Les ha mirado un tuerto…

Óscar Díaz | 29 de mayo de 2012

Para muchos, el golf es una acumulación de movimientos antinaturales que indefectiblemente acaba en dolores, quejidos y lesiones. Sin duda, la mecánica del swing de golf es compleja y raro es el golfista que no tenga alguna herida de guerra en forma de dolor articular o muscular, pero hay quienes se ganan la vida con este deporte y se las apañan para complicarse la vida fuera del campo de golf, poniendo en peligro su carrera y su integridad física.

Desde el accidente de karting de Martin Kaymer que le tuvo fuera de juego varios meses en 2009 cuando lideraba la Race to Dubai, al percance de Paul Casey haciendo snowboard este año o las fatalidades que sufrieron Lucas Glover y Geoff Ogilvy en las olas de Hawái antes de las dos últimas ediciones del Hyundai Tournament of Champions, no son pocos los golfistas profesionales que han visto sus carreras truncadas (por suerte, temporalmente) con incidentes de este tipo.

Pero como no queremos que esto se convierta en un parte de bajas infinito, vamos a recordar cuatro de los casos más llamativos.

Los aeropuertos, zona de riesgo

Stephen Gallacher tiene una relación tormentosa con las cintas de equipajes de los aeropuertos. En verano de 1996, meses después de que consiguiera por primera vez la tarjeta del European Tour, sufrió una grave lesión en la espalda al recoger una maleta, circunstancia que le tuvo fuera de juego casi dos años. Y pese a que la recuperación fue absoluta, el año pasado vivió un episodio similar recogiendo su equipaje en el aeropuerto Changi de Singapur, aunque la lesión en el cuello fue bastante más leve y no tuvo que pasar tiempo de baja.

Mascotas y ascensores

El golfista francés Francois Calmels sufrió un accidente truculento días antes de la final de la escuela de clasificación del European Tour de 2012 cuando su perro salió de improviso del ascensor en el que se había subido. Sin tiempo para pensar, Calmels decidió que la única manera de salvarle la vida a su mascota era partir la correa (que llevaba anudada a su muñeca) con las manos, y al hacerlo se cortó cuatro dedos hasta el hueso. Calmels haa perdido la sensibilidad del dedo índice, pero ya está felizmente recuperado y jugando otra vez en el Challenge Tour.

Los peligros de la caja tonta

Buddy Gardner, golfista amateur de la Universidad de Auburn que posteriormente fue profesional del PGA Tour durante 15 años, estaba viendo el sexto partido de la final de la NBA entre Boston Celtics y Phoenix Suns cuando Garfield Heard, de los Suns, forzó la tercera prórroga encestando un tiro inverosímil. Gardner saltó del sofá, alzó los brazos a modo de celebración y se cargó una lámpara, sufriendo un grave corte en el dedo anular. Los diez puntos que tuvieron que darle le impidieron acudir a la final de la NCAA, aunque Gardner consiguió salvar el dedo.

¿Se debería llamar Thomas Gravet?

Thomas Levet parece haberse especializado en sufrir lesiones extrañas. Célebre es ya la fractura que sufrió en el peroné al celebrar su victoria en el Open de Francia 2011 con el habitual salto al lago del 18 del Golf National (y que le hizo perderse el Open Championship del año pasado) pero es que este año tampoco empezó con buen pie, nunca mejor dicho. En enero, durante la disputa del Volvo Golf Champions, se resbaló en un escalón del tee del 11 del links de Fancourt y en la caída se rompió varias costillas. Pocos días antes, en ese mismo torneo el caddie de Ernie Els se fracturó un tobillo al bajarse del estrado en la entrega de premios del pro-am.

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