Desde que Geoff Ogilvy ganara el U.S. Open del año 2006 ha conseguido la victoria en otras cuatro ocasiones, la última de ellas en el SBS Championship de 2010. Desde entonces y hasta la semana pasada, el australiano mantenía una tercera posición en el BMW Championship como mejor resultado de las dos últimas temporadas; un registro bastante pobre si tenemos en cuenta todo su potencial. Pero algo cambió esta semana en el PGA National, porque el jugador que fallaba cortes con facilidad y no llegaba ni a los cien primeros del circuito en greenes en regulación volvió a deslumbrar con impactos certeros a banderas esquinadas o golpes de recuperación capaces de paralizar al público durante unos segundos. Ogilvy finalizó segundo en solitario, y si no llega a ser por un contundente Michael Thompson bien podríamos hablar de un nuevo triunfo.
Puede ser el punto de inflexión de un jugador que si bien es cierto que nunca se caracterizó por una regularidad pasmosa, sí que era capaz de explotar todo su talento en determinados momentos del año. Vale la pena recordar a Geoff Ogilvy, ganador de un U.S. Open con un acumulado de mas cinco tras cuatro días de competición, contundente en los hoyos finales como posteriormente lo harían Tiger Woods, Graeme McDowell, Rory McIlroy o Webb Simpson en el mismo torneo. Él, aquel año, lo hizo en el escenario más duro que ha acogido el segundo grande de la temporada en mucho tiempo.
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