El grancanario Daniel Carretero es miembro de Clase A de la GCSAA (Golf Course Superintendents Association of America) y es el único español que ha ejercido de greenkeeper en Augusta National. Por su experiencia previa en Pinehurst No.2, ha sido requerido para colaborar en el mantenimiento del campo durante el US Open de este año y nos tendrá al tanto de todo lo que acontezca durante esta semana en el recorrido de Carolina del Norte.
“Como un Open Británico con greenes de Augusta”, así definía Harris English el recorrido número 2 de Pinehurst, un links de interior convertido en obra de arte gracias al talento de Donald Ross, su diseñador, cuyo espíritu han recuperado Bill Coore y Ben Crenshaw en su remodelación. Sin duda, una vuelta a los orígenes que ha recabado elogios unánimes. Un campo marrón y precioso, añado yo, y una magnífica maniobra de la USGA para demostrar que algo natural y pardo puede ser visualmente atractivo.
Solo quedan fotos sepias, similares a la estampa que presenta hoy la sede del US Open, de los primeros tiempos del resort, cuando se construyó como residencia para los enfermos de tuberculosis que acudían al complejo de Carolina del Norte en busca de un clima benigno. Algunos de ellos llegaban con palos de golf para jugar en los arenales de los alrededores y por eso los propietarios decidieron construir el primer campo de golf. El artífice de cuatro de los recorridos del complejo, el mencionado Donald Ross, residía a la izquierda de la calle del hoyo 3 del número 2 de Pinehurst en una casa que es ahora propiedad de un socio de Merion. Este empresario es propietario de una tienda de antigüedades de golf en la villa de Pinehurst y promotor del Dormie Club, un magnífico campo cercano que está diseñado, curiosamente, por Coore y Crenshaw. El círculo se cierra.
La labor de esta pareja en la remodelación del campo ha sido magistral y a lo largo de este año se ha hecho un esfuerzo especial para usar el mínimo de fertilizantes y muy poca agua para naturalizar la mayor extensión posible del campo. En resumidas cuentas, ¡sostenibilidad máxima! Espero que se capte el mensaje en España…
El diseño del campo es tan bueno, la construcción de los greenes tan complicada para los tiros a estas superficies, que el campo se defiende solo. Es largo (casi 20 yardas más de media por hoyo que cuando ganó Campbell en 2005) y los tiros a green son muy complicados incluso desde la calle, ya que en muchos hoyos es imprescindible colocar la bola en posiciones muy concretas. Dudo que el ganador venza al campo, la verdad.
En cuanto al tiempo, está haciendo mucho calor y puede haber tormentas, lo normal en esta zona, pero el campo está construido sobre un subsuelo que es un 99% de arena y es imposible que acumule exceso de humedad.
En comparación con los greens del año pasado, los de Pinehurst son de construcción según las especificaciones de la USGA y no «push-ups» (“elevados”), como en Merion, es decir, greens construidos sobre el terreno existente. La principal diferencia es que los de la USGA cuentan con 12 pulgadas de arena (30 cm) con un granulado específico sobre una capa de grava de 4-6 pulgadas (de 10 a 15 cm) con unas especificaciones que hacen que ambas capas no se mezclen. Por debajo va un sistema de drenaje en forma de espina de pez, aunque en Pinehurst la base natural ya es muy arenosa y las formas convexas de los greens (de caparazón de tortuga) anulan cualquier posibilidad de encharcamiento.
Los greens estarán rápidos y duros, pero no tanto como en Merion pues la morfología de los mismos no lo permite. Son muy convexos y tienen muchas caídas hacia la periferia. Para evitar que queden injugables se ralentizan un poco, aunque subirán a 12 o 12,5 pies de velocidad durante la semana. En cuanto a la dureza estarán firmes, pero no como tambores. Esto se controla con el Trufirm, un invento de la USGA (concretamente de Matt Pringle, a quien conozco de mi época de Augusta) que ofrece un método barato para medir la firmeza del terreno y de la arena de los búnkers. En el Masters medíamos esos mismos parámetros.
Con respecto a las calles, todos los bordes van a estar muy secos ya que en 2010 cambiamos el sistema de irrigación de doble tubería a una sola a lo largo del centro de la calle. Otro aspecto controvertido es el estado del rough. Pese a lo que digan algunos, eso de que no hay rough no es cierto. Es más, las zonas naturalizadas es lo que un purista denominaría rough de verdad. Lo que existía anteriormente era segundo o tercer corte, en la progresión que suele darse en los campos que acogen los US Open. Por ejemplo, en Augusta estaba prohibido llamar rough al segundo corte. Existía «fairway cut» (corte de la calle) y «second cut» (segundo corte), mientras que aquí en Pinehurst existe «fairway cut» y «naturalized areas with voluntary grasses», un rough natural pero irregular que, según el lie de la bola, puede permitirte tirar a bandera o avanzar únicamente tres metros en paralelo.
Otro aspecto que ha llamado la atención en el campo es la diferenciación entre los bunkers y las zonas arenosas, una circunstancia que dio problemas a Dustin Johnson en Whistling Straits. He estado hablando con miembros de la USGA y han decidido que no van a marcar los búnkers porque perderían naturalidad. En caso de duda, si un jugador no sabe si está en un búnker o en una zona arenosa, le recomiendan no apoyar el palo o llamar a un árbitro (en cada grupo irá uno). Según ellos, no va a suponer ninguna controversia.
Y no quiero apabullaros en exceso con más información en este primer artículo. Espero seguir ofreciéndoos datos interesantes a lo largo del torneo sobre esta maravilla que acoge el US Open de este año, el recorrido número 2 de Pinehurst.
1 comentario a “Pinehurst: la naturalidad de un campo excepcional”
[…] Daniel Carretero (greenkeeper español con un amplio background norteamericano, no os perdáis sus interesantísimos artículos sobre este USOpen) el trabajo que estaban realizando en Pinehurst para preparar este torneo, unos cambios acerca de […]
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