Zona Pro
Número uno contra número dos
Enrique Soto | 08 de marzo de 2014
Se venía cociendo durante las últimas pruebas del LPGA Tour: Inbee Park había comenzado la temporada a buen nivel, a pesar de que probablemente sepa que sus resultados no serían comparables a los del año anterior; Pettersen, por su parte, interpretaba la misma sinfonía que le había permitido ganar su segundo grande, así como el World Ladies Championship, título que defendía esta semana. Ambas parecían haber estado calentado motores para un día como el de mañana en Mission Hills, en el que miraran a uno y otro lado y se encontraran solas en la cima de una clasificación. Ese día ha llegado: número uno contra número dos. El golf femenino vivirá su duelo más importante dentro de las fronteras chinas.
Y no se producirá porque la noruega haya cesado en sus constantes rondas bajo par en este campo, ya que durante la tercera jornada del torneo se mostró igual de implacable que en las dos anteriores. Comenzó con un bogey en el uno, sí, pero lo que vino a continuación fue el habitual huracán de tiros a bandera y la absoluta contundencia y frialdad que caracterizan a un nórdico: pares 5 en dos impactos, pares 4 con un wedge a bandera, errores que seguían permitiendo el asedio… Suzann erró en su primera prueba del día, pero luego se dejó en el camino hacia el liderato ocho birdies. Una vuelta de 66 impactos que le permitió alcanzar el menos dieciocho en el global; la misma cifra con la que ganó en 2013.
Estaba desatada y había elevado el listón respecto a sí misma hace doce meses, que es la mejor muestra de que un jugador de golf anda en el camino adecuado. Pero mañana, en contra de lo que se podía esperar, no estará sola en la senda hacia una defensa efectiva, ya que en este torneo también participaba Inbee. Y la surcoreana es la número uno por una razón muy sencilla: no cuenta con el mejor juego largo, no es la más pegadora ni sus recuperaciones alrededor de green son las más brillantes, pero cuando se trata de meter putts, Park transforma los hoyos en aspiradoras. Y la hoy fue una de esas vueltas memorables, tan llena de aciertos que los pares se tornan en golpes perdidos.
Comenzó con tres birdies en sus seis primeros hoyos, un porcentaje de acierto envidiable, pero no fue hasta el nueve cuando Inbee revolucionó el torneo; a partir de ahí encadenó nada menos que seis consecutivos, desde todas las posiciones y formas distintas, convirtiendo, como le gusta, este campeonato en un concurso en los greenes. Dos más, en el dieciséis y el dieciocho, le permitieron alcanzar una vuelta de 62 golpes, que en Mission Hills es un menos once. Sí, menos once, en un día.
La número dos del mundo había lanzado un reto a cualquiera que se atreviera a alcanzarla, mientras que la número uno respondió con la contundencia que su estatus le anunciaba. Ya están ahí, juntas en lo más alto y con dieciocho pruebas por delante, listas para medirse finalmente mirándose a la cara, sabedoras de que la vencedora saldrá reforzaba para todo el resto del año.
Su más cercana perseguidora es Ye Na Chung, a cuatro impactos, mientras que Ariya Jutanugarn lo hace a cinco. Patricia Sanz firmó 72 golpes y es trigésimo sexta, con más uno en el acumulado.
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