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Zona Pro

Rory McIlroy se enfrenta al destino

Óscar Díaz | 18 de junio de 2011

Logotipo del US Open 2011Récords históricos batidos, cifras mareantes, tiros guiados por láser, comparaciones con Tiger… Resulta complicado eludir las hipérboles al referirnos a los 36 primeros hoyos jugados en el US Open 2011 por Rory McIlroy, pero lo cierto es que los adjetivos elegidos no terminan de describir con justicia la exhibición del joven norirlandés.

Como en la primera jornada del Open Británico 2010 de St. Andrews y los tres primeros días en Augusta National, McIlroy ha bordado su golf y solo un postrero doble bogey en el hoyo 18 fruto de la ambición por la borrachera de buen juego de la jornada de hoy le ha impedido acabar con una cifra definitiva en el marcador.

McIlroy recuerda al Woods extraterrestre de Pebble Beach, aquel US Open en el que Jiménez, con su gracejo habitual, decía que él (segundo clasificado junto a Els) había sido “el primero de los mortales”. Swing puro y equilibrado, acierto en los greenes y recursos en el juego corto en las escasísimas ocasiones en las que el par se veía comprometido.

Su -11 final es récord tras 36 hoyos en el US Open, y el -13 que llevaba en el 17 de la jornada de hoy supera en un golpe a la marca establecida por Gil Morgan, también en Pebble Beach, en 1992.

Rory dice haber aprendido de sus errores del Masters y está decidido a mantener la agresividad, aunque esa agresividad no siempre se refleje en la búsqueda de banderas imposibles. De momento, parece que el US Open, más que ganarlo sus rivales, solo puede perderlo él, aunque pocos se atreven a apostar en contra del norirlandés, que sería dignísimo sucesor de su compatriota McDowell.

Además de Sergio García y Álvaro Quirós, los dos españoles ubicados en el top ten a quienes dedicamos una crónica aparte, el coreano Yong eun Yang es la principal amenaza para McIlroy. Hoy, en una vuelta plena de lucha y movimiento, ha conseguido arañarle otros dos golpes al campo en una jornada vespertina afectada por un chaparrón y su correspondiente aplazamiento por tormenta (que ha reblandecido y dulcificado en cierta medida el recorrido del Congressional Country Club) y se encuentra a seis golpes del norirlandés.

Por detrás, revolución en la clase media-alta estadounidense (ayer solo Ryan Palmer figuraba en el top ten) con Zach Johnson, Matt Kuchar y Davis Love III, el capitán Ryder, como principales exponentes; reacciones contundentes del calmado Alexander Noren y del guerrero Marcel Siem; vueltones del amateur Patrick Cantlay y el neoprofesional Bud Cauley (ganador de la previa de Tunica en la que Sergio se agenció su pasaporte al US Open); sufrimiento de Donald para superar el corte; remontadas sin mucho ruido de Mickelson, Westwood y Stricker; y debacle de los “Golf Boys” (Watson, Crane, Fowler y Mahan) en pleno, que parecen haberse dejado su empuje en sus vídeos musicales.

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