En su escalafón particular de triunfos habrá que ver dónde coloca Colin Montgomerie el triunfo que ha logrado en el Senior PGA Championship, aunque sospechamos que, en este juego de valoraciones subjetivas, lo pondrá por detrás de sus órdenes de mérito o de sus victorias en Ryder Cup. Pero lo cierto es que el escocés por fin ha logrado su primer triunfo en un major, en suelo estadounidense y ante rivales de relumbrón.
Además, es su primer triunfo en siete años y lo ha logrado con una contundencia notable, pese a la resistencia que opuso el incombustible Tom Watson (que llegó a colocarse a un golpe en dos ocasiones) y la lejana amenaza de Jay Haas y Bernhard Langer.
Certero con sus tiros a green y acertado con el putt, el escocés pudo disfrutar de un tramo final relativamente plácido en el que incluso se permitió el lujo de fallar su último tiro y verse favorecido por un rebote favorable contra la grada. No tuvo excesiva trascendencia más allá de posibilitar un par rutinario en el último hoyo, pero este golpe de suerte pareció un destello de justicia poética por todos los sinsabores que Montgomerie ha sufrido en tierras estadounidenses (especialmente en el US Open).
En cualquier caso, Colin Montgomerie ya tiene su primer major (con asterisco o no), la justa y tardaía reivindicación de un gran jugador histórico para el golf europeo.
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