Open Championship by Decathlon

Pelucas, tumbas, estudiantes y narices: el origen de los nombres del Old Course

José Ramón Rodríguez | 19 de julio de 2015

Una ronda de golf, no importa lo modesta que sea, puede ser fuente de innumerables anécdotas, unas jocosas, algunas heroicas y dramáticas otras. En ocasiones esas anécdotas son de tal naturaleza que quedan inseparablemente unidas al lugar del campo donde se produjeron. Es esa una costumbre que en España nos llama la atención, puesto que en nuestro país no está demasiado extendido el hábito de identificar los hoyos de un campo con un nombre que acompañe al preceptivo número.

Cuando el aficionado se acerca a los campos más clásicos de las islas británicas se encuentra con que los hoyos están denominados de una forma que le resulta críptica e incomprensible. El Old Course no es una excepción.

Si hay que ser cauto al escribir sobre la historia de los primeros años del golf, esa precaución debe reforzarse cuando se trata de explicar el origen de los nombres de los hoyos y bunkers de St Andrews porque las evidencias documentales son muy escasas y en la mayoría de los casos no son más que conjeturas. Muchos de los nombres del Old Course surgirían de los cientos de conversaciones informales que siguieron a otras tantas rondas de golf, unos nombres que la costumbre perpetuó y que la tradición oral se encargó de transmitir y desvirtuar. A las variaciones propias de la tradición oral hay que sumar que los hoyos del Old Course han cambiado sustancialmente con el tiempo; hay hoyos que han desaparecido, otros se han fundido… El propio campo se juega hoy de en un orden distinto al que se jugaba hasta mitad del XIX, aunque en ocasiones se conserve el nombre de los hoyos antiguos.

Por ello, todas las explicaciones que siguen a continuación son legítimamente cuestionables y hay que tomarlas con la mayor de las prudencias.

Hoyo 1 – Burn
El arroyo ("burn") que cruza los hoyos 1 y 18

El arroyo («burn») que cruza los hoyos 1 y 18

El hoyo más deseado de todo el mundo del golf tiene uno de los nombres evidentes que hace referencia al arroyo (burn) que cruza su calle y la del 18 y que sirve de guarda frontal del primer green. Aparte del arroyo, el hoyo 1 carece de otro obstáculo desde que en 1842 se cubrió el bunker de Halket, así llamado por John Halket, rector de la escuela local de gramática y capellán de la Society of St Andrews Golfers (predecesora del R&A) en 1780. El bunker estaba situado entre las teóricas calles del 1 y del 18, a medio camino entre el arroyo y el camino, y fue cegado en 1842 bajo el mandato de lord Hugh Lyon Playfair, alcalde de St Andrews y uno de los mayores impulsores y conservadores de la historia del Old Course.

El otro hito llamativo del hoyo 1 es el camino público que cruza las calles del 1 y el 18 y que da acceso a la playa y que recibe el nombre de Grannie Clark’s Wynd (Camino de la abuelita Clark). Según los historiadores de St Andrews, la familia Clark tenía una casa en la playa cerca del puesto del salvamento marítimo, donde las mujeres iban a hacer la colada. La abuelita Clark se encargó de organizar esa actividad entre 1830 y 1860, sirviendo además cientos de tazas de té y de sandwiches a las lavanderas. El Grannie Clark’s Wynd no se considera una obstrucción, por lo que si una bola acaba reposando en él, el jugador tendrá que jugarla como reposa o dropar la bola con penalización.

Hoyo 2, Dyke, y hoyo 16, Corner of the Dyke

Estos dos hoyos son un perfecto ejemplo de nombres adoptados por analogía después de que los hoyos originales cambiaran. Cuando el campo se jugaba “a izquierdas”, el actual 16 era el entonces segundo hoyo. Su nombre hacía referencia a una acequia que estaba adosada al muro que hoy separa la calle del 17 del Old Course Hotel. El actual 2, con el que comparte el green, tomó parte del nombre por simple proximidad.

