Todo golfista tiene claro que uno de los principales peligros del golf son los efectos nocivos del sol, al que solemos estar expuestos muchas horas al año, y tiene en mente las precauciones sanitarias que debe tomar. Sin embargo, somos pocos los que nos preocupamos por las secuelas que el astro rey deja en nuestra estética.
Desde la marca tobillera a la mano descolorida, pasando por la llamativa cabeza de dos colores, los golfistas somos un colectivo fácilmente identificable… y los que se dedican profesionalmente a este deporte, más.
Eso sí, aunque hay muchos ejemplos ilustres, el Premio Rosca-Chapa o Corte de Nata y Fresa se lo lleva de largo el estadounidense Stewart Cink, a quien se le vio de esta facha al ir a saludar a sus compañeros de partido en la primera jornada del Sony Open como capturó el usuario de Twitter @BTtrey4
Hey @notthefakeSVP, you need to give ol’ Stewie Cink some bald man love for this two-tone look pic.twitter.com/ACN7bowoAj
— Ben Taylor (@BTtrey4) enero 10, 2014
Stewart, anda, procura que te de una pizquita el sol…
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