Es fácil llevarse a engaño en Gleneagles. En realidad, el resort escocés es todo lo que uno puede esperar de él y al mismo tiempo no lo es. En un entorno privilegiado de la campiña escocesa, la sede del Johnnie Walker Championship y de la Ryder Cup de 2014 es un típico campo escocés, pero en realidad no lo es. Ni siquiera su nombre es fiel a su etimología. Todo en este valle es real y contradictorio al mismo tiempo, aunque la única realidad es que nada baja el listón de la excelencia exigido para ser miembro de The Leading Hotels of the World.
Gleneagles podría traducirse de forma literal como «valle de las águilas», pero lo cierto es que tales aves nada tienen ver en este resort cuyo hotel fue inaugurado en 1910 y donde sus dos primeros campos comenzaron a jugarse en 1919. La verdad es que el nombre deviene de una malformación derivada de los vocablos ‘eaglais’ (gaélico) o ‘ecclesia’ (latín), y el nombre de este complejo hace referencia a una iglesia; concretamente a la de San Mungo, apodo con el que era conocido San Kentigerno, obispo de Glasgow allá por el año 508. Sirva el ejemplo eclesiástico para mostrar cómo Gleneagles es lo que es sin serlo. También en lo que al golf se refiere.
El mítico James Braid fue el hombre encargado de diseñar dos campos de golf para una zona que durante los años 50 se convertiría en jardín privado de la jet set escocesa al igual que lo era Cowes —muy cerca de la Isla de Wight donde nació la Copa América— para la vela o la localidad francesa de Deauville para el polo. Aquellos dos campos —King’s Course y Queen’s Course— fueron los que dieron su fama a Gleneagles, aunque la Ryder Cup viajará a este resort cercano a Dundee gracias a Jack Nicklaus.
La empresa del Oso Dorado diseñó en 1993 un tercer recorrido, el Monarch’s Course, con la idea de albergar los grandes torneos profesionales y hacer frente a los cercanos Carnoustie, St. Andrews, Gullane o North Berwick. Tanto es así que las distancias de un green al tee del siguiente hoyo son abismales por la necesidad de espacio exigida para situar los graderíos en la competición, algo que hace casi obligatorio el uso del buggy para los amateurs y que, por otro lado, dejó a Diaego, empresa dueña del resort, con la miel en los labios cuando el campo se postuló para la Ryder Cup de 2007.
Undécima empresa del Reino Unido, Diaego es conocida por ser la productora de Johnnie Walker o Cardhu y de la archiconocida cerveza irlandesa Guinness, aunque en atención a la diversificación también es propietaria de Gleneagles. Una amplitud de miras que abarcaba la Ryder Cup y que llevó a la contratación del mejor palmarés de la historia del golf, aunque, tal vez, nunca imaginaron que Nicklaus realizaría un campo perfectamente integrado en las espectaculares vistas de Gleneagles, pero con todas las características de un recorrido americano.
De una belleza insuperable y con las impresionantes vistas de las Ochil Hills, el PGA Centenary Course es el campo más largo de los ‘inland’ escoceses. De hecho, apenas hay agua en un par de hoyos y es más por una cuestión de riego. Además, es un Nicklaus puro: calles amplias (poco onduladas para ser Escocia), greens muy movidos, bunkers de enorme profundidad y con golpes de riesgo y recompensa prácticamente en cada hoyo. Un campo que alcanza su culmen en el hoyo 16, el signature, un par 5 de 500 metros que obliga a jugar corto con el segundo golpe y a no ser demasiado agresivo con el tiro a green
Aunque los locales prefieran el King’s Course por su diseño más «escocés», el PGA Centenary Course es un recorrido bello y muy exigente: un slice por aquí o un green fallado por allá harán del entorno lo único que se podrá disfrutar. No obstante, cualquier error quedará olvidado al disfrutar del Gleneagles Hotel, que fue construido por la Caledonian Railway Company y aún posee su propia estación de tren, aunque su mayor atracción (más allá del golf, las cinco estrellas que relucen en cada detalle o su spa) sea la escuela de tiro al plato del campeón de Fórmula 1 Sir Jackie Stewart.
Alfredo Calle, autor de este texto, lleva toda la vida vinculado al mundo del golf y en su faceta de emprendedor acaba de poner en marcha Golf Dest, un club de golf virtual donde encontraréis descripciones de campos, fotos espectaculares, noticias de destinos, ofertas, torneos, circuitos amateur… y todo ello con unos precios muy especiales para todos sus integrantes. Mientras ultiman su página web, podéis encontrarlos en Facebook y Twitter.
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