Esperando a la caída del drive, a la izquierda de la calle del 2 hay un pequeño y profundo bunker que se llamó inicialmente como el hoyo, y que posteriormente adoptó el nombre de Cheape, para honrar la memoria de James Cheape, potentado local que rescató el links para el golf comprándoselo a la familia Dempster en 1821, que lo había destinado a la cría de conejos, y poniendo fin a la llamada Guerra de los Conejos.

En la calle del 16 hay varios bunkers que influyen en el juego. El más alejado del green es Principal’s Nose (la nariz del director). un grupo de tres bunkers (la nariz y las dos narinas) así llamado por el director Haldane, rector de St Mary’s College, del que se dice era poseedor de una bulbosa nariz. Haldane fue uno de los personajes importantes del St Andrews de la primera mitad del XIX; ofició el bautismo de Tom Morris padre y su boda con Agnes Bayne. Otra teoría dice que la nariz del director hace referencia a un horrendo porche de la residencia de Haldane, que sobresalía a modo de una probóscide desproporcionada afeando la fachada.

La "nariz del director", uno de los bunkers de calle del hoyo 16

La «nariz del director», uno de los bunkers de calle del hoyo 16

A continuación hay un pequeño bunker llamado Deacon’s Sime, por un diácono miembro de la Junta de los Siete Gremios y del Ayuntamiento en la época de Haldane, que pidió ser enterrado allí. De él se cuenta que había pasado tanto tiempo allí dentro mientras jugaba que allí quería seguir toda la eternidad.

Más próximo al green está el bunker Grant, por John Grant de Kilgrason, capitán de R&A en 1839 y finalmente, casi pegado al green está el bunker Wig (peluca). Ese bunker, cuyo nombre completo es Jackson’s Wig por el capitán del R&A en 1852, recuerda la época en que al golf se jugaba con chaqueta y peluca.

Hoyo 3 y hoyo 15, Cartgate

El nombre hace referencia a un antiguo camino para carros que daba acceso a la playa. El bunker que guarda el green compartido desde la calle del 3 recibe el mismo nombre. En la calle del 15 hay tres bunkers notorios. El más próximo al tee es Cottage, por una casa construida en las proximidades llamada Pilmour Cottage y que hoy es la casa club del campo Eden.

En mitad de la calle está el bunker Sutherland uno de los más conocidos del campo. En la segunda mitad del XIX vivió en St Andrews un extravagante abogado llamado A.G. Sutherland, tan obsesionado por el golf que consideraba que todo aquel no interesado en el juego no era más que “un patán ignorante”. En agosto de 1869 descubrió con horror que ese bunker del 15 había sido cegado. Haciendo uso de todo su conocimiento legal, denunció al Comité del Campo de R&A haciendo notar que carecía de la potestad de alterar el campo “según los gustos de Tom Morris y su claque”. La falta de respuesta de R&A fue ferozmente comentada en una cena celebrada el 10 de agosto, al final de la cual, encendidos por la conversación y animados por el alcohol, dos primos de Sutherland fueron al Old Course y excavaron de nuevo el bunker, dejando un cartel que ponía en mayúsculas Sutherland, para dar fe de la autoría.

Hacia la mitad de la calle hay dos prominentes y redondeados montículos, llamados “los senos de la señora Grainger”, como recuerdo de la gran jugadora Agnes Grainger, de finales del XIX; y pasados esos, cerca ya del green está el bunker Rob, sin que pueda haberse sabido quién era ese tal Rob o qué hizo para ser recordado de esa forma.

