Durante 14 hoyos de la tercera vuelta del Hyundai Tournament of Champions, al juego de Steve Stricker, lejos de ser calamitoso, le faltó brillo y sus rivales se relamían mientras recortaban en grupo la diferencia que les separaba. Poco después, Stricker cerraba con cuatro birdies el día para afrontar la jornada definitiva con los mismos cinco golpes con que partía horas antes.
Stricker, que ya lideró este torneo el año pasado después de 54 hoyos, saca cinco golpes al terceto compuesto por los estadounidenses Jonathan Byrd (campeón en 2011) y Webb Simpson, y el escocés Martin Laird, único representante europeo en Hawái.
Stricker lleva acumulados 13 golpes bajo par en el tramo que va del 15 al 18 en los tres días jugados, dato contundente que le debería proporcionar cierta seguridad.
“Espero no tener que esperar hasta el final como hoy [por ayer] y el primer día. Es reconfortante saber que he jugado bien esos hoyos, aunque espero empezar mañana un poco mejor, hacer pronto unos cuantos birdies y ponerme en una posición más cómoda que la de hoy”, declaraba Stricker al finalizar su vuelta. Y es que el de Wisconsin no estuvo cómodo durante gran parte de la vuelta y, por ejemplo, mostró su enfado en el tee del 12 después de cazar el búnker de una calle anchísima, en un gesto impropio del estadounidense.
No es la primera (ni la segunda, ni la tercera) que Steve Stricker tiene problemas para cerrar una victoria después de llegar destacado a la cuarta jornada, aunque su rendimiento en el tramo final del Plantation Course de Kapalúa deja a todo el mundo con la sensación de que el número seis del mundo se guarda un as definitivo en la manga en este primer torneo del PGA Tour 2012.
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