Los veinte finalistas Lacoste Promesas compartieron, el pasado fin de semana, una jornada con José Mari Olazábal en La Sella que jamás olvidarán. El capitán del equipo europeo de la Ryder Cup 2012, ganador de dos Masters de Augusta, impartió clases de golf, dio buenos consejos y enseñó a los jóvenes a manejarse en el campo; un premio con el que soñaría todo jugador de golf.
La jornada comienza a las 09:00 horas en el campo de prácticas de La Sella Golf Resort. Durante hora y media, el maestro, acompañado por el joven profesional navarro Ion García Avis, va revisando el swing de los finalistas Lacoste Promesas.
Aconseja a Cristina Pérez Iguarán que amplíe el swing: “Subes muy cerca del cuerpo y luego quieres extender, y recuperar ese espacio te cuesta; intenta conseguir más amplitud desde el inicio del swing y, si además lo haces un poco más despacio, aún le pegarás mejor”. Cristina obedece. “¡Toma ya, muy buena!”.
Enseguida se da cuenta de que Iker Aguirre no está bien colocado y le recomienda separar un poco más los pies: “Verás que de esta forma vas a pasar mejor el peso. Coge el palo como lo haces siempre, pero pon las manos más altas, manteniendo la espalda un poco más inclinada para facilitar la extensión”. El navarro da un golpe perfecto. “Así, mucho mejor. Y, si ya quieres rematarlo, haz la subida un poco más despacio, no tan rápida”.
A su paisano Pablo Matesanz le pregunta si ha estado trabajando algo en especial: “Observo que al subir tienes el brazo demasiado pegado al cuerpo. Colócate y haz tu swing normal. Fuerzas las caderas demasiado, ponte un pelín más lejos de la bola, estira el brazo izquierdo y sube más”. Continuando con su lección magistral, sugiere a la asturiana Ana Sanjuán “subir más por fuera, abriendo un poco la cara del palo”.
A Clara Baena (campeona Lacoste Promesas 2011) le aconseja que extienda más los brazos: “Clara, estás bien colocada pero al hacer el backswing te desplazas un poco y luego te cuesta compensarlo para llegar a la bola. Intenta que haya extensión de brazos pero sin que se desplace el cuerpo”.
Andrea Jonama comprueba inmediatamente la efectividad del approach siguiendo el consejo del maestro: “Vamos a intentar que pegues un globo, que a veces es necesario dar un golpe así. Pega una bola un poco más alta, con más nervio y dándole más velocidad, no tienes por qué tenerle miedo”.
Tras la habitual foto de familia, a las 10:30h: ¡todos en el tee del uno! Olazábal va a jugar dos o tres hoyos con cada grupo. Primero junto a Ana Sanjuán, Núria Iturrioz, Manuel Elvira (campeón Lacoste Promesas 2011) y Enrique Pendás. El guipuzcoano mete el putt y exclama: “¡Birdie para empezar! El otro día, en el Andalucía Masters, sólo hice un birdie en el hoyo 18 y gracias a él pasé el corte… lo que son las cosas”.
En el hoyo dos advierte a los jóvenes: “Cuidado porque el búnker entra en juego. Yo creo que mañana no os debéis arriesgar; pegad un palo menos para evitarlo, porque os habéis quedado al límite. Si veis que no lo vais a pasar… es mejor jugar con cabeza y quedaros cortos. Al campo no se le pueden regalar golpes”.
De camino al green, Chema comenta con los chicos la victoria de García en el Andalucía Masters: “¡Qué alegría nos dio Sergio, qué satisfacción verle otra vez en lo más alto; por fin gana un español en Valderrama! Qué gran semana de Sergio y Miguel. ¡Cómo jugaron los dos! El “Pisha” le metió presión hasta el último momento, menudo maderón pegó en el hoyo 17, con dos narices, le tiene cogida la medida a ese hoyo; de tee a green, Jiménez estuvo de cine”.
El hoyo cuatro lo juega con Marta Martín, Sonia Sánchez, Erik Hedberg y Ricardo Gutiérrez. Primero sale Olazábal y manda la bola completamente a la izquierda: “¿Lo habéis visto? Yo siempre en calle, ¡aunque sea en el hoyo de al lado! Este invierno trataré de encontrarme a mí mismo, menuda racha de juego llevo, no doy una”.
Respecto de algunas decisiones que debe adoptar como capitán de la Ryder Cup, reconoce que “todavía es muy pronto; por ejemplo, no me podré plantear quiénes van a ser vicecapitanes hasta que el equipo no esté más definido, lo que no sucederá hasta unas semanas antes”. Ante la pregunta de quién se ocupará de elegir los uniformes y trajes de gala de las parejas de los jugadores, labor que siempre ha recaído en la mujer del capitán, contesta bromeando: “Soy un capitán solterón, ya les he dicho que no voy a ocuparme de esas cosas, que se encarguen en el Tour, que lo harán muy bien”.