Hoyo 4 – Ginger Beer
Auld Da Anderson en su carrito del hoyo 4 con Tom Morris bebiendo leche

Auld Da Anderson en su carrito del hoyo 4 con Tom Morris bebiendo leche

Este hoyo homenajea a Auld Da’ Anderson, custodio del links tras la salida de Tom Morris padre y la muerte de Allan Robertson. Cuando Auld Da’ dejó el cargo, puso un tenderete en el hoyo 4 donde servía leche, zumos y cerveza de jengibre (ginger beer), además de cosas más fuertes para el que sabía pedirlas. Antes de eso el hoyo recibía el nombre de Cunnin’ Links, porque los jugadores tenían que atravesar una enorme conejera para jugarlo.

Próximos al green del 4 hay un grupo de 3 bunkers, importantes cuando el campo se juega a izquierdas, y hoy casi sin función, llamados Students (estudiantes). Se dice que tomaron su nombre de una costumbre usual entre los estudiantes de la universidad, que solían llegar solo hasta aquí y antes de dar la vuelta al no disponer del tiempo suficiente para jugar el recorrido completo. Para otros, el nombre surgió porque ese era un lugar lo suficientemente apartado como para dar cobijo a los escarceos amorosos de los estudiantes de la ciudad.

Hoyo 5 y hoyo 13, Hole o’ cross

La influencia de Auld Da’ en el Old Course va más allá del hoyo 4. Esos dos hoyos reciben ese nombre (hoyo del cruce) porque su green compartido fue el primero en el que se recortaron dos hoyos por iniciativa de Aul Da’, para agilizar el juego y dar cabida a más jugadores, de manera que en ese green se cruzaban dos partidas, la que salía y la que volvía a la casa club. Otra teoría defiende que el nombre se debe a una profunda depresión del terreno, cubierta de brezos y tojos hasta la altura de la rodilla, que los jugadores tenían que cruzar en su approach a green.

En la calle de 5, próximos al green, hay un par de bunkers gemelos llamados The Spectacles, por su similitud con unas gafas.

Las gafas, los bunkers gemelos de la calle del hoyo 5

Las gafas, los bunkers gemelos de la calle del hoyo 5

Los bunkers de la calle del 13 tiene todos nombres ominosos, que hacen buena justicia a su influencia en el juego. El más próximo al tee es Nick’s, que se cree que hace referencia al término Auld Nick (Viejo Nick) sobrenombre escocés del diablo. En el centro de la calle hay un grupo de tres bunkers, estrechos y profundos como ataúdes, de los que toman el nombre: Coffins. Próximos al green e invisibles desde la calle están los bunkers Cat’s Trap (trampa del gato) y Lion’s Mouth (boca de león) preparados para engullir la bola del jugador incauto. Curiosamente, la boca del león es más pequeña que la trampa del gato.

Los ataúdes de la calle del hoyo 13

Los ataúdes de la calle del hoyo 13

Cerca de Cat’s Trap está un bunker tan pequeño como profundo llamado Walkinshaw en honor de James Walkinshaw un apasionado y adorable jugador cuyo entusiasmo excedía sus capacidades y que solía visitar con frecuencia ese bunker. Hay que afirma que el nombre completo es Walkinshaw’s Grave (la tumba de Walkinshaw) porque era seguro que acaba iba a acabar allí y porque le resultaba imposible escapar de ella.

Hoyo 6 y hoyo 12, Heathery

También conocido como hole o’ Muir y hole o’ Shell, el nombre del hoyo hace referencia a las condiciones del primitivo green, originalmente formado por una espesa capa de brezo sobre la que había arena y polvo de conchas (shells) prensadas.

Muy cerca del tee del 12 hay un bunker llamado Almirald’s (Almirante) que solo puede cazar las bolas de golpes fallidos, como se dice que le ocurrió a un almirante de 88 años de la Royal Navy que, despistado al ver pasar una bella señorita, mandó su bola a ese bunker. En el centro de la calle está el bunker Stroke (golpe) porque caer en él significa perder un golpe.

Hoyo 7 y hoyo 11, High

Reciben ese nombre por su situación ligeramente elevada y dominante que deja ver todo el estuario de río Eden. El hoyo 7 se conoció durante un tiempo como hole o’ rhi, por la hierba tipo ryegrass que hubo que suprimir para establecer el green.

