Seve Ballesteros, el mejor jugador español de la historia, ha fallecido esta madrugada a los 54 años de edad en su domicilio de Pedreña, desenlace no por esperado menos doloroso tras el comunicado de prensa hecho público ayer por la familia del golfista en el que anticipaban su agravamiento.
Seve ha estado rodeado en todo momento de sus seres queridos y acompañado en la distancia por su segunda familia, la familia del golf mundial, que se ha prodigado en muestras de cariño y agradecimiento desde que se tuvo noticia del empeoramiento del cántabro.
El genio de Pedreña llevaba algo más de dos años librando un match-play sin cuartel contra el rival más fiero al que se ha enfrentado, un partido que ha llevado hasta los hoyos extra echando mano de las bazas que ha exhibido a lo largo de su vida: coraje, tesón, ilusión y capacidad combativa. La lucha contra el tumor cerebral que ha acabado con su vida ha servido para engrandecer más si cabe su figura, que ha trascendido las fronteras del golf y le ha colocado en un Olimpo exclusivo y reservado a los mejores.
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