Cuatro victorias, su segundo major, número uno del mundo y ganador de la lista de ganancias del Circuito Europeo y del PGA Tour. Todo esto lo consiguió Rory McIlroy en un periodo de cuatro meses, comprendido entre el PGA Championship (12 de agosto de 2012) y el DP World Tour Championship (25 de noviembre). El mismo jugador se retiró el viernes del Honda Classic tras llevar un parcial de mas siete en sus primeros ocho hoyos del día, y el mundo se pregunta: “¿Qué ha pasado?” Lo que ha sucedido es que el joven Rory juega al golf, y no a otro deporte en el que los detalles cobran menor relevancia. Como el llamado efecto mariposa: una pequeña variación en un movimiento de su swing tiene grandes consecuencias en el vuelo de su bola. Pero los detalles técnicos vienen dados por el trabajo que hay detrás de ellos, es decir, las horas de entrenamiento. Esto es lo que ha hecho el número uno del mundo desde su última victoria:
– 30 de noviembre: viaja a Aspen para descansar tras una exitosa temporada.
– 13 de diciembre: pasa unos días probando el nuevo material que jugará en 2013.
– 24 de diciembre: pasa unos días en su nueva casa de Florida junto a su familia y amigos.
– 4 de enero: viaja a Sydney para pasar unos días junto a Caroline Wozniacki.
– 14 de enero: presentación como nuevo jugador de Nike Golf.
– 21 de enero: falla el corte en Abu Dhabi tras dos días jugando muy por debajo de sus posibilidades.
– 24 de enero: pasa unos días junto a Caroline Wozniacki en los Alpes.
– 31 de enero: dice en su cuenta de Twitter que su swing está cada vez mejor.
– 7 de febrero: pasa unos días junto a Caroline Wozniacki en Mónaco.
– 19 de febrero: pierde en su primer partido del Accenture Match Play frente a Shane Lowry.
– 1 de marzo: se retira del Honda Classic.
En un período de dos meses, McIlroy ha estado en Aspen (Colorado), Florida, Sydney, Abu Dhabi, los Alpes, Mónaco, Arizona y de nuevo en Florida. Además, ha cambiado todos los palos de su bolsa, se ha mudado a una nueva casa, ha opinado en temas tan controvertidos como la elección del nuevo capitán europeo de la Ryder Cup o la prohibición del anclaje de los putters largos y ha trabajado junto a sus actuales entrenadores, Michael Bannon (swing) y Dave Stockton (putt). La pregunta estos días es qué le sucede al número uno, un jugador con tanto talento como para dominar el golf al mismo nivel que lo hizo Tiger Woods durante una década. ¿La respuesta? Rory no ha entrenado lo suficiente y ha estado haciendo tantas cosas en tantos sitios distintos que su swing, esa maquinaria capaz de generar una potencia inaudita en un cuerpo de 1,75 metros, se ha resentido severamente.
Mientras tanto, esto es lo que han hecho jugadores como Tiger Woods, Luke Donald, Lee Westwood, Brandt Snedeker o cualquiera de los ya ganadores esta temporada en el PGA Tour desde su último torneo de 2012: un par de semanas de descanso, ya sea en casa o de vacaciones con la familia, y vuelta al trabajo para preparar una nueva temporada. La diferencia es abrumadora y, evidentemente, se nota en los resultados.
El problema al que se enfrenta ahora Rory es que debe reencontrarse con su mejor versión de cara al tramo más importante de la temporada (los majors) y el tiempo empieza a ser un factor muy a tener en cuenta. Pero más que volver a ponerse en forma, puede afrontar un obstáculo que no ha tenido antes en su carrera: McIlroy acostumbraba a competir buscando su mejor golf, golpe a golpe, y sin embargo ahora parece estar buscando al viejo McIlroy, el que ganara cinco veces en un año y consiguiera batir a cualquiera, aunque fuera a medio gas. Es McIlroy buscando a McIlroy, en vez de un profesional intentando mejorar en cada área de su juego. Es la razón por la que se retiró la semana pasada, porque no encontraba ninguna similitud entre ambos y se dejó llevar por la frustración. Se trata de un momento peligroso, pero como la memoria es débil merece la pena recordar el tiempo que pasó entre que finalizara sexagésimo en el Open Championship y ganara el PGA Championship: diecisiete días. Para el Masters faltan cinco semanas.
4 comentarios a “McIlroy buscando a McIlroy”
Buen post, Enrique. Lo has expresado de mil maravillas, como siempre. Ahora bien, soy de la opinión que lo que hace a Rory tan grande, tan prodigioso y tan fascinante, es que se trata de un ser humano.
Estos últimos días he leído innumerables sandeces respecto a este tema, se opina muy gratuitamente de lo ajeno.
Pensemos en la edad de este chaval… Creo que tiene el derecho de disfrutar de tiempo para su ocio y para sus compromisos con los patrocinadores. Creo que es lógico ese desajuste con el nuevo material, estuvo jugando Titleist muchísimos años. En serio, no me veo capacitado para echarle en cara que pase unos días con su novia o con los amigos en navidades. Vuelvo a repetirlo, es un ser humano, joven, millonario y lleno de éxitos gracias a su esfuerzo y su talento, no un inerte icono de la Play Station.
A mí también me encanta, Jorge! Y creo que mañana va a dar una buena muestra de ello porque va a aclarar a los medios qué sucedió de verdad para que se retirara, dado que lo de la muela no ha colado mucho…
Su problema es que tiene 23 años y gana muchos millones de dólares al año 🙂 ¿Que haríamos nosotros a su edad, con tanto dinero como él? Yo, no creo que pasara un corte en el resto de mi vida 😉
Por ahí van los tiros, Moisés. Creo que se le ha vilipendiado y no de la manera más justa.
Rory volverá a ganar pronto porque si le haces un raspado, sale bermuda. Porque se nota que vive el golf y disfruta como pocos en el campo. El juego le divierte y le apasiona por igual. #ItrustinRors
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