Guardando el green compartido desde el tee del 11 el jugador se enfrenta a un formidable triunvirato de bunkers. El mayor de ellos es Shell (concha), llamado así por su forma, y que en tiempos pasados se conoció como Cockle (berberecho) porque bajo su capa arenosa podían encontrarse numerosas conchas de dicho molusco. A la izquierda hay un pequeño y profundo bunker llamado Strath, para recordar a los tres hermanos Strath, coetáneos de Tom Morris hijo, y de los que salieron un ganador y cuatro segundos en el Open Championship.

El bunker situado más a la izquierda recibe el nombre de Hill porque está excavado en una pequeña pendiente. Ese bunker puede que sea el lugar donde se desarrolló la anécdota más famosa de todos los campeonatos disputados en St Andrews. En 1921 un jovencísimo Bobby Jones jugaba por primera vez el Open Championship con 19 años. Tras las dos primeras rondas, Jones estaba sexto y era el mejor amateur. En la tercera ronda, su golpe en el 11 cayó en el bunker Hill de donde necesitó cuatro golpes para salir. Frustrado, rompió la su tarjeta en ese momento y se retiró del torneo, una acción que años después él mismo repudiaría y por la que pediría perdón.

Hoyo 8, Short, y hoyo 14, Long

En ocasiones, como en estos dos casos (hoyo corto y hoyo largo), los nombres son evidentes en sí mismos y no requieren mayor explicación.

El hoyo 14 tiene en su recorrido un imponente reguero de bunkers. Los más próximos al tee son los llamados Beardies (barbas), porque se dice que servía de refugio a una familia de gnomos con sus barbas, aunque esta explicación parece poco plausible. Lo más probable es que tomaran su nombre de la hierba que rodea el bunker, que se proyectaba hacia adentro a modo de barba, dificultando aún más la salida.

Justo pasado una amplia zona llana de la calle que recibe el nombre de Campos Elíseos hay un pequeño bunker llamado Benty por la hieba bentgrass y más allá, casi alineados, tres bunkers de nombres amenazantes. El primero es Kitchen, apócope de Devil’s Kitchen (cocina del diablo), a continuación está Hell (infierno) uno de los más temidos bunkers del Old Course por su tamaño y altura del talud, y muy próximo al green un grupo de bunkers llamados Graves (tumbas) por su forma y lo complicado de salir de ellos.

Jugadores de 1897 en el bunker "Hell" del hoyo 14 del Old Course

Jugadores de 1897 en el bunker «Hell» del hoyo 14 del Old Course

Hoyo 9, End

Los campos más clásicos siguen un routing tipo out-in; en lugar de estar organizados en dos bucles de 9 hoyos que comienzan y acaban en la casa club, estan dispuestos en 9 hoyos que se alejan de la casa club (los hoyos out o de ida) y otros 9 que regresan (los hoyos in o de vuelta). Este hoyo, también conocido como Hole o’ turn (hoyo final o de la vuelta) era el hoyo más alejado y el último que se jugaba antes de que los jugadores dieran la vuelta y encararan los mismos nueve hoyos en sentido contrario.

El hoyo 9 tiene probablemente los últimos bunkers a los que se dio nombre, datados en la última década del siglo XIX. A unos 60 metros del tee hay un grupo de dos bunkers llamados Krugger por el presidente del Transvaal en la época de las Guerras de los Boers, Paul Krugger. Más allá y hacia la izquierda hay otro grupo de tres bunkers llamados, por extensión, Señora Krugger. Las malas lenguas dicen que hay otro un poco más adelante llamado “la querida de Krugger” para completar el triángulo.

