La espada de Damocles que pendía sobre la cabeza de Simon Dyson después de su infracción en el BMW Masters ha cobrado forma y ni mucho menos ha decapitado al golfista inglés. En aquel torneo, Dyson utilizó su bola para aplastar una irregularidad del green interpuesta en su línea de putt y, al hacerlo, Dyson infringió la Regla 16-1a, no añadió a su tarjeta los correspondientes dos golpes de penalización por tocar la línea de putt y, como la tarjeta ya estaba entregada, fue descalificado.
Os adjuntamos las imágenes del incidente.
Pese a la descalificación, el comité disciplinario del European Tour consideró que la voluntariedad de Dyson suponía una infracción grave del código de conducta del circuito y, por lo tanto, convocó una vista y anunció que el 5 de diciembre llegaría a un veredicto por si tenían que tomar medidas adicionales.
Ha llegado el día y la decisión se ha hecho pública. El comité considera probado que Dyson tocó la línea de putt de manera deliberada, que conocía la regla que prohibía dicho acto y que, al hacerlo, pretendía mejorar su posición en el green al «chafar» una marca de clavos.
Por lo tanto, además de recordar que todos los miembros del European Tour se someten voluntariamente al código de conducta y ética de esta organización y que deben respetarlo escrupulosamente, el comité disciplinario tiene en cuenta como atenuantes que no hay antecedentes de mala conducta por parte de Dyson y que el comportamiento del inglés en dicha ocasión fue una «aberración» momentánea, no una trampa premeditada.
Además, considera que su conducta y que la decisión del comité ha sido y será perjudicial para el jugador inglés, con lo que deciden finalmente imponer a Simon Dyson una suspensión de dos meses, pero esta sanción quedará «latente» durante 18 meses. Si durante este periodo de 18 meses Dyson comete cualquier infracción de las reglas del golf, su caso será devuelto al comité para decidir si la suspensión aplazada debe aplicarse.
Por lo tanto, Dyson queda «a prueba» durante un periodo de 18 meses y tiene que pagar una multa de 30.000 libras esterlinas, a las que hay que sumar 7500 libras por las costas del proceso, una penalización más leve que la que sufrió Elliot Saltman hace un par de temporadas, suspendido tres meses por marcar incorrectamente su bola durante el M2M Russian Challenge. Y sorprende que salga tan bien parado cuando en el veredicto el European Tour destripa a Dyson y afirma que tocó la línea de manera deliberaba y que trataba de mejorar su línea. Entonces, ¿por qué dudan a la hora de aplicar el castigo? ¿Consideran que es más duro para el jugador ser señalado con el dedo como tramposo?
Sin duda, un caso apasionante cuyas interpretaciones más profundas reservamos a los lectores que tengan conocimientos de leyes. Nosotros, de momento, nos hacemos a un lado y esperamos no tener que informar a menudo de este tipo de situaciones.
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