Zona Pro
McIlroy reclama ser el sucesor de Tiger Woods
Carlos Palomo | 10 de septiembre de 2012
Dos victorias en el PGA Tour en solo seis días no está al alcance de muchos. Ayer, Rory McIlroy volvió a confirmar que los que le sitúan como el sucesor natural de Tiger Woods no andan muy equivocados. Si en el PGA Championship consiguió su segundo Grande a una edad más temprana que éste, con su victoria en el BMW Championship emuló dos registros más de la que es su referencia golfística ahora mismo a nivel de objetivos: ganar dos playoffs de la FedEx Cup en una misma temporada (lo hizo Tiger en 2007) y convertirse en el primer jugador en levantar el trofeo en dos torneos consecutivos del PGA Tour desde 2009. Efectivamente, el anterior fue también Woods, en el Buick Open y Bridgestone Invitational.
Pete Dye, diseñador del recorrido de Crooked Stick que ha albergado el torneo, recibía a McIlroy en el green del hoyo 18 para felicitarle por la victoria. Es la segunda vez consecutiva que un ganador consigue un -20 en su campo, después de que en 2009 Fred Funk hiciera lo propio en el US Open Senior. Las condiciones meteorológicas ayudaron a que el campo estuviera asequible, pero cuando coges un 93 por ciento de calles y tres de cada cuatro greenes como hizo ayer el Chico Maravilla, el resultado bajo está garantizado.
Si el lunes pasado el mérito de la victoria de McIlroy en el Deutsche Bank, otra vez con idéntico resultado de -20, estuvo en remontar los tres golpes de desventaja que tenía respecto a Louis Oosthuizen, en esta ocasión destacó cómo se deshizo de un plantel de nombres importantes a los que finalmente acabó venciendo por dos golpes. Con su vuelta de 67 golpes (-5) en la última jornada, la lista de damnificados que dejó detrás asusta.
Lee Westwood y Phil Mickelson fueron los que más le aguantaron, pero el zarpazo de Rory en el 16 consiguiendo el sexto birdie del día fue ya definitivo. En el hoyo 9 eran cuatro los jugadores que empataban en cabeza con -17 y ya en el 13, solo Westwood aguantaba un ritmo asfixiante y frenético impuesto por su compañero de partido. Es el mismo ritmo que le ha llevado a ganar tres de los últimos cuatro torneos en los que ha participado para sumar un total de seis victorias en el PGA Tour, las mismas que ya tenían a los 23 años Tiger y Jack Nicklaus.
Parecía que cuando el norirlandés ejecutaba un tímido chip en el 17 que se quedaba corto podía hacer aparecer un atisbo de esperanza, pero su putt para par se encargó de disipar las dudas. No le importó que por delante tuviera jugando a Tiger Woods y que por detrás vinieran dos miembros del Salón de la Fama con 74 victorias y 7 majors entre ambos como son Mickelson y Vijay Singh. Su bogey del 18, el único del día, fue una mera anécdota intranscendente.
Sus golpes, su actitud y sus palabras, no son las de un chico de 23 años normal. «Cada vez que te pones más en disposición de ganar y más victorias consigues, esto se va convirtiendo en algo más normal. Parece como que es lo que se supone que debo hacer. Estoy llegando a esa fase en la que piensas que al final de la semana debería estar levantando un trofeo». Asusta dentro y fuera del campo.
Mientras McIlroy se consolidaba en el número 1 de la FedEx Cup, Sergio García llegará al Tour Championship de dentro de dos semanas desde el puesto 12º tras concluir con una vuelta de 70 golpes (-2) en el puesto 23. Sólo los cinco primeros (McIlroy, Tiger, Nick Watney, Mickelson y Brandt Snedeker) se llevarían los 10 millones de premio por la FedEx Cup con una victoria en el último playoff. A partir de ahí, el resto de los 30 jugadores deberán depender de las posiciones en las que acaben los demás competidores.
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