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Zona Pro

Resaca de US Open

Enrique Soto | 18 de junio de 2013

El gran triunfo de Justin Rose en el segundo grande de la temporada ha eclipsado algunos de los momentos que se vivieron a lo largo de la última jornada en el Merion Country Club. Gracias a Lee Westwood, ya habíamos visto que la unión de este campo con unas condiciones muy duras de juego provocaba situaciones casi inauditas, por lo que os ofrecemos algunas de las historias más curiosas que acontecieron el domingo.

Luke Donald es el primero de la lista. El hoyo 3 de Merion fue el domingo toda una odisea para muchos participantes, ya que se jugaba con 266 yardas (243 metros) de longitud. El inglés no es el jugador más pegador del circuito, así que cogió el driver de salida, con los riesgos que eso implica. Su bola fue a parar a la izquierda donde, desafortunadamente para él, impactó en una voluntario. Un mal rato para el bueno de Luke, a quien seguro no le ayudó demasiado ver cómo estaba la chica para dar su siguiente golpe a green.

Pero si hablamos de los pares 3 de Merion, qué mejor que recordar el único hoyo uno que se ha hecho en este campo en un US Open. Fue Shawn Stefani, que en uno de los primeros partidos del domingo sacó el hierro 4 de su bolsa para salir del 17. No tenía opción alguna de meterse entre los diez primeros, pero el tirar frente a tanta gente en la última jornada de un grande seguro que le dio una buena dosis de adrenalina. Su golpe salió a la izquierda, botó en el rough y fue rodando lentamente hasta entrar en el agujero. Como podéis ver, lo primero que hizo tras coger su bola fue besar el rough.

Steve Stricker salía con opciones de victoria en la última jornada, habiendo desplegado un golf muy consistente a lo largo de las tres primeras. A sus 46 años, podría haberse convertido en el ganador más veterano en la historia de un U.S. Open, pero un triple bogey en el hoyo 2, par 5, dilapidó todas sus opciones. “Es la naturaleza de este deporte, supongo. Te pone en tu sitio con bastante rapidez, a veces”, declaró al finalizar. Su primera bola fue a la derecha, fuera de límites, y cuando se dispuso a pegar la segunda, con un hierro 4 en las manos, sucedió esto:

Rickie Fowler tampoco se salvó de los pares 3 de Merion. Cuando pegó su salida en la última jornada, salió directa hacia las gradas y como ya ocurriera el viernes con Lee Westwood, un aficionado la cogió en el aire. Parece que en Filadelfia se esconden grandes jugadores de baseball. Rickie solo pudo contemplar el vuelo de su bola y a punto estuvo de morder su hierro.

A veces es mejor que nos centremos en los grandes golpes. Mickelson había cometido dos dobles bogeys en la última jornada y solo había conseguido un birdie cuando salió del hoyo 10. Un escenario muy alejado de lo que tenía en mente por la mañana, suponemos, pero el repertorio de golpes de Phil es tan amplió que se las apañó para dar la vuelta a la situación en solo unos segundos. Ya sabéis lo que sucedió entonces, pero verlo de nuevo nunca viene mal.

Y por último, la foto del ganador. Le vemos cuando recoge el trofeo, en rueda de prensa y posiblemente, en la portada de revistas y otros periódicos, pero nunca sabemos a ciencia cierta lo que hace un campeón del US Open cuando se queda solo y piensa: “He ganado”. Ahí va una idea de lo que puede ser su desayuno a la mañana siguiente.

Justin Rose, leyendo la prensa tras ganar el US Open

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