Una temporada en mitad de la clasificación. Así se podrían definir los últimos meses de Rafael Cabrera-Bello, un jugador que dio un paso de gigante en 2012 ganado en Dubái y algo dubitativo en tiempos recientes, en los que su juego no parecía conjugarse a lo largo de cuatro días de competición. Pero la insistencia es un arma poderosa, y a pesar de no atravesar su mejor momento, el grancanario ha sabido esperar, aguantar hasta los fines de semana y arañar puestos como el animal que se sabe herido, pero que espera recomponerse pronto. En el Abierto de Gales, podría llegar su siguiente zarpazo.
Gleneagles está mostrando la misma cara que en su última edición, ganada por Thongchai Jaidee con un acumulado de menos seis. No es fácil encontrar resquicios en sus defensas o, por lo menos, no caer en alguna de sus múltiples trampas. Espen Kofstad, líder en la primera jornada tras firmar 64 impactos, se dio cuenta bien rápido en su camino hasta los 74 en esta segunda. Mismo jugador, mismo estado de forma, pero diez golpes de diferencia. Hace falta algo más que buenas sensaciones para triunfar esta semana y es posible que toda la garra que ha mostrado Rafa durante los últimos meses sea el camino más directo hacia una opción de victoria.
Cinco birdies y dos bogeys en su tarjeta hablan del trabajo, no de la casualidad que en ocasiones envuelve una vuelta de golf. Controla sus golpes y, sobre todo, sus fallos y con tan solo un resultado de menos tres ha conseguido subir veintitrés puestos en la tabla. Así se está definiendo el campo en estos dos días: impasible, duro. Dos impactos le separan del nuevo líder del torneo, un jugador local sin nada que perder y muchísimo que ganar. Se trata de Liam Bond, el único capaz de bajar de los 70 con claridad en dos ocasiones. Su menos cinco le otorga uno de ventaja sobre Kofstad y Van der Walt, y dos sobre el español, Graeme Storm, Peter Uihlein, Grégory Bourdy y un rejuvenecido Paul McGinley.
Ayer fueron los quince primeros puestos los que señalaban los resultados bajo par, mientras que hoy se han reducido a once. A medida que pasan los hoyos, esta secuencia debería ir aumentando hasta finalizar una selección natural que determine al campeón. Eduardo de la Riva entiende muy bien este tipo de escenarios, ya que su juego no se basa en ataques imprudentes ni fogonazos espontáneos. No existen fuegos artificiales en su consistencia de tee a green, pero hoy, con una vuelta de 70, ha visto como subía once puestos en la tabla, hasta la decimoprimera posición. Silencioso, calmado y en una gran forma desde el último Open Championship, su primer grande, Eduardo partirá a cuatro de la cabeza el fin de semana.
El resto de la Armada no anda demasiado lejos. José Manuel Lara, en su camino a salvar la tarjeta para el año que viene, se ha situado en más uno. Jorge Campillo ha llegado hasta el más dos tras realizar 73 golpes y Gonzalo Fernández-Castaño ha descendido hasta el más tres, en un día más descontrolado que el primero (75). El corte se ha ido hasta el más cuatro, dejando al resto de contendientes sin opciones en Gales. José María Olazábal terminó a un impacto, Alejandro Cañizares e Ignacio Garrido a dos, mientras que Pablo Larrazábal, Miguel Ángel Jiménez, Álvaro Quirós y Carlos del Moral terminaron más lejos.
Alejandro Cañizares Álvaro Quirós Carlos del Moral Celtic Manor Eduardo de la Riva Emiliano Grillo Espen Kofstad European Tour Gonzalo Fernández-Castaño Graeme Storm Gregory Bourdy Ignacio Garrido ISPS Handa Wales Open Jorge Campillo José Manuel Lara José María Olazábal Laim Bond Mark Foster Miguel Ángel Jiménez Pablo Larrazábal Paul McGinley Peter Uihlein Race to Dubai Race to Dubai 2013 Rafa Cabrera-Bello Thomas Björn Tjaart van der Walt
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