La mitad de su alma es escocesa. La otra mitad, estadounidense. De los links de las islas a los campos plagados de trampas de agua de Florida. Y todo ello en un escenario único, a escasos 20 kilómetros de París, junto al Palacio de Versalles y en plena reserva natural de Saint Quentin en Yvelines. Una maravilla francesa que dejó a España sin su segunda Ryder Cup, un campo en el que cualquier error con el drive condenará la tarjeta y que, sin embargo, está cerca de ser uno de los recorridos más justos a pesar de los casi 7.000 metros desde barras blancas.
Tuvo que pasar Severiano Ballesteros por La Boulie Golf Club para que la Federación Francesa de Golf descubriese que necesitaba un campo propio para albergar grandes eventos. Un Centro Nacional al más puro estilo de nuestro campo dedicado a Emma Villacieros en Madrid que tuvo su razón de ser después del éxito de público que supusieron en 1985 tanto la exhibición del genio de Pedreña junto a Jack Nicklaus como el Open de Francia disputado en el Saint Germain Golf Club.
Con Claude Roger Cartier al frente de la FFG, Hubert Chesneau, que aparte de arquitecto era por aquel entonces presidente del Comité de Competición, se puso al frente de un proyecto de tal ambición que tiraron de Robert von Hagge como asesor para el diseño, pues el terreno elegido presentaba más problemas de los normales considerando lo que Federación y diseñador principal tenían en mente.
Las administraciones locales querían ampliar la zona verde protegida y, una vez solventados los posibles problemas de egos con la asignación del hotel a tierras de Magny les Hameaux y las oficinas de la FFG a tierras de Guyancourt, se dio luz verde al desarrollo del ‘L’Albatros parcours’ y también al plan para construir un segundo campo de 18 hoyos (Oiselet o Birdie) y un tercero de nueve (Aigle o Eagle), ambos inaugurados también en 1991, el mismo año en que Le Golf National acogió su primer Open de Francia.
Las camionadas de tierra retirada durante meses dieron lugar a una superficie totalmente plana en la que se podía imaginar cualquier diseño. La FFG quería un campo tipo ‘stadium’, capaz de albergar grandes torneos y acoger multitudes, y Chesneau presentó un diseño con ondulaciones artificiales que supusieran gradas ‘naturales’ y que, hoy en día, pueden albergar hasta 70.000 aficionados. Con esa idea en la mente, el L’Albatros es un recorrido sorprendente por su estilo links pese a la cantidad de trampas de agua. Así, desde el primer hoyo, jugando a un green rodeado por un trampa de agua sobre la que hay que mandar el tiro de salida en el peligroso primer par tres del recorrido, sabe uno a lo que se enfrenta.
«Es fundamental jugar a calle para tener una buena opción de atacar el green», analiza Thomas Levet, quizás el mejor exponente del golf francés sobre el green y en los despachos, pues el fue el principal motor de la candidatura francesa para la Ryder Cup de 2018. Y no le falta razón, pues la festuca y los arbustos están a la espera de los golpes mínimamente equivocados desde el tee. Un desafío que alcanza su grado máximo en los últimos cuatro hoyos. Empezando por el par 4 del hoyo 15, un dogleg hacia la derecha para jugar a lo que parece un green en forma de isla que, curiosamente, a pocos metros también acoge la bandera del complicadísimo hoyo 18.
Un campo tan refinado como su ubicación, pues si de París hay que visitar cada calle, cada museo y cada brasserie, en Versalles encontrará el que un día fuera palacio de recreo de Luis XIV, con sus impresionantes jardines y sobre, con el Salón de los Espejos, un lugar en el que puede apreciarse la magnificencia de una época pasada y en el que Le Golf National, sin duda, habría estado a la altura de las exigencias de los monarcas franceses.
Alfredo Calle, autor de este texto, lleva toda la vida vinculado al mundo del golf y en su faceta de emprendedor acaba de poner en marcha Golf Dest, un club de golf virtual donde encontraréis descripciones de campos, fotos espectaculares, noticias de destinos, ofertas, torneos, circuitos amateur… y todo ello con unos precios muy especiales para todos sus integrantes. Mientras ultiman su página web, podéis encontrarlos en Facebook y Twitter.
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