A entrenador nuevo, victoria asegurada. Es lo que dice una frase hecha en el mundo del fútbol, tan manida como carente de cualquier lógica. Lo cierto es que hay veces que pequeños cambios surten efecto inmediato de manera positiva. Ayer, Sergio García se presentaba en el tee del 1 del Colonial Country Club con un nuevo caddie después de haber acabado su relación profesional con Glenn Murray rompiendo un binomio de más de 12 años. Con Gary Matthews a la bolsa, el español completó su primera ronda del Crowne Plaza Invitational con un buen 66 (-4) con el que se sitúa a dos golpes del líder, Zach Johnson, en la sexta plaza.
Lo cierto es que se vio a una versión más positiva de Sergio García que la de Finca Cortesín en su partido frente a Graeme McDowell. Su 66 es su vuelta más baja en el PGA Tour desde el 65 que firmó el pasado mes de septiembre en el Deustche Bank Championship.
Además, el campo de Colonial parece un buen escenario para que García experimente un punto de inflexión en su temporada, más allá del cambio de caddie. El de Borriol ganó aquí en 2001 en su primera visita, remontando cinco golpes a Phil Mickelson en la última jornada tras firmar 63 impactos, mientras que el año pasado finalizó en la decimosexta posición. El jueves comenzó con dos birdies en sus dos primeros hoyos (10 y 11) y completó los nueve primeros con -3. En el par 5 del 1 logró un eagle que le ponía con -5, un resultado que solo un bogey tras un tripateo en el hoyo 3 impidió que fuera el definitivo. En general, sus números en los greenes fueron excelentes y finalizó con 26 putts, una cifra que de repetirse le puede dar muchas opciones de cara al fin de semana.
Tras su buen comienzo, las preguntas de la prensa estadounidense tenían a Glenn Murray como protagonista. “Hemos estado juntos mucho tiempo. Probablemente necesitábamos un respiro, aunque ya veremos qué ocurre”. Ya en lo que se refería a la propia jornada, el español se mostraba orgulloso con su juego desplegado en los 13 primeros hoyos. A partir de ahí, falló un par de greenes que pudo recuperar con approach y putt. La clave, según él, está en no perder calle por el tipo de bermuda del rough y la dificultad que implica saber cómo se va a comportar la bola exactamente.
El Colonial Country Club favorece el juego de jugadores muy precisos y como prueba de ello, Zach Johnson se ha colocado como líder al final la primera jornada con un resultado de 64 golpes, seis bajo el par. Es un soplo de aire fresco en la temporada del americano, que hasta ahora no ha fallado un solo corte pero que ve pasar los torneos y las oportunidades de victoria semana a semana. “Hoy tuve un gran día. Un muy buen comienzo, con golpes de calidad. Nunca me puse en compromisos,” declaró al finalizar su vuelta. “Mantuve el campo ante mí. Ataqué cuando pude. Salvé un par de hoyos cuando lo necesitaba y… No puedo quejarme de nada”.
Y es que después de la disputa del Byron Nelson Championship en el TPC Four Seasons, un campo de carácter muy técnico, el PGA Tour aterrizaba en otro con características similares y los requisitos para hacer pocos golpes siguen siendo los mismos: calles, greenes y un buen porcentaje de putts metidos. Por eso es fácil adivinar quién está ahí arriba otra semana más. Exacto, Jason Dufner.
Por si no había tenido bastante con sus dos primeras victorias en el circuito en tan solo tres semanas (con boda de por medio), Dufner sigue queriendo más y demuestra que su estado de forma no se sostiene únicamente en un buen ritmo; es un estado de ánimo. En un campo que se adapta muy bien a su juego, vuelve a colocarse en primera línea de batalla después de firmar 65 impactos. En Colonial comenzó con tres birdies consecutivos y en el hoyo 8 ya se encontraba con cinco golpes bajo el par. Harris English, Tom Gillis y Kyle Reifers terminaron con el mismo resultado.
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