El LPGA Tour vive un período lleno de cambios. No solo se trata de su creciente número de torneos, la expansión hacia Asia, el quinto grande del año o su enorme capacidad de captación de las mejores jugadoras del planeta, sino que además no cuenta con una clara dominadora. Estuvo Inbee Park, sí, que ganó seis torneos la pasada campaña, incluyendo tres majors. Pero eso aconteció entre febrero y junio, un período de cinco meses tiránicos. El resto de la temporada fue un vaivén de nombres, veteranas y jóvenes promesas, chicas que se resisten a ceder sus galones y otras que vienen pisando tan fuerte que hacen retumbar los cimientos establecidos.
Stacy Lewis y Suzann Pettersen se confirmaron como las principales alternativas a Inbee durante los últimos meses del año, mientras que otras jugadoras como Lexi Thompson, Shanshan Feng y, especialmente, Lydia Ko, también dejaron muy claro que su historia no había hecho nada más que comenzar. Esta semana, en el Women’s Australian Open, muchas de ellas se verán las caras, en lo que se prevé como el primer asalto de un combate larguísimo y lleno de altibajos. El escenario, como no podría ser de otra forma, estará a la altura de todos y cada uno de estos duelos.
El Victoria Golf Club ha albergado ya tres ediciones del Australian Open y otras dos de su versión femenina. Cuenta, al igual que muchos campos del país, con esa mezcla tan equilibrada entre elementos propios de los links y los más característicos de los estadounidenses; a sus múltiples ondulaciones le siguen tiros que deben ir directos al trapo. En otras palabras: pone en tensión todas las partes del juego hasta dejar solo a las mejores en lo más alta de la tabla. Esta semana no veremos tanto una carrera de birdies hasta el domingo, sino una dura prueba tras otra en la que los buenos golpes serán recompensados puntualmente. Los malos encontrarán su castigo.
Y el plantel, como decimos, es un lujo para la vista. Inbee no está todavía, quizá ocupada en reposar cuerpo y, sobre todo, mente, antes de una nueva vida como número uno. Sí lo estarán Lewis y Pettersen, hambrientas por cazarla en lo más alto, o Paula Creamer, Jessica Korda, Lexi Thompson y Morgan Pressel, dispuestas a demostrar que el golf americano sigue muy vivo. Pero quizá lo más emocionante que puede acontecer en el golf femenino en los próximos meses lleve parejo el nombre de chicas aún más jóvenes, como Charlie Hull, Ariya Jutanugarn o Lydia Ko. Siguen aprendiendo, como es típico de su edad, pero lo hacen a una velocidad tan endiablada que pueden llevarse por el camino algún que otro gran premio.
A partir de mañana, en Victoria, también habrá cinco profesionales españolas, dispuestas a mejorar la que hasta ahora ha sido la mejor temporada conjunta de su historia. Beatriz Recari llega preparada para responder a las dos victorias del 2013 ante las mejores, Azahara Muñoz tiene entre ceja y ceja volver a saborear las mieles del triunfo y Carlota Ciganda ya ha pasado por todo un año de aprendizaje para aspirar a cotas altísimas, las mismas que le vieron dominar el golf europeo hace no mucho. Junto a ellas, María Hernández y Belén Mozo aspiran a meterse en el selecto grupo de jugadoras que conforman el núcleo duro del circuito más exigente.
Se trata solo del primer asalto, pero la competitividad reinante no lo hace ni mucho menos intrascendente. Es la hora en que las mejores comienzan su escalada hacia Inbee.
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