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Zona Pro

Llega la octava edición del Seve Trophy presented by Golf+

Alfonso Martínez | 02 de octubre de 2013

Este jueves arranca en el recorrido parisino de Saint-Nom-La-Bretèche la octava edición de un Seve Trophy donde el combinado de la Europea continental bajo la dirección de José María Olazábal tratará de poner fin a una racha de seis derrotas consecutivas y que contará con la presencia del incombustible Miguel Ángel Jiménez y de un inesperado Gonzalo Fernández Castaño, que cubre la baja por lesión del jugador de Ryder Cup sueco Peter Hanson.

Permítanme que dedique unas líneas a la doble moral de algunos golfistas del European Tour, incapaces de hacer un esfuerzo en sus, apretadas eso sí, agendas para honrar la memoria de Severiano Ballesteros, el principal responsable de que casi cuarenta años después de su explosión en el panorama internacional el profesionalismo europeo se haya situado a la par del estadounidense y con un nivel de premios que hará que el ganador de la Race To Dubai se marche con una bolsa superior a los cuatro millones de euros en ganancias anuales.

Nadie puede discutir el hecho de que para un golfista europeo de primer nivel se antoja muy complicado cumplir con los requisitos del European Tour sin dejar de ser competitivo en el todopoderoso PGA Tour. Con la aparición de la millonaria FedEx Cup y sus maratonianos playoffs, el verano golfístico es un exprimidor de sus reservas físicas y mentales y se les pide que en el corto período de asueto del que disponen antes de encarar la recta final de la Race To Dubai se desplacen hasta Francia para disputar un torneo de exhibición.

Sin embargo, para quien esto escribe resulta cuanto menos curioso el observar como a varios miles de kilómetros de distancia la Presidents Cup se erige como una obligación para los mejores jugadores estadounidenses e internacionales, y a nadie se le ocurre faltar a la cita bienal, comenzando por un Tiger Woods que cuida con celo sus apariciones profesionales y continuando con los ganadores de majors sudafricanos que han acudido prestos a la llamada del capitán Nick Price a pesar de la FedEx Cup, de sus compromisos con el European Tour… y de haber disputado el domingo pasado el celebrity pro-am de los links escoceses del Alfred Dunhill, promovido por Johan Ruppert, mecenas del golf africano.

La excusa del cansancio parece que se desinfla, y si queremos pinchar esta burbuja del todo solo hay que pasarse por la lista de entradas de los torneos menores que salpican el otoño asiático y descubrir como un buen fajo de billetes consiguen vencer la resistencia de los Rory McIlroy, Justin Rose, Henrik Stenson, Lee Westwood, Sergio García, Ian Poulter… Claro que si a algunos de ellos no les importó borrarse en 2011 apenas unos meses después del fallecimiento del Genio de Pedreña…

Y es aquí donde irrumpe la doble moral, porque son los mismos que invocaron su espíritu para la milagrosa remontada de la Ryder Cup de Medinah de 2012, los mismos que año tras año rinden pleitesía a los homenajes en vida que el PGA Tour dedica a los históricos Arnold Palmer (en su Invitational en Bay Hill) y Jack Nicklaus (el Memorial de Ohio). No se dan cuenta de que una semana de esfuerzo cada dos años permitiría, además, disponer a un necesitado European Tour de un campeonato con un potencial enorme. ¿Alguien piensa que tendría problemas para colocar en el escaparate mediático de primer nivel un enfrentamiento de match-play entre los mejores espadas de Europa, los mismos que al año siguiente se conjugarían para dar buena cuenta de los rivales yanquis?

Declaraciones polémicas (el “no conocí personalmente a Severiano Ballesteros” de Martin Kaymer debería ser tenido muy en cuenta por los rectores del Circuito Europeo) y ahogados lamentos al margen (sentido exabrupto de Paul Lawrie al respecto), centrémonos en el presente y preparémonos para disfrutar de un enfrentamiento entre algunos de los mejores exponentes de la herencia que el gran Seve sembró a lo largo de su exitosa carrera profesional.

El formato del Seve Trophy

A diferencia de las paradas regulares del European Tour, el Seve Trophy es un torneo de exhibición creado a imagen y semejanza de la archiconocida Ryder Cup. Como viene siendo habitual, no puntúa para la clasificación mundial ni para la lista de ganancias, pero tiene a bien ofrecer una más que notable bolsa de premios de 1.750.000 € y computa como uno de las trece apariciones que los miembros del European Tour han de realizar a lo largo del año para conservar la tarjeta y aspirar a hacerse con un hueco en la finalísima de Dubai y la Ryder Cup.

