Nadie amaría los grandes del golf si no desafiaran la lógica con tanta frecuencia. Éste es un intento de apostar sin volvernos locos del todo.
1. Puedes esperar a los últimos 9 hoyos para encender el televisor
Exceptuando alguna exhibición tiránica de Tiger Woods o Phil Mickelson, la tradición de los tiempos recientes indica que el paso por Amen Corner el domingo –hoyos 11, 12 y 13– establece cuáles son los golfistas que lucharán por la Chaqueta Verde. Ese selecto ramillete de aspirantes se lanza entonces a la caza de los birdies que necesitan para propulsarse a lo más alto de la tabla. Conviene que lleguen con el trabajo hecho al 18, donde es casi imposible dar un último zarpazo.
2. Hay que destrozar los pares 5
El hecho de que el Augusta National haya crecido casi 500 yardas en la última década no significa que la potencia desde el tee sea requisito indispensable. Bombarderos inclementes como Bubba Watson se han alternado con tipos mucho más comedidos como Zach Johnson en el palmarés del primer grande de la temporada. Es indispensable, eso sí, arrancar un buen número de golpes al campo en los pares 5. El propio Johnson fue capaz de alcanzar el mayor logro de su carrera a pesar de un +12 combinado entre los pares 3 y 4 del Augusta National. El -11 en los hoyos más largos selló un +1 que resultó más que suficiente para alcanzar la gloria.
3. Los greenes retratan al que flaquea lo más mínimo
Bubba Watson, con el 37º puesto en las estadísticas de putt en 2012, ha sido el único campeón reciente que ha inscrito su nombre entre los más grandes sin una semana excelsa en la suerte suprema del golf. Los protagonistas insisten en que se han encontrado unos greenes extremadamente firmes esta semana. Si el 30% de posibilidades de una tormenta el jueves o el viernes no se concreta, el domingo las bolas rodarán que se las pelan.
4. Si tu hombre ha empezado mal, lo tienes negro
Desde que Mark O’Meara remontara en 1998 tras concluir la jornada del jueves en 25ª plaza, sólo Woods y Mickelson han osado a desafiar la norma que indica que en Augusta hay que comenzar a todo gas. Charl Schwartzel, duodécimo tras la segunda jornada en 2011, es el único que ha culminado algo parecido a una remontada últimamente. Si vas a esperar al viernes o al sábado para apostar, no malgastes tu «bank» confiando en resurrecciones milagrosas.
5. Augusta es un amor para toda la vida
Infinidad de golfistas comienzan a transpirar exageradamente cada vez que su vehículo de cortesía se va acercando a la casa club por Magnolia Lane. Otros esperan ese mismo momento con suma impaciencia. Entre estos últimos, Phil Mickelson –tipo familiar donde los haya– ama a este torneo casi tanto como a Amy y sus niños. Adam Scott y Lee Westwood cosechan grandes resultados en Georgia y siempre transmiten la sensación de que sólo un par de putts decisivos les separan de la Chaqueta Verde. Éste es un campo que no admite medias tintas: los romances con Augusta son tórridos y prolongados.
6. Defender el título con éxito es una tarea hercúlea
Nadie que no se llame Jack Nicklaus, Nick Faldo o Tiger Woods ha encadenado Chaquetas Verdes. Bubba Watson cae bien a todo el mundo, y su extraño swing ha dado multitud de alegrias a los apostadores. Pero sería muy extraño que vuelva a pasearse triunfador por los «late-shows» de la televisión estadounidense la semana que viene.
7. Las novatadas están a la orden del día
Llegar y besar el santo es casi una quimera. Fuzzy Zoeller, en 1979, fue el último debutante en llevarse el premio gordo. Desde aquel año –exceptuando Tiger Woods en 1996– todos los vencedores habían pasado el corte en la edición anterior.
8. Los viejos rockeros no suelen desafinar
Fred Couples lleva 3 ediciones colándose entre los quince primeros. K.J. Choi fue cuarto en 2010 y octavo en 2011. Ángel Cabrera se enfundó la Chaqueta Verde –admitamos que no le quedaba como un guante– en 2009 y desde entonces su peor puesto ha sido un 32º. «Me siento como en el patio de mi casa», dijo Couples el martes. Se nota.
9. ¿Apostar por un español? Hágalo por su cuenta y riesgo
Miguel Ángel Jiménez fue el último español en colarse entre los 10 primeros: fue octavo en 2008. El «Pisha» ha sido el único en domar con regularidad un campo en el que el resto de representantes nacionales sufre demasiado últimamente. Quien quiera motivos para apostar por Sergio García, Gonzalo Fernandez-Castaño o José María Olázabal los encontrará, siempre los hay. Pero pesan bastante menos en la balanza que aquellos que la inclinan hacia otro paso español sin pena ni gloria por el Masters.
10. Una apuesta loca nunca está de más
Cuatro de los últimos seis vencedores presentaban una cuota superior a 100 en Betfair al comienzo de la semana. Ninguno, exceptuando quizá Watson, había dado señales de que un major podía estar entre sus logros inmediatos –Mickelson se impuso en 2010 tras un comienzo de temporada más que discreto–. Si el cuerpo te pide marcha, no te cortes. Nadie jamás se ha sentido estúpido por fallar una apuesta a cuota 300.
Lee Westwood entre los 20 primeros a cuota 1.83.
K.J. Choi primer asiático a cuota 1.9.
Combinada de 2 pronósticos: Phil Mickelson primer zurdo a cuota 1.61 y Ángel Cabrera pasa el corte a cuota 1.66. Total: 2.69.
Combinada de 2 pronósticos: Adam Scott entre los 20 primeros a cuota 1.72 y Fred Couples pasa el corte a cuota 1.72. Total: 2.98.
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