«Quien resiste, gana», debe de ser el mantra que no deja de repetirse el estadounidense Troy Merritt, líder del RBC Heritage y asediado por una jauría de acreditados perseguidores en el recorrido de Harbour Town Golf Links. Después de los fuegos artificiales y el 61 del día anterior, Merritt volvió a bajar del par y acabó con 69 golpes en la tercera jornada para mantener una notable ventaja de tres golpes con respecto a sus primeros rivales.
La actitud de Merritt en una situación que haría temblar las rodillas de muchos es encomiable. Le faltó la magia del día anterior y estuvo a punto de descarrilar por culpa de un aparatoso doble bogey en el hoyo 8, pero se lo tomó con humor en lugar de buscar culpables o sumirse en una espiral autodestructiva.
«Me la llevé demasiado con un hierro 6 y, por desgracia, vi como acababa en el agua. Pero fue una zambullida espectacular y me encantó… Metí un putt de dos metros para doble bogey. No quería salir de aquel hoyo con un 7 cuando estaba jugando tan bien», resumía Merritt.
Por detrás, Brendon Todd era el protagonista de la mejor vuelta del día, un -8 que le coloca segundo a tres impactos de Merritt junto a Matt Kuchar, campeón del año pasado, y Kevin Kisner.
Si echa la vista atrás más allá de estos jugadores, Merritt encontrará a otros tres rivales de talla, los estadounidenses Garnett y Furyk y el sudafricano Branden Grace, y con -9, a cinco golpes, acecha Jordan Spieth. El verbo «acechar» podría parecer exagerado dada la distancia, pero Spieth ya demostró en la segunda vuelta que es capaz de reventar el recorrido de Hilton Head. El campeón del Masters busca su segunda chaqueta (esta vez de tartán) en otras tantas semanas) y firmaba un 68 que le mantiene en la pelea.
«Voy a ser muy agresivo. Si no funciona… bueno, habrá sido una racha estupenda. Y si salgo y pego los golpes que quiero pegar, tengo la posibilidad de luchar de nuevo por el título», resumía Spieth, que lleva dos torneos ganados y dos segundos puestos en las cuatro últimas citas.
Recordemos que Gonzalo Fernández-Castaño, el único español en Hilton Head, no logró superar el corte.
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