En formato de match-play, los distintos jugadores o parejas competirán para ver quién gana cada uno de los partidos hasta que se llegue a un punto en que la diferencia acumulada de hoyos sea superior a los hoyos que resten por disputarse y den así el punto a sus respectivos equipos para alcanzar la ansiada cifra de 14 puntos en el caso británico (el empate les hace conservar el título) o de 14’5 en el caso continental.

En esta ocasión se han retocado ligeramente las modalidades de juego. Defenestrado el capítulo de greensome, el Seve Trophy comenzará con dos jornadas vespertinas de cinco fourballs, el jueves y el viernes, para continuar con los traicioneros foursomes del sábado a doble sesión, y los impredecibles individuales del domingo.

Haciendo un recordatorio de tanto vocablo inglés, fourball es la modalidad donde cada miembro de la pareja juega su bola y es el mejor resultado el que computa para cada hoyo. En los foursomes, cada pareja dispone de una única bola que es golpeada sucesivamente por sus dos integrantes.

El equipo de la Europa Continental

Desde que el combinado continental se impusiera por la mínima en la edición inaugural de Sunningdale Golf Club en el año 2000, los isleños se han convertido en una apisonadora con seis entorchados consecutivos y exhibición en cada jornada de individuales. ¡Lástima de lesión cervical de Thomas Bjorn en El Saler en 2003, a la postre definitiva para una ajustada derrota!

José María Olazábal vuelve a capitanear al combinado continental ocho años después, y espera terminar con su particular racha de tres derrotas en estas lides (2002, 2003, 2005), para lo cual tratará de aprovechar el halo victorioso que le rodea desde Medinah, y su especial conocimiento del recorrido, donde se impuso en 1990 en el extinto Trophée Lancôme.

Al igual que en 2011, la criba en forma de ausencias de renombre vuelve a situar al equipo continental con la vitola de favorito, y con la presencia en sus filas de un jugador local se espera que el público francés se vuelque y lleve en volandas a una escuadra necesitada de una victoria que dé sentido a una competición demasiado vilipendiada como para encima añadirle el sambenito de la rutina.

Con cinco integrantes en el top 50 del ranking mundial, entre ellos los dos mejores clasificados de cuantos participan esta semana (Manassero y Jiménez) y nueve en el top 100, solo Gregory Bourdy (122º) impide el pleno, pero su sensacional verano europeo con (1º en el ISPS Handa Wales Open, 8º en el Lyoness Open) le permitió hacerse por méritos propios con un lugar en el equipo a través de la lista de ganancias (786.949 €) donde será uno de los tres debutantes junto al danés Thorbjorn Olesen (49º del ranking mundial, 2º Abu Dhabi HSBC Golf Championship, 3º Omega Dubai Desert Classic, 6º The Masters) y el holandés Joost Luiten (54º del OWGR, 1º KLM Open).

A sus 20 años, el italiano Matteo Manassero está viviendo su mejor año como profesional. Afianzado en la zona noble de la clasificación mundial (31º) y con el BMW PGA Championship en sus vitrinas, repite presencia en el equipo con la experiencia de su estreno en 2011 donde llevó al ultimísimo hoyo 18 a todo un Ian Poulter en la jornada de individuales.

Miguel Ángel Jiménez sigue derribando barreras a sus casi 50 años. De nada sirve que se rompiera la pierna en un accidente de esquí el pasado invierno y estuviera media temporada en el dique seco. A base de esfuerzo y de una privilegiada genética ha conseguido no solo volver al top 50 del ranking mundial (43º), sino asomarse a los puestos de cabeza en los dos majors y el campeonato de las series mundiales de golf que ha disputado, y hasta rondar la victoria en un torneo regular, como le sucedió en el Abierto de Holanda (terminaría cediendo en el desempate) y en el flagship de Wentworth (4º). Además, es el único golfista que ha disputado todas y cada una de las ediciones del Seve Trophy. Chapeau!

Gonzalo Fernández-Castaño (55º) no pudo materializar en Italia su clasificación directa en el equipo, pero gracias a la lesión de Peter Hanson ha sido llamado a filas y en su tercera participación tratará de terminar de arreglar una estadística de cuatro victorias y cinco derrotas. A poco que conserve la serenidad mostrada en el pasado Volvo World Match Play Championship (donde tras una impoluta fase de grupos cedió en octavos de final ante el defensor del título, el belga Nicolas Colsaerts) y la confianza de su décimo lugar en el US Open, deberá constituir una de las grandes bazas del capitán Olazábal.

Completan el equipo los Ryder Cuppers Francesco Molinari y Nicolas Colsaerts, el veterano Thomas Bjorn (1º Omega European Masters) y el frío Mikko Ilonen (1º Nordea Masters, 2º Volvo China Open).

