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Zona Pro

Olazábal: «Cuando veo jugar a Poulter en la Ryder Cup veo cosas de Severiano»

Enrique Soto | 05 de octubre de 2012

"Cuando veo colocado a Kaymer para tirar el putt cierro los ojos y lo único que pienso es: ‘Métela, métela, métela’" (foto de Luis Corralo)

Jose María Olazábal acudió a la sala de prensa habilitada en el Centro Nacional de Golf (Madrid) para responder a las preguntas de los distintos medios de comunicación españoles. El tono pausado y tranquilo del capitán europeo de la Ryder Cup dirigió cada una de las preguntas que se le iban planteando. La relevancia de este evento, algunos momentos concretos de la competición, las polémicas surgidas tras aquel final imprevisible o Severiano Ballesteros fueron varios de los temas que el español fue tratando con la transparencia que le caracteriza.

“No he tenido tiempo suficiente para estar tranquilo de verdad y pensar sobre todo lo que ha pasado durante la semana pasada”, aclaró Olazábal. “Llegamos el lunes por la noche a Londres, el martes a media mañana tuve que hacer una rueda de prensa, por lo que llegue a la noche a casa. Estos dos días he estado allí pero entre el cambio horario y algunas llamadas de teléfono que tienes que hacer pues no he tenido mucho tiempo…”

El jugador español calificó la competición vivida en el Medinah Country como “la número uno” en su carrera profesional, y aclaró este sentimiento a lo largo de varias preguntas. “Para mí es un evento muy especial. La diferencia estriba en que sí es verdad que a nivel personal ganar un grande es especial, pero al final lo celebras tú, tu caddie y las personas que están cerca de ti, que pueden ser dos o tres familiares que estén esa semana contigo. En cambio la Ryder Cup es totalmente diferente. Tienes doce jugadores, cuatro vicecapitanes, sus mujeres, sus novias, los caddies… y es todo un equipo”.

Ahondando más en este sentimiento, mencionó una frase que presidió el vestuario de su equipo durante toda la semana: “Los ganadores no esperan a que llegue la oportunidad. Salen a buscarla”. “Esa frase representa lo que es la Ryder Cup y lo que es match play”, explicó Jose María. “Si sales al campo no vas a esperar a que te regalen nada, tienes que ir a por ello. Esa actitud es la adecuada. No regalar absolutamente nada y darlo todo”

Al ser preguntado por qué golpe entre todos sería capaz de elegir, también fue rotundo: “El putt de Poulter el sábado en el hoyo 18 por todo lo que supuso, aunque también el de Donald en el hoyo 17 en respuesta al de Tiger Wood fue crucial, para quitarse el sombrero”. La Ryder comenzó a ganarse la tarde anterior a los partidos individuales y la importancia de aquellos dos partidos fue básica para tener una mínima opción de victoria. “Si no llega a ser por esos dos puntos las opciones del domingo eran nulas”, aclaró Olazábal. “De ir 10 a 4 a pasar a ir 10 a 6 pues quieras o no te da un halo de esperanza. Al mismo tiempo cambió la tendencia, por lo menos todos quisieron pensarlo así. Porque hasta ese momento, las cosas como son: los dos primeros días no nos salía nada. No metíamos un putt y los americanos los metían todos. Por mucho que lucharon los jugadores siempre íbamos por detrás en el marcador. Ese cambio de tendencia se reflejó luego en la reunión de jugadores. Yo les miré a la cara y noté que había otra luz en su mirada, que el espíritu estaba alto y a pesar de ir cuatro puntos por detrás parecía que no había diferencia en el resultado. Todos sabíamos que el domingo por la mañana era fundamental ganar los cuatro o cinco primeros partidos y cuando eso se produjo todos pensaron que se podía conseguir”.

La distribución de los emparejamientos del domingo también resultó fundamental para los intereses de su equipo. Jose María específico el proceso exacto que siguió para elegir el orden de juego. “Primero el sábado, cuando nos reunimos, pregunté a cada uno en qué zona querían jugar: frontal, mediana o atrás. Y todos querían salir los primeros, dispuestos a darlo todo y ganar esos primeros partidos, lo cual ya era una buena señal. No nos quedaba más remedio. Teníamos que poner a todos los que estaban jugando bien los primeros porque era fundamental. Y viendo la jornada del sábado, Luke Donald estaba jugando bien. También todos sabemos el carácter y la actitud de Poulter y fuimos poniendo a los jugadores en el orden que creímos más o menos adecuado. Más tarde, cuando enfrentamos los partidos y vimos con quién le tocaba jugar a cada uno me encantó, porque vi un equilibrio en todas las parejas a excepción de Bubba y de Luke, dado que Bubba obviamente es un gran pegador y Luke no lo es tanto. Y no es lo mismo jugar con un compañero que solo porque no les permite jugar con la misma libertad. Al igual que Bubba, Webb Simpson por ejemplo tampoco lo hizo tan bien el domingo, Keegan Bradley tampoco… Y eran jugadores que habían hecho maravillas los dos primeros días. Se produjeron una serie de circunstancias. El partido de Justin Rose fue clave, al igual que el de Sergio. Dos jugadores perdiendo a falta de dos hoyos. Justin hizo una auténtica barbaridad haciendo birdie al 17 y al 18 para ganar el partido y Sergio consiguió darle la vuelta también. Ahí es cuando sacas las matemáticas, miras la clasificación y ves que se va a decidir todo al final”.