Hoyo 17, Road:
Vista de la carretera y el green del Road Hole

Vista de la carretera y el green del Road Hole

El par 4 más difícil del mundo se creó al invertir el sentido del juego, después de que Tom Morris construyera un green alternativo para el hoyo 1 y otro nuevo para el 18. Antes de eso el actual hoyo 17 era el hoyo 1 y se conocía como Hole o’ bridge porque los jugadores tenían que cruzar el celebérrimo puente de piedra sobre el arroyo para llegar al green. Es evidente que, en su configuración actual, toma el nombre de la carretera que lo bordea por su margen posterior. El infausto bunker de green toma el mismo nombre del hoyo, aunque también se le conoció durante un tiempo como Nakajima Sands (la playa de Nakajima) porque el jugador japonés Tommy Nakajima, líder con 4 bajo par en la tercera ronda de Open Championship de 1978, necesitó cinco golpes para salir del bunker, firmando un +9 total. Un desastre de similares proporciones le ocurrió a David Duval en el Open Championship de 2000.

Además en el hoyo 17 hay dos bunkers, hoy casi sin trascendencia, recuerdo de la época en que el campo se jugaba a izquierdas. Cuando los jugadores eran capaces de pasar el segundo bunker, el más alejado del tee, se podía poner una pluma en el sombrero como reconocimiento, de ahí el nombre de Scholars, como referencia a alguien que domina algún ámbito del saber. En relación con este, el bunker más corto recibe el nombre de Progressing, para reconocer el mérito de los que sin llegar a ser Scholars, mostraban signos de progreso en su juego al poder librar al menos el primero de los bunkers.

El hoyo 17, cuando se jugaba a izquierdas

El hoyo 17, cuando se jugaba a izquierdas

Hoyo 10, el hoyo sin nombre

Durante decenas de años el hoyo 10 fue el único hoyo del campo que no tuvo nombre. Bobby Jones se convirtió en leyenda del Old Course al ganar allí en dos ocasiones, en el Open Championship de 1927 y en el Amateur Championship de 1930, el año de su Grand Slam. Jones volvió a St Andrews en 1958 como capitán del equipo americano de la Copa Eisenhower, momento en que el ayuntamiento le entregó la llaves de la ciudad. Pero Jones seguía sin un reconocimiento del mayor estamento del golf mundial.

Tras su muerte en la navidad de 1971, el R&A decidió homenajearle dando su nombre al hoyo 10. El 10 de septiembre de 1972, el reverendo Rankin, capellán del R&A, en presencia del alcalde de St Andrews y de más de 200 representantes de los clubes de golf locales, descubrió unas barras de salida con el nombre de Bobby Jones en el tee del 10, al tiempo que un joven gaitero escocés interpretaba una elegía. Desde ese momento el hoyo sin nombre pasó a conocerse como Bobby Jones.

Hoyo 18, Tom Morris
La tienda de Tom Morris, frente al green del hoyo 18

La tienda de Tom Morris, frente al green del hoyo 18

Homenaje imperecedero al coloso de St Andrews, al personaje que lo fue todo en el golf de la segunda mitad del XIX hasta su muerte en 1908. Morris creó el green del 18 levantando un montículo que aprovechaba una depresión del terreno, el llamado valle de los pecados, como defensa frontal. El green queda en línea con su tienda de Links Road, desde donde podía ver cómo se desenvolvían los jugadores en lo que se considera su obra maestra.

La perfección, la simpleza y la elegancia del diseño del green del 18 no agota completamente su atractivo porque se dice que el 18 esconde una historia oscura debajo. Según narraba Andrew Kirkaldy, sucesor de Tom Morris como custodio del links, en su libro My Fifty Years of Golf, “lo que es ahora el green del 18 del Old Course, se construyó con una pila de escombros que veían de un cementerio”. El gran diseñador americano Albert Warren Tillinghast corroboraba la historia de Kirkaldy al afirmar que el el propio Tom Morris le había dicho que el 18 se había construido “sobre huesos de hombres muertos”. Si al Old Course le pudiera faltar algo, este detalle macabro le añade una coda trascendente, al elevar a la inmortalidad a un hombre sobre los restos mortales de otros tantos.

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