La madrileña Marta Martín cae en búnker y la anima: “Todavía puedes hacer el par, hay que luchar hasta el final como me enseñó mi mentor, Seve, que jamás dio un hoyo ni un partido por perdido”. En el hoyo seis Marta tiene la bola más alta que los pies y el peligro de los árboles a la derecha, y Chema le enseña a pegar el golpe “cogiendo el palo más corto y con un poco de fade”. Siguiendo el consejo de quien ostenta 35 títulos internacionales en su palmarés, Marta pega “el golpe que nunca hubiese imaginado. ¡No sabía que al golf se pudiese jugar así! Acabo de aprender más que en muchos años”.
En el hoyo siete se une a Andrea Jonama, Clara Baena, Pablo Matesanz y Rafa Sáenz de Heredia: “¿qué tal vais, chicos?”. Pablo, que acaba de mandar la bola a lo alto de la caseta y trepa para cogerla, se lamenta que van “perdiendo de una contra las chicas”.
Cuando se disponen a jugar el hoyo ocho la lluvia arrecia de tal manera, que obliga a todos a volver a la casa club. José Mari ejerce de “coche escoba” y va recogiendo a los jóvenes. Erik y Ricardo montan en el buggie, aprovechando el trayecto para preguntarle cómo se diseña un campo (La Sella es obra de Olazábal, quien goza de muy buena reputación como diseñador; en varios de sus campos se han disputado torneos de renombre).
“Son varias fases: primero se estudia bien el terreno, se encarga un informe topográfico y de la capa freática y, con tal información, se determinan los movimientos de tierra que son necesarios. Luego vine la parte de ingeniería, lo que la gente no ve pero que es fundamental, el sistema de riego, de drenaje… Se contrata una empresa especializada en ese tipo de trabajos. Si la climatología ayuda y no surgen graves problemas, en un par de años debería estar terminado. Luego viene otra fase muy importante: que crezca la hierba y se asiente. Los campos necesitan por lo menos otro par de años para hacerse… hay que dejarlos reposar”.
Nuestro capitán de la Ryder Cup 2012 conduce a los chicos bajo techo y, al darse cuenta de que no todos han llegado, vuelve inmediatamente al campo a seguir ejerciendo de “coche escoba”.
Esperando a que escampe, se improvisa una comida con los responsables de Lacoste, La Sella, Olazábal e Ion García Avis. Tomás Carbonell (de quien partió la idea de Lacoste Promesas) y el campeón de Hondarribia “se enredan” en un debate sobre Nadal, Djokovic y… Tiger Woods. Olazábal se muestra seguro de que éste volverá y ganará Grandes. “No me cabe la menor duda, mentalmente es muy fuerte. No creo que vuelva a dominar de la manera que lo hizo desde el 99 al 2007, pero que va a volver y a ganar, de eso estoy seguro”.
A las 4 de la tarde el tiempo mejora y los veinte finalistas Lacoste Promesas esperan al campeón en la nueva zona de prácticas de La Sella. Una vez más, Olazábal revisa la parte técnica del juego. Sugiere a Álvaro Hernández “terminar el swing completo. No te frenes y deja salir los brazos, alarga el swing y verás qué bien le pegas”.
Acto seguido, pregunta a Celia Barquín si por lo general las da altas y, ante la respuesta afirmativa, le asegura que “eso lo vamos a arreglar en un ‘pis-pas’. Tienes el stance muy abierto y la bola demasiado a la izquierda. Cámbialo un poco, y no te preocupes porque llegarás de sobra al objetivo; distribuye el peso un poco más en las dos piernas y no exclusivamente en el pie izquierdo”.
A Paula Zabarte le afina el approach: “Se te va la bola un poco a la derecha porque no tienes bien colocada la cara del palo”. No obstante, recomienda a Luis Montoya que abra “más el palo; verás que ahora te colocas mejor y no te va a costar tanto”.
A continuación, Chema se entera de que Alejandro Montañés es de Castellón y le pide que le enseñe algo, “pero tú a mí, no yo a ti, que los castellonenses estáis últimamente que os salís”.
Con Carmen Sainz repasa el golpe corto: “Pégala un poco más alta, con nervio, ¡esa sí! Dale más velocidad y no le tengas miedo; al golf hay que jugar con valentía”.
Después de la cena en el Hotel Dénia Marriott La Sella, quien integró la mejor pareja de toda la historia de la Ryder Cup junto al gran Seve, se despide de los jóvenes Lacoste Promesas… hasta el año que viene.
Fuente: María Acacia López Bachiller
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