También hubo momentos para la polémica, dado que Peter Hanson declaró en las últimas horas que no le sentó nada bien que su capitán le dejara apartado el sábado de la competición, llegando a enterarse veinte minutos antes de que comenzaran los partidos. “Es difícil tener a todos contentos, es obvio. Tienes que manejar a las personas. Lo que pasa es que ellos no se dan cuenta porque están jugando pero yo no tenía forma de ponerme en contacto con él para comunicárselo porque en ese momento Peter estaba jugando. Son cosas con las que tienes que vivir y punto”.

Aun así era imposible ocultar la sorpresa por el desarrollo de los acontecimientos. “No lo puedo entender, he colocado a los mejores delante”, declaró Davis Love III nada más finalizar la competición. “Pensaba que para el noveno partido (Hanson contra Dufner) se habría decidido ya la Ryder”. A lo cual Jose María comentó: “En 1999 nos pasó a nosotros y sé que es muy duro, sé que estaban prácticamente en estado de shock. Tenían un disgusto terrible, pero así es el golf. Nadie puede predecir lo que puede ocurrir en match play a 18 hoyos y da igual que tengas en frente a Phil Mickelson, Tiger Woods o a quien sea. Con 18 hoyos si juegas bien le puedes ganar a cualquiera”.

Un hombre destacó por encima del resto durante los tres días de torneo. Ian Poulter consiguió cuatro puntos en los cuatro partidos que disputó y resultó crucial para cambiar la tendencia que llevaban hasta entonces los emparejamientos. “Lo que hizo el sábado lo hacen muy pocos. Tengo que decir que no me sorprendió porque en Celtic Manor el último día estaban todos en el vestuario y según iban saliendo les fui dando palabras de apoyo, de ánimo. Salía Poulter y me puse justo enfrente de él a propósito, le paré y le miré a los ojos directamente. Tenía intención de decirle algo pero cuando vi esa mirada le dije: ‘Ala, venga, que tú ya estás listo, sigue’”, bromeó Olazábal. “Ese es el espíritu y de alguna manera se lo dije en ese abrazo que tuvimos en el vestuario. Cuando le veo jugar a él en la Ryder, no tanto en los torneos normales pero sí en la Ryder en particular, esa mirada que tiene y ese espíritu que muestra, veo parte de Severiano en él. Y se lo dije”.

Se trataba de la primera Ryder Cup desde que falleciera su amigo y mentor, que estuvo presente toda la semana entre los suyos. “El equipo anfitrión siempre tiene derecho a escoger los colores y preparar el campo como quiera. Antes de la Ryder nosotros teníamos que decir qué colores íbamos a llevar cada día para que no coincidiesen. El domingo ellos tenían intención de usar el azul marino y yo le dije (a Davis Love III) cuál era el motivo por el cual queríamos llevar azul marino y blanco. Él lo entendió perfectamente y no puso ninguna pega. ‘Tranquilo, utilizarlo sin problema’, me respondió. Y bueno, la intención de todo esto es bien sencilla. Era la primera vez que no estaba entre nosotros jugándose una Ryder. No había forma de que hiciese una llamada de teléfono como cuando la hizo en Celtic Manor, aunque yo creo que el domingo estuvo ahí alrededor de los greenes porque la forma en que metieron los nuestros los approach y los putts… algo tenía que estar pasando ahí. Creo que era una forma de tenerle presente, y de hecho el domingo algunos jugadores como Justin Rose y algún otro, cuando las cosas iban apretadas y difícil, me comentaron que de repente miraron a la manga del polo y del jersey y cuando vieron el nombre de Severiano se sintieron mejor”.

