• Once años llevaba disputando el US Women’s Open pese a sus 24 años, once años de expectativas elevadas y una carrera precoz que estuvo a punto de verse frustrada por la excesiva atención que recayó sobre ella desde el primer momento. Con 24 años, Wie ha logrado su primer major y rebosaba de emoción al abrazar el trofeo del abierto de su país. «No consigo pensar con claridad. Estoy contentísima. Increíblemente contenta», explicaba la hawaiana.
• A un golpe se quedó Azahara Muñoz de superar su mejor clasificación en un US Women’s Open, y al menos se marcha de Pinehurst después de haber firmado tablas con el campo en una ocasión y de acabar en la vigésimo segunda plaza. La de San Pedro de Alcántara sigue con su temporada de ensueño y ya tiene en mente el British Open que tendrá lugar dentro de tes semanas.
• Llevará once años en la élite del golf y por eso el «¿Cuándo ganará un major?» se había convertido en una musiquilla insistente y machacona, pero hay que contextualizar la victoria de Wie en el US Women’s Open: Annika Sorenstam no ganó el primero de sus diez majors hasta los 24 años; Lorena Ochoa obtuvo su primer salmón a los 25, y Karrie Webb, a los 24.
• En el plano estadístico, llama la atención el dominio de Michelle Wie en los difíciles greens de Pinehurst. En los cuatro días de competición, Wie no ha firmado ni un solo green a tres putts.
• La USGA quiso que en la última jornada primara el espectáculo y, aunque las banderas del número 2 de Pinehurst eran muy similares a las de la competición masculina de hace una semana, los resultados dan fe de que lo lograron. En la cuarta jornada hubo dieciséis vueltas bajo par, mientras que en los tres días anteriores solo había habido cinco (el primero), seis (el segundo) y ocho (el tercero), respectivamente.
• Stacy Lewis fue una de las dos jugadoras que batió sobradamente al campo el domingo, junto a la escocesa Catriona Matthew. Su -4 con ocho birdies le permitió ascender a la segunda plaza a solo dos golpes de Wie. Una vez más, la número 1 del mundo exhibe su capacidad de lucha.
• Nadie ha hablado de Paula Creamer durante el torneo, pero lleva una espectacular racha de once ediciones en el top 20 del US Women’s Open. Otra estadística curiosa es la de la norirlandesa Stephanie Meadow, tercera en su primer torneo como profesional.
• Juli Inkster salía tercera a la última jornada pero la estadounidense, que sumaba 35 US Women’s Open esta semana, no consiguió rematar una semana espectacualr y acabó con un 75 en la decimoquinta plaza. Inkster anunció que posiblemente este sería su último abierto de EE. UU. y le preguntaban qué echaría de menos del torneo.
«No mucho (risas). Jugar el US Open y lo duro que es y sentirme muy orgullosa de haber ganado un par de ellos. Siempre puedo decir que soy campeona del US Open. Eso es lo que me llevo», declaraba Inkster.
• Con respecto a las estadísticas del campo, aunque la media de golpes global fue notablemente más baja en el US Open masculino (73,08 por 74,61), durante las dos últimas vueltas los resultados del US Women’s Open fueron levemente mejores. El resto de las estadísticas, sorprendentemente equilibradas.
Calles cogidas: US Open 70% – US Women’s Open 73%
Greens en regulación: US Open 57% – US Women’s Open 55%
Birdies/eagles: US Open 981 – US Women’s Open 956
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