El equipo de Gran Bretaña e Irlanda

Ni la bíblica plaga de langostas habría dejada más esquilmada a la escuadra del semirretirado Sam Torrance, capitán del equipo europeo de la Ryder Cup en The Belfry en 2002, la edición donde Paul McGinley consiguió el putt de la victoria. Tras la renuncia de Justin Rose, Rory McIlroy, Graeme McDowell, Luke Donald, Lee Westwood e Ian Poulter, hay que descender hasta la cuadragésimo cuarta posición en la clasificación mundial para encontrar al primer golfista que sí ha respondido a la llamada del capitán, el galés Jamie Donaldson, uno de los dos que repiten victoriosa convocatoria respecto a la pasada edición junto al escocés Scott Jamieson (111º, 5º Volvo World Match Play Championship, 2º Volvo Golf Champions).

Con todo, los isleños cuentan entre sus filas con auténticos pesos pesados de la talla de los ingleses Paul Casey (107º) y David Lynn (53º) y el escocés Paul Lawrie (74º). El primero no solo por atesorar crucial experiencia en la Ryder Cup (quién no recuerda su hoyo en uno en The K-Club en 2006) sino porque este 2013 ha supuesto su vuelta al primer plano golfístico tras su victoria en el Irish Open. De su compatriota David Lynn, poco que añadir a un año de rookie impecable en el PGA Tour con subcampeonato incluido en el Wells Fargo Championship, la antesala del The Players. Por otro lado, Paul Lawrie es el único ganador de majors del equipo y el único miembro de la última Ryder Cup. Palabras mayores.

Completan la nómina de debutantes una extraña mezcla de veteranía y bisoñez. Stephen Gallacher (67º) y Simon Khan (151º) se estrenan a sus casi cuarenta años en las lides del match-play en un 2013 donde el escocés se ha desmarcado con un triunfo en el Omega Dubai Desert Classic y un subcampeonato en el Johnnie Walker Championship tras ceder en el playoff ante el inexperto Tommy Fleetwood (137º) quien a sus 22 años respirará por primera vez el espíritu de esta competición cuerpo a cuerpo. Simon Khan, por su parte, ha hecho coincidir su rendimiento en dientes de sierra en el BMW PGA Championship (2º) con un año de renuncias. En la misma situación se encontraría el cuarto escocés del combinado, Marc Warren (110º).

Para terminar con el combinado de Gran Bretaña e Irlanda, cabe destacar la presencia de un golfista espigado que en 2011 se quedó a medio punto del pleno total, el inglés Chris Wood (62º). Ganador en el Masters de Qatar, cuartofinalista en el match-play de Volvo, séptimo en el WGC Bridgestone Invitational, top 10 en el pro-am del Alfred Dunhill Links… 2013 está siendo la temporada de su confirmación como profesional. Habrá que seguir de cerca las andanzas de este golfista que juega por segunda vez el Seve Trophy.

El campo de batalla: Le Golf de Saint-Nom-La-Bretèche

Sede entre 1976 y 2003 del extinto Trophée Lancôme, y en 1982 del Paco Rabanne Open de France, acoge por tercera vez consecutiva el Seve Trophy. Inaugurado en 1959, obedece a un diseño original del arquitecto inglés Fred Hawtree (responsable entre otras remodelaciones de la puesta a punto de Royal Birkdale).

Par 71 de 6.385 metros, unas calles anchas y receptivas, una boscosa presentación y unos greenes ondulados que correrán a once pies en el stimpmeter son las señas de identidad de un parkland que una vez más invierte el orden de los nueve segundos hoyos, además de reforzar los obstáculos de arena y hacer más penalizador el rough.

Como viene siendo habitual, desde la programación de Canal+ Golf podrán seguir en directo y en exclusiva el devenir de una competición ¿a mayor gloria? del añorado Severiano Ballesteros.

1 comentario a “Llega la octava edición del Seve Trophy presented by Golf+”

  1. El 2 de octubre de 2013 toxicosmos99 ha dicho:

    Totalmente de acuerdo con los comentarios acerca de las ausencias. Con que sensacion nos quedaremos el próximo año cuando en la Ryder se evoque el espiritu de Seve (como en Medinah) o se pasee una fotografia suya gigante (como en Celtic Manor).
    La falta de respeto a los simbolos ha quedado de manifiesto en los jugadores, cuando volvamos a ver imagenes como la de Justin Rose señalando la manga de su camiseta y al cielo, pensaremos que son unos farsantes y que actuan unicamente de cara a la galeria.

    Lastima, porque se podria haber recuperado un torneo en el que reunieran a las estrellas europeas y que podria haber plantado cara a la Presidents de este mismo fin de semana

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