Olazábal también tuvo momentos para recordar la pareja que formó junto a Seve en la Ryder. “Yo siempre he dicho que para que una pareja sea exitosa tiene que haber química entre ellos dos”, aclaró el español. “Se tienen que entender muy bien, no les tiene que importar absolutamente que el compañero falle o que te deje en una situación comprometida. Tienen que ver los golpes los golpes más o menos igual. Éramos dos jugadores en ese sentido muy parecidos. El golpe de salida siempre fue nuestro talón de Aquiles pero el resto del juego era muy sólido y alrededor de green éramos muy, muy buenos. Aparte de eso, del juego y la química, hay que tener un cierto espíritu de lucha, mucho carácter. Estar dispuesto a dar absolutamente todo y no dejarte nada en el tintero. En ese sentido también los dos éramos así. Yo creo que esa combinación ha hecho que hayamos ganado partidos que estaban perdidos. Viéndonos jugar nadie hubiese dado un duro por nosotros y al final sacamos partidos adelante. Salíamos en un hoyo, uno a la derecha, el otro a la izquierda y nos veíamos en el green luego. Conseguimos sacar pares o birdies milagrosos… Otros que iban calle, green, calle, green, se miraban el uno al otro y se decían: ‘¡Qué tenemos que hacer para ganarles a estos dos!’ La combinación de todos esos elementos hizo que tuviésemos el récord que tenemos”.

Dos españoles más tuvieron gran culpa del éxito del combinado europeo. Olazábal se refirió a ellos explicando qué habían sido capaces de aportar cada uno. “Miguel Ángel ya sabéis. Mucha alegría, mucho cachondeo… buen ambiente”, comentó entre risas Jose María. “Experiencia. Tiene los pies en el suelo. Entiende lo que es una Ryder Cup, a los jugadores… Te daba información interesante a la hora de poder emparejarlos… Sergio también. Se motiva de una manera especial en la Ryder. A pesar de que no jugó tan bien como hace un mes lo dio todo. El partido del sábado a la tarde y sobre todo que en el individual le diese la vuelta contra Furyk fue clave. De repente se nos abrieron todas las puertas y su aportación, aparte del juego en sí, siempre suma espíritu al equipo. Es muy cercano a los jugadores. Por ejemplo, una vez que terminada nos ha enviado un mensaje a todos diciendo que ha sido un orgullo para él ser parte del equipo. Eso también es lo que aporta Sergio”.

Sin embargo, al final todo se redujo a que Martin Kaymer embocara un putt de casi dos metros para asegurar la copa para los suyos. “Él lo ha pasado mal durante los últimos meses. No ha jugado bien y ha conseguido mantener el puesto muy justo”, señaló Olazábal. “El viernes por la tarde le puse a mejor bola a propósito para que se soltase un poco, hiciera algunos birdies y ver cómo respondía. El pobre no hizo un solo birdie, no jugó nada bien y lo pasó mal. Era muy consciente de esa situación y llamó a Bernhard Langer, que estuvo hablando con él largo y tendido. Luego el sábado por la mañana estuve hablando yo con él como una media hora y bueno, yo creo que le vino bien. Lo que le dije en el 18 es que me alegraba un montón de que hubiese sido el que metiese el putt y se llevase el punto que nos garantizaba la Ryder Cup. Es una persona que, como buen alemán, le cuesta expresar sus sentimientos y hay que decir que en honor a la verdad lloró unas cuantas veces. Me alegré un montón por él”.

Los momentos más emotivos en la sala de prensa llegaron cuando Olazábal describió cómo vivió esos últimos instantes, y en quién pensó cuando se había terminado. “Estaba pensando en lo que se avecinaba, lo que podía venir”, comenzó. “Que Martin la metiese y mantener el trofeo o que no la metiese y se acabara todo. Son momentos de mucha tensión, sigues dando vueltas al tema, miras de tee a green, ves lo que está pasando… Martin se mueve por un lado por otro, mirando la caída, miras al suelo, levantas la cabeza y ves que está ya colocado y piensas: ‘Ya está, ha llegado el momento’. Cuando le veo colocado cierro los ojos y lo único que pienso es ‘métela, métela, métela’, esperando el sonido. Según el sonido sabes si la ha metido o no. Hubo un momento en que no podía repetir más la palabra ‘métela’ porque ya estaba harto de decirla y en un instante me quede muy tieso esperando al sonido. Cuando lo escuché miré hacia arriba, me acordé… y ya está”, concluyó conteniendo las lágrimas.

Momentos después, Tiger Woods y Francesco Molinari finalizaron su partido empatando, tras fallar el americano un putt corto para salvar el par y otorgando al italiano el suyo. “Tiger ya no tenía la motivación que hay que tener jugando el segundo golpe del hoyo 18 porque la Ryder se venía con nosotros”, señaló Jose María. “Ahora bien, hay una gran diferencia de empatarla a ganarla. Si la situación hubiese sido diferente, si la Ryder hubiera estado decidida, obviamente Tiger no habría tenido que pegar ese putt. Eso seguro”. En cuanto a la polémica generada por si Molinari debía haber concedido aquel último golpe a Woods, Olazábal también se mostró rotundo: “Las normas están ahí para lo que están. Si las cambian, pues bienvenido sea. Yo entiendo que una vez que la Ryder Cup está decidida, la motivación del jugador no es la misma, ni por un lado ni por el otro. Pero las normas están ahí. Aunque esté decidida hay que terminar de jugar. Si a mí me dices que le das el mismo valor al empate que a la victoria pues ya está, pero no es lo mismo en estos momentos”.

