que se podía equivocar, lo hacía; siempre que había que apostar por el lado malo, allí terminaba y así, evidentemente, resulta imposible.

El siguiente en caer, un poco a imagen y semejanza de lo que sucedió ya el año pasado, como si de un revival se tratase, fue Adam Scott. Igual el australiano se creyó que ganando a Tiger sería suficiente para levantar por fin la jarra de clarete. ¡Pues no! Para llevarse un Grande hay que poner toda la carne en el asador y el ganador de Augusta no supo hacerlo. Como tampoco lo supo hacer por segunda semana consecutiva Stenson. El sueco ya desapareció el último día de Castle Stuart la semana pasada y se convirtió en un mero espectador de la victoria de Mickelson en el Open de Escocia. Ayer repetía faena, rindiéndose casi antes de haber empezado a luchar.

Ante este panorama, a Phil le bastó con sacar a pasear su mejor juego, que cuando lo hace está muy por encima del de los demás, limitar las “mickelsonadas” a la nada y dar las dos mejores maderas de su vida en el 17 para conseguir el mejor día de golf de su carrera y coronarse en la cuna del golf, por mucho que quieran decir los de St Andrews.

Mickelson no se permitió ningún lujo durante todo el día, jugó concentrado y casi podríamos decir que lo hizo siguiendo a ciegas a su caddie, que tantos disgustos le ha dado en el US Open entre otros, y demostrando un sentido táctico increíble. No es de extrañar que ahora mismo a Mickelson sólo le falte el US Open para completar el Grand Slam y poder entrar así en la exigua corte de los que tienen como mínimo una victoria en cada uno de los cuatro Grandes. Y que nadie dude de que ese US Open caerá pronto, porque Phil se lo merece.

Y no quiero terminar sin alabar a Miguel Ángel Jiménez, mejor español del torneo, al que el fin de semana le ha dado un revolcón, pero el Pisha quiere seguir intentándolo y seguro que con el tesón que tiene le volvemos a ver luchando por un Grande. Y bravo también para Eduardo de la Riva por ese sensacional primer Grande que ha tenido, decimoquinto y desplegando un golf de altos vuelos. También debo animar a Rafa Cabrera-Bello y a Gonzalo Fernández-Castaño, y lamentar una decepción más con Sergio, que además no encontró ni dos minutos para explicar a la prensa española sus sensaciones del último día porque tenía un avión que coger. Sus aficionados igual se merecían una explicación.

Termina un gran The Open Championship con un nombre que engrandece su historia, Phil Mickelson, al que solo le falta conseguir llegar a ser número uno del mundo. Da la impresión que solo tiene que proponérselo.

Javier Pinedo es la voz del golf en nuestro país. Este periodista especializado atesora un currículum inigualable y lleva en el «zurrón» innumerables majors, Ryder Cups y competiciones de primer nivel. Gracias a su experiencia y conocimientos, se ha convertido en una referencia ineludible tanto en las retransmisiones televisivas de Canal+ Golf como en su columna mensual en la revista Golf Digest. Esta semana Javier Pinedo está desempeñando su labor en Muirfield y nos acompañará con una serie de columnas desde la sede del Open Championship 2013.

1 comentario a “The Open, sí; The US Open, no”

  1. El 22 de julio de 2013 lloverti ha dicho:

    Felicitar a Javier por su labor entrega e ilusión en las retrasmisiones.

    Que grande Mickelson, que espectáculo, que manos. El approach del 18 fue alucinante y le faltó muy poco para ser Mickelsonada, pero la historia estaba de su lado y fue el remate a una gran vuelta de Golf.
    Valiente!!!!
    Me alegro mucho de su victoria y de paso me hizo ganar unos €!!!!!
    Awesome!!!

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