“Sé que el European Tour sancionó durante dos años este torneo y luego se produjo la ruptura por algún motivo. Creo que deben sentarse con la gente del Royal Trophy y resolver sus diferencias, dado que es un asunto importante”, declaraba José María Olazábal hace diez días, refiriéndose a los regentes del European Tour a raíz del choque frontal entre el Royal Trophy y la próxima EurAsia Cup, dos competiciones que enfrentan a equipos asiáticos y europeos.
En el fondo de la cuestión, además de los intereses puramente deportivos (que también recalcó Olazábal en sus declaraciones) vuelve a estar la figura del gran Seve Ballesteros. Por un lado, el as de Pedreña creó el Royal Trophy (del que se ha disputado este año la séptima edición, y su sobrino Iván es quien dirige el torneo actualmente; por otro, los hijos de Seve y la Fundación Seve Ballesteros han decidido vincularse a la nueva EurAsia Cup que se disputará en Kuala Lumpur del 27 al 29 de marzo del año que viene. En medio el director ejecutivo del European Tour, George O’Grady, destinatario de las críticas nada veladas de José María Olazábal y mencionado una vez más por Vicente Ballesteros, hermano de Seve, e Iván en una andanada de duras acusaciones después de que el ejecutivo del circuito continental hubiera afirmado que Seve habría apreciado la EurAsia Cup. Lejos de sentarse a hablar como proponía Olazábal, las posturas parecen más encontradas que nunca.
“George O’Grady dice que Seve habría apreciado el nuevo torneo que intentan crear para dañar la historia y el legado del Royal Trophy. No es cierto. Seve estaba muy unido emocionalmente al Royal Trophy. Estoy seguro de que Seve hubiera encontrado esta nueva propuesta de muy mal gusto y muy irrespetuosa”, declaraba Vicente Ballesteros en una entrevista por correo electrónico a la agencia AFP.
“Mi hermano era un hombre muy justo y jamás hubiera apoyado este tipo de acciones poco sinceras. Yo no tengo intereses personales en el Royal Trophy y mi único interés es respetar lo que Seve pensaba y deseaba”, proseguía Vicente, que también afirmaba que su hermano Baldomero tampoco apoya el nuevo torneo.
Otro de los protagonistas de este cisma es Iván Ballesteros, sobrino de Seve, que llegó a un acuerdo con los hijos del jugador de Pedreña para dejar la Fundación Seve Ballesteros y centrarse en el Royal Trophy, torneo que dirige.
“La historia no se puede reescribir. Si los circuitos europeo y asiático creen que les dejaremos que manipulen y tergiversen las intenciones de Seve con tan mal gusto, se equivocan por completo”, indicaba Iván.
Al margen de las implicaciones empresariales, a nadie se le escapa que este es el último episodio del enfrentamiento más o menos larvado entre ambas ramas de la familia Ballesteros (por un lado sus hijos y su exexposa; por otro, dos de sus hermanos y su sobrino), un desencuentro que parecía haber quedado zanjado con la salida de Iván Ballesteros de la Fundación del as de Pedreña.
Sin duda, no es el mejor comienzo en el plano mediático para la EurAsia Cup, la competición por equipos en la que estarán Miguel Ángel Jiménez como capitán y Gonzalo Fernández-Castaño como jugador, aunque hay que recordar que el torneo cuenta con la bendición y el apoyo de los hijos de Seve y de su Fundación, destinataria de su recaudación benéfica.
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