En cuanto a la posible relevancia de la Ryder en el futuro del golf el España, Jose María se mostró optimista de cara al futuro. “A mí siempre me gusta pensar positivamente y ojalá sea así. Lo que estamos haciendo en este país en golf es extraordinario. Llevamos un montón de años produciendo grandes jugadores, consiguiendo grandes logros… Y espero que esto de alguna manera abra los ojos a la gente y se de cuenta de que también es un deporte atractivo, interesante, emocionante y digno de intentarlo”. Muchos deportistas de otras disciplinas han hablado con él durante las últimas horas. “Todas son importantes. Primero los compañeros del deporte en este país que te llamen y que te feliciten, siempre se agradece, y sobre todo cuando viene de gente que, personalmente, considero como seres extraordinarios. Como Rafa (Nadal) por ejemplo o como Gasol, en fin… Los miras y los tienes en un pedestal y encima… ¡Te están llamando a ti!. Es una satisfacción tremenda pero el lunes por ejemplo cuando estábamos en Londres tuve la ocasión de hablar con Su Majestad el Rey y fue un detalle, la verdad, no me lo esperaba y además en el transcurso de la llamada me dijo: ‘He estado viendo la Ryder Cup y se me pusieron los pelos como escarpias’. Que le habían llamado muchos de sus amigos de distintas partes del mundo felicitándole y dándole la enhorabuena. Fue un detalle”.

Pep Guardiola estuvo presente en los individuales del domingo y también tuvo la oportunidad de hablar con Olazábal días después. “Anoche hablé con él y estaba encantado. Dice que no había visto una cosa así en su vida y le dije: ‘A ver, si has ganado una final de la Champions, ¿qué película me estás contando?’ Y el me respondía: ‘Si, si, porque ha sido extraordinario’. Sobre el hoyo 18, cuando estaba Martin para tirar el putt de dos metros me dijo: ‘Ahora me doy cuenta de lo que es la presión de verdad’. Y le respondí yo: ‘No la habías sentido antes, ¿no?’ Esos intercambios de experiencias… Cuando estás ante un individuo que lo ha ganado absolutamente todo en su deporte, pues que te diga esas cosas te sorprende y te llena de orgullo”.

Precisamente fue del ex entrenador del Fútbol Club Barcelona de quien Jose María sacó una idea para motivar a sus jugadores antes de que diera comienzo la competición. Se trataba de un vídeo “en el que salían todos los jugadores, los vicecapitanes también. El comienzo de la película es parte de Gladiator. La parte media del video es Al Pacino en ‘Any given Sunday’, que da un discurso a todos los jugadores, y luego al final una música emotiva”.

También hubo lugar para que Olazábal, después del hervidero de emociones que supone la Ryder Cup, diera su opinión en torno al formato de juego que debería adoptarse para los próximos Juegos Olímpicos. “Yo creo que tendría que ser medal play, sobre todo tratándose de la primera vez”, aclaró Jose María. “En el sentido de que primero tienen que tomar una decisión a cerca de cómo van a hacer el ranking de participantes. Es fundamental que vayan los grandes jugadores. Si van siendo las primeras en mucho tiempo sería interesante que todos tuviesen la oportunidad de llegar hasta el final. Lo hemos visto en el World Match Play. En ocasiones el jugador número 1, 2 y 3 estaban fuera del torneo el primer día por la mañana. Sobre todo ahora al principio creo que tendría que ser medal play”.

A modo de recapitulación, el capitán del equipo europeo también tuvo la oportunidad de valorar su carrera como golfista profesional: “Yo estoy encantado con lo que me ha pasado en la vida. Aunque he tenido momentos muy difíciles, cuando miras el conjunto me doy cuenta de que he sido una persona afortunada porque he vivido momentos maravillosos, excepcionales… Momentos que pocas personas pueden vivir a lo largo de una vida y bueno, los adjetivos los podréis poner mejor vosotros. Yo estoy encantado de tener la carrera que he tenido y punto”. En cuanto a los estadounidenses y la importancia que le otorgan a la Ryder Cup, explicó: “Es una opinión personal, pero creo que todavía, en el fondo, nos dice más la Ryder Cup a nosotros que